A partir de la fecha, los periodistas, o bien llamados comunicadores sociales, deberán tener amplio y probado desconocimiento y analfabetismo acerca de: culinaria, economía, deportes, música, política, agricultura, cuestiones policiales, horóscopo, meteorología, conflictos matrimoniales, delincuencia, pobreza, medicina, geopolítica, literatura, feminismo, desempleo y demás asuntos por el estilo de cuyo relato más o menos veraz dependen el equilibrio psíquico y el bienestar de todo pueblo.
Pero deberán probarlo en sus escritos, en el micrófono y de cara a una cámara de televisión. También, desde luego, en todo comentario que echen a volar en las redes sociales.
Sólo así podrán gozar del favor de un buen salario.
Anótese, comuníquese, notifíquese y archívese.
(Debido a la antigüedad del documento, repleto de sombras y pústulas amarillentas, resulta extremadamente trabajoso establecer con exactitud el lugar y la fecha del mismo)