Por Pablo Bassi (Fotos: Euge Neme) | El presidente Mauricio Macri interrumpió por unas horas sus afables vacaciones en el country club Cumelén de Villa Langostura, para volar hoy en helicóptero hasta la planta de gas de la empresa Camuzzi en Bariloche, donde inauguró la ampliación del gasoducto cordillerano que beneficiará a dos mil familias tres años después de lo previsto.
A su lado se encontraba el gobernador de Río Negro, Alberto Weretilneck, quien agradeció al “gobierno federal” las inversiones realizadas en los gasoductos que también abastecerán a Catriel, Viedma, San Antonio Oeste y la línea sur (ciudades que recorren de oeste a este la provincia). Señaló que, de esta manera, quedará cubierto el 100% del territorio.
Este primer acto público del año electoral sea tal vez uno de los ejes más ficticios de una posible campaña. Porque a partir del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, la obra pública se redujo en un 0,5% del PBI respecto a 2018 y las PPP (Participación Pública Privada) impulsadas por el ministro Guillermo Dietrich han quedado congeladas. No hay financista que quiera invertir con un peso devaluado al 100% en pocas semanas.
Actualmente la ciudad de Bariloche tiene un 40% de vecinos sin conexión de gas natural, lo que encarece durante el crudo invierno su calefacción. Una familia necesita alrededor de diez mil pesos en leña para sobrevivir en los meses fríos, con el riesgo ignífugo que eso implica.
El Gobierno de Río Negro sabe asimismo del costo del gas envasado, pues debió hacerse cargo de las consecuencias del retraso en las obra del gasoducto cordillerano. Para cumplir con los contratos, gastó más de 100 millones de pesos en el barrio 645 Viviendas del Plan Federal.
Política electoral
Con los tanques de gas como escenario y pocas decenas de invitados en lo que es ya una marca registrada de la estética Cambiemos, el presidente Macri habló menos de quince minutos. Hizo una asociación semántica con la “buena energía”, culpó al gobierno kirchnerista por el incumplimiento en los plazos de la ampliación del gasoducto y dijo que la obra pública durante su administración no está vinculada a la corrupción.
Atentos los escuchaban en las primeras filas los principales funcionarios del Ejecutivo provincial y el municipio de Bariloche. También estaban Alejandro Macfarlane, Jorge Boasso y Marcelo Ruiz, máxima jerarquía de Camuzzi Gas, la empresa que con los tarifazos logró facturar en 2017 seis veces más que el resto de la cúpula empresarial argentina: un 153,5%, muy por encima de la evolución interanual del 23,5% del PBI e, incluso, del 26,4% promedio obtenido por las 53 firmas que componen la crema de la burguesía local.
Una ausencia suspicaz fue la del diputado nacional del Pro con aspiraciones electorales Sergio Whisky, un férreo opositor a la candidatura de Weretilneck, quien llegó a la vice gobernación en 2011 y a la gobernación en 2015, cargo que pretende renovar este año.
El mandatario rionegrino lidera Juntos, un partido provincial de relación amigable con Cambiemos. La insuficiente intención de votos de los hombres y mujeres de Pro en la provincia alienta al ala política comandada por Rogelio Frigerio a ensayar un acuerdo que le impida al intendente de General Roca, el kirchnerista Martín Soria, desplazarlo.
Un posible enroque sería que, al adelantar las elecciones provinciales, Juntos prescinda de su participación en las nacionales. Otra, es que el acuerdo se amplíe al bloque Argentina Federal de los nueve gobernadores justicialistas, en el que Miguel Pichetto sea candidato a senador en alianza con Juntos y diluya de este modo los votos del sorismo.
¿Habrá sido la rosca parte de la charla de breves minutos que mantuvieron Macri y Weretilneck en el gimnasio municipal 3 de Bariloche, donde descendió el presidente?
En diálogo con periodistas locales, el gobernador negó haber abordado política partidaria, subrayó que Juntos es una fuerza provincial sin ataduras a estructuras nacionales y que Macri tomó nota de su reclamo por demoras en la finalización de obras en la ruta 22.
Protesta
El viento que soplaba fuerte en la ciudad andina trajo un grito que a nadie pasó desapercibido, pero el micrófono desde el que hablaba el presidente no logró captar: “traidor”.
A cincuenta metros, militantes de ATE Río Negro le exigían al presidente que “devuelva la caja del ANSES”, reclamo que también tuvo que escuchar el director ejecutivo del organismo, Emilio Basavilbaso, durante su visita días atrás a la ciudad de General Roca.
Durante la mañana, el secretario general provincial del sindicato, Rodolfo Aguiar, criticó “la falta total de obras financiadas con recursos federales. Debe recordarle (Weretilneck) a Macri que no recibimos ni un solo peso de los 304.000 millones del Plan Patagonia (supuesta inversión de 304.000 millones de pesos para 208 obras) y que la eliminación del Fondo Sojero llevó al límite de la quiebra a varios municipios».
*Cobertura Colaborativa Canal Abierto/Revista Cítrica