Redacción Canal Abierto | En un conflicto que ya se extiende durante más de dos meses, la gigante Pampa Energy sigue achicando su plantilla de operarios de las plantas de Zárate.
Desde mediados de junio el sindicato y la empresa mantienen reuniones en el ministerio de Trabajo de la Nación a raíz de un Proceso Preventivo de Crisis presentado por la compañía Mindlin.
En la asamblea de ayer, los trabajadores definieron ingresar nuevamente a la fábrica pero continuar con medidas de fuerza, mientras los despedidos y otros sectores solidarios sostienen el acampe en la puerta de la planta industrial.
La empresa pretendía cerrar una fábrica de plástico en la que trabajaban 20 empleados. Finalmente 21 trabajadores aceptaron un retiro voluntario, pero luego llegaron 15 despidos más.
Norberto Lubo, Secretario General del Sindicato del Personal de Industrias Químicas y Petroquímicas de la zona, explica a Canal Abierto que “pretendían despedir 20 compañeros, después de gestiones en el Ministerio logramos que abran un proceso de retiro voluntario, así se fueron 21 compañeros, pero a pesar de eso quisieron echar 15 mas”.
“O sea, querían achicar en 20, se fueron 21, y de todas formas nos quieren sacar otros 15. Nosotros sabemos que esto termina en que después todos tienen que hacer de todo”.
El referente gremial denuncia que “quieren una rebaja de salarios y multiplicad de tareas, cada vez que nos acercamos a resolver el problema piden algo más, rebajaron el salario, recibieron 21 retiros voluntarios, pueden dejar el retiro voluntario abierto, pero con los 15 compañeros adentro”, advierte Lubo.
Por último, el titular de Químicos reconoce que el contexto para los trabajadores y las trabajadoras del sector es de lucha constante y retrocesos permanentes: “tenemos Zarate, Campana, Baradero, Exaltación de la Cruz, Gualeguaychú y Larroque, hace un tiempo que venimos golpeados, este ultimo año nos cerraron varias fabricas, sufrimos despidos, todo el mundo trae de afuera en vez de producir en el país, aparte de la bicicleta financiera: con los intereses que están dando los bancos quien va a apostar a producir, todo el mundo se mete en la ruleta”.
Marcelo Milanessi, uno de los operarios despedidos, desde el acampe denuncia que “la empresa no quiere sentarse a negociar. Esta trabado el conflicto porque ellos quieren que entreguemos todos nuestros derechos, a cambio de la reincorporación de los 15 despedidos”.
“Para presentar un preventivo de crisis la producción tiene que estar cayendo, el balance tiene que estar dando pérdidas, y esto no es así porque la planta está produciendo. Van por el convenio colectivo, quieren sacar todos los beneficios que obtuvimos los químicos con la lucha de todos estos años” asegura el obrero.
La firma cerró la planta de polietileno para bovinas plásticas, dejando sin empleo a 20 trabajadores que terminaron firmando un retiro voluntario. Luego la empresa, según los propios trabajadores, impuso una rebaja del salario de entre un 20 y un 30% además de una readecuación de tareas; algo que se estaba negociando con la premisa de que ningún trabajador más se quede afuera. Finalmente llegaron los 15 despidos.
Marcelo Mindlin
Mindlin, de 53 años, es un poderoso empresario, accionista de Pampa Energía, grupo dueño de Edenor, Transener, la mayor transportadora eléctrica y TGS, la segunda transportadora de gas.
Fue uno de los grupos más beneficiados por los reiterados tarifazos. Tal es así que Pampa Energía pasó de estar en el puesto 103 en el ranking de las empresas que más facturaron en Argentina, en el 2015, al puesto 10 según la revista Forbes, en octubre de este año.
Desde el primero de agosto de 2016 Pampa Energía asumió el control de Petrobras Energía (PESA), el brazo local del gigante petrolero de Brasil por el que pagó casi u$s 900 millones.
Con la compra de Petrobras, Pampa heredó dos plantas petroquímicas en el país, una de ellas instalada en Zárate y dedicada a la producción de poliestireno.