Por Mariano Vázquez (@marianovazkez) | El Consejo Nacional Electoral (CNE) proclamó como presidente electo a Nicolás Maduro para el período 2019-2025, luego de ganar los comicios del 20 de mayo de 2018 con 6.244.016 votos, equivalentes a 67,84 por ciento de los sufragios válidos emitidos.
En consecuencia, esta tarde el mandatario en funciones fue juramentado por el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) que, a su vez, declaró en desacato a la Asamblea Nacional. Al siguiente día (11 de enero), Maduro acudirá a la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), un poder plenipotenciario vigente desde 2017.
Por su parte, Estados Unidos, la Unión Europea y los países del Grupo de Lima (Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Guyana, Honduras, Panamá, Paraguay, Perú y Santa Lucía) no reconocen el resultado de los comicios de mayo y amenazan con sanciones económicas si Maduro asume.
La respuesta del gobierno venezolano fue contundente: “La extravagante declaración de un grupo de países del continente americano que, tras recibir instrucciones del gobierno de Estados Unidos a través de una videoconferencia, han acordado alentar un Golpe de Estado en Venezuela, en un hecho sin parangón en la historia de la región, al intentar desconocer tanto el Gobierno democráticamente electo, como a las instituciones legítimamente constituidas”.
La semana caliente no dejó indiferente a uno de los principales aliados de Venezuela. El viceministro de Exteriores ruso, Serguéi Riabkov, expresó su preocupación por los intentos de Washington «de consolidar un frente anti-Chávez entre los Estados latinoamericanos» y advirtió que un intento de apelar a la fuerza militar «tendría un desarrollo desastroso».
En la misma línea se pronunció en las últimas horas la Confederación Sindical de Trabajadores de las Américas (CSA), que reúne a 55 millones de afiliados. La expresión sindical regional expresó su “compromiso con la paz, la democracia y la soberanía en Venezuela”, y calificó al Grupo de Lima como “instrumento del imperialismo”.
En lo interno, la oposición está casi desaparecida. «¿Qué harán los opositores en el exterior?», se pregunta el director del diario Últimas Noticias, Eleazar Díaz Rangel en un artículo: «No pregunto qué harán en el país, porque las oposiciones carecen de fuerza para hacer nada. En cambio los cancilleres del Grupo de Lima resolverán si retiran a los embajadores o si van más allá y rompen relaciones. Tampoco se sabe que hará Washington, determinante porque incidirá en lo que van a hacer los limeños, no darán un paso sin oír la voz del amo».
Panorama 2019
Adel El Zabayar, diputado emérito de la Asamblea Nacional, fue emisario de Hugo Chávez ante varios países árabes y es el actual presidente de la Federación de Asociaciones y Entidades Árabes de Venezuela (FEARAB): «2019 viene cargado con todos los errores del 2018, más la ausencia de una planificación para frenar el deterioro de la economía. Lo que podría conducirnos a un colapso mayor», dijo.
A la vez, explica El Zabayar, «hay un factor totalmente ausente y es una propuesta alternativa que aglutine. La oposición venezolana está en terapia intensiva. Esto es algo muy a favor de Nicolás Maduro, porque le da chance de repensar los planes».
La experiencia de Siria, detalla el también presidente de FEARAB, enseña que «no importa el grado de sanciones, siempre y cuando se cuente con un frente interno sólido, especialmente en la producción nacional de alimentos y medicina. Este factor lamentablemente está ausente en Venezuela y constituye una gran debilidad».
El nuevo presidente de la Asamblea Nacional, juramentado para el periodo 2019, Juan Guaidó (del partido Voluntad Popular de Leopoldo López), dio un primer discurso oficial cargado de críticas al gobierno de Nicolás Maduro, a quien calificó de “dictador y usurpador de la presidencia”.
Marcos Salgado, corresponsal de la cadena internacional HispanTV en Caracas observa que Guaidó «planteó respetar la ley, lo que indica que la pauta principal de la nueva AN (controlada por la oposición) será la negociación. No obstante, en varios pasajes de su discurso, habló de ‘transición’, y de convocar a todos los sectores para ‘restablecer’ la democracia. Unos llamados que parecen paños fríos para los ánimos más calenturientos de sectores de la oposición, que quieren que la AN asuma una suerte de gobierno paralelo a partir del 10. Algo que pinta como sueños lejanos».
El periodista observa un fluido diálogo entre el gobierno y el sector empresario. Durante 2018 hubo varios pedidos a Maduro que fueron realizados, como la liberación del control de cambio, la eliminación de la fijación de precios (para incentivar la oferta y demanda en el mercado), la producción con incentivos y la reducción de la emisión de dinero inorgánico.
«También el pueblo renovó su expectativa, pero la nunca resuelta ausencia de autoridad del Estado en materia económica permitió que los precios en aumento constante fagocitaran los nuevos sueldos. Los nuevos billetes de bolívar soberano ya circulan en fajos, como los anteriores, para más o menos cubrir el precio de algún producto», apunta Salgado.
Una nota publicada el diciembre pasado por el opositor diario El Nacional (enlace) señala que la inflación del pasado mes de noviembre llegó a 144,2% y que la inflación anual (2018) llegó a 702.521%.
El Gobierno de Venezuela no publica datos oficiales sobre la inflación desde el año 2015, cuando el Banco Central de Venezuela (BCV) indicó que «la variación anualizada (en el índice de precios al consumidor) al cierre del tercer trimestre de 2015, se ubicó en 141,5%».
«El escenario económico es bastante complejo, pero en gran medida dependerá de lo que se haga este año, para saber hacia a donde marchará el gobierno de Nicolás Maduro», indica Ingerzon Freites, economista, presidente del Observatorio Venezolano de la Realidad Económica (OVRE).
2019 será un año difícil por varias razones, apunta el economista: los precios del petróleo están bajando desde finales de noviembre de 2018; esa baja afecta las finanzas venezolanas que dependen de la venta del petróleo en los mercados internacionales; la industria petrolera nacional se encuentra mermada; la continuidad de las sanciones financieras de Estados Unidos a Venezuela.
«Sin embargo, considero que los principales factores a superar, en el nuevo periodo del presidente Maduro, serán la corrupción y la ineficiencia. Tiene que desligarse totalmente de los equipos de trabajo con los que viene actuando y buscar un verdadero gabinete económico», asegura el economista Freites.
«¿Qué se puede esperar el diez de enero en Venezuela? Todo parece indicar que se puede esperar que llegue el día once, y el doce, y así. El pulso político de Venezuela no se resuelve en los pasillos de las cancillerías latinoamericanas o en el departamento de Estado», concluye Marcos Salgado.