Por Inés Hayes | Terminar con la corrupción, reducir la violencia y la pobreza generalizada de México fueron las promesas centrales de su campaña y se hicieron muy populares entre los y las votantes, que sobreviven en un país diezmado por las migraciones forzadas, el narcotráfico, los asesinatos y las desapariciones.
Consultado por The New York Times, Juan de Dios Rodríguez, un campesino de 70 años del Estado de Hidalgo dijo: “Es tiempo de un cambio, es tiempo de ir con López Obrador y ver qué pasa”. Si bien ese Estado ha respondido históricamente al Partido Revolucionario Institucional (PRI), la corrupción y la violencia han llevado a miles de sus ex votantes a elegir un cambio: “Esta será la primera vez que votaré por un partido diferente”, dijo el campesino.
Terror y narcotráfico
Casi 12 años de “guerra contra las drogas” han provocado la muerte de más de 125 mil personas, 30 mil siguen desaparecidas y más de 250 mil han sufrido desplazamientos forzados. 2017 fue el año más violento de la historia contemporánea de México: en promedio, fueron asesinadas 70 personas al día.
Desde diciembre de 2006, las Fuerzas Armadas sustituyen a cuerpos policiales en cientos de municipios de todo México. Fue una de las primeras decisiones que tomó el ex presidente Felipe Calderón, del Partido Autonomista Nacional (PAN), al iniciar su mandato. Desde entonces, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) ha recibido miles de denuncias por abusos de militares y marinos. Según la Comisión Mexicana de Defensa y Protección de Derechos Humanos, en 197 ocasiones, el ombudsman ha señalado torturas, asesinatos y desapariciones forzadas.
Contra estas políticas votó la mayoría de la población este 1 de julio: en su tercer intento por llegar a la presidencia, López Obrador, de 64 años, ganó en la elecciones, que fueron descriptas por las autoridades electorales como las más grandes en la historia de México.
“Llamo a todos los mexicanos a la reconciliación y a poner por encima de los intereses personales, por legítimos que sean, el interés superior, el interés general. El Estado dejará de ser un comité al servicio de una minoría y representará a todos los mexicanos, a ricos y pobres, a pobladores del campo y de la ciudad, a migrantes, a creyentes, y no creyentes, a seres humanos de todas las corrientes de pensamiento y de todas las preferencias sexuales”, dijo López Obrador al conocer la victoria ante una plaza colmada de gente.
Repartición de la riqueza
En su campaña, López Obrador aseguró que bajaría su propio salario y, eliminando la corrupción, aumentaría el de los empleados estatales, así como las pensiones y jubilaciones, las becas de estudio y los subsidios para los campesinos.
Dentro de su gabinete habrá políticos de izquierda y líderes sindicales y es posible que López Obrador tenga una mayoría en el Congreso, lo que le dará más poder para promulgar sus políticas. AMLO, como se lo conoce popularmente, también prometió revisar los contratos de exploración petrolera y poner en manos del Estado los futuros convenios y la exploración.
La tercera es la vencida
Esta es la tercera vez que López Obrador se presenta a candidato para la presidencia de la nación. Desde febrero de 2015, Andrés Manuel López Obrador expresó sus intenciones de presentare nuevamente, a través de la coalición que él mismo creó: Morena. En noviembre de 2017, presentó su “Proyecto Alternativo de Nación 2018-2024” y el 12 de diciembre se registró ante la Comisión Nacional de Elecciones como precandidato.
Durante su carrera política se ha desempeñado como presidente nacional del Partido de la Revolución Democrática (PRD) de 1996 a 1999, Jefe de Gobierno del Distrito Federal de 2000 a 2005, candidato a la presidencia de México por la Coalición Por el Bien de Todos en las elecciones federales de 2006 y por la coalición Movimiento Progresista en las elecciones de 2012.