Redacción Canal Abierto | Con bombos y platillos, el Gobierno y la prensa hegemónica festejaron las primeras paritarias cerradas con el 15% de aumento para 2018. En un marco inflacionario que para todas las consultoras –y hasta para los números oficiales- estará varios puntos por encima de ese porcentaje, los acuerdos firmados por los gremios de Obras Sanitarias y de los municipales porteños son a la baja. Pero no tanto.
Las paritarias firmadas por los gremios más condescendientes con el Gobierno pretenden ser usadas por éste como parámetros para la negociación de otros sindicatos, en un intento por evitar aumentos a tono con la inflación y licuar así los salarios. La medida es, para los economistas ortodoxos, una manera de mejorar la competitividad y combatir futuras subas de precios. También está a tono con las recomendaciones que el Fondo Monetario Internacional realizó al país en su última visita.
Sin embargo, incluso un gremio amigo como el conducido por José Luis Lingeri -quien integra el grupo de los “independientes” y calificó a la gestión de Mauricio Macri con “7 puntos”- llegó a un acuerdo que no es tan bajo como al oficialismo le gusta promocionar. Obras Sanitarias firmó con la compañía Aguas y Saneamientos Argentinos SA (AySA) un aumento compuesto por dos cuotas de 7,5%, una en mayo y otra en septiembre. Como las cuotas serán acumulativas, el sueldo de bolsillo al final del período será de al menos medio punto más por sobre el 15%. Además, incluye un plus del 2,8% desde enero como compensación por la pérdida de poder adquisitivo en 2017, y una garantía de revisión en noviembre. Esto deja la paritaria en un monto superior al 18%.
Éste monto sigue siendo claramente insuficiente frente a todas las previsiones. Las consultoras anticiparon una inflación durante 2018 en un arco que va desde el 17,6% hasta el 22,5%, y se quedaron cortas a juzgar por la inflación de enero que dio a conocer el INDEC. El Índice de Precios al Consumidor (IPC) trepó al 1,8% en enero, empujado por los aumentos de tarifas, la devaluación y la suba del petróleo, y se espera un 2,5% para febrero. Anualizada, hablamos de una inflación del 25% para 2018, diez puntos por encima de la meta oficial y del techo que intentan fijarle a las paritarias.
Otro de los gremios que el Gobierno pretende tomar como ejemplo aleccionador para los más díscolos es el de los municipales porteños, quienes –según se apresuró a publicitar el macrismo- cerraron con Horario Rodríguez Larreta la ridícula paritaria del 12% sin cláusula gatillo. Se trata del Sindicato Único de Trabajadores de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (Sutecba), al mando de Amadeo Genta; y de UPCN, conducido a nivel nacional por Andrés Rodríguez, ambos famosos por su cercanía con los oficialismos de turno.
Pese a ello, luego de que el ministro de Hacienda de la Ciudad de Buenos Aires, Martín Mura, sostuviera que “el acuerdo alcanzado pone de manifiesto una negociación responsable de ambas partes, sustentada en sólidas bases de diálogo construidas entre el Poder Ejecutivo y las entidades gremiales”, los gremios salieron a desmentirlo.
En un comunicado, Sutecba calificó la actitud del gobierno porteño de “aviesa y falaz” y detalló que la negociación obtuvo un 17% de aumento para 2018, a lo que se suma la aplicación de la cláusula gatillo para compensar la pérdida de poder adquisitivo del año pasado y se traducirá en una suma no remunerativa de $5000 que percibirán todos los trabajadores del escalafón general. «Nunca tuvimos este tipo de operación política en una negociación paritaria –aclaró Aníbal Torretta, secretario de Organización del sindicato en una entrevista a Radio Cooperativa-. No entiendo por qué el señor Mura salió con esto».
El marketing oficial puesto al servicio del achicamiento de los salarios tiene, en realidad, la mira puesta en el acuerdo con Comercio, del «gordo» Armando Cavalieri, y con la UOCRA, del “independiente” Gerardo Martínez. En ambos casos espera cerrar con la pauta del 15% que, por ahora, sólo pudo negociar en los titulares.