Redacción Canal Abierto | “El Gobierno se ha autoimpuesto una situación con poco resquicios de salida”, sostiene Mercedes Marcó del Pont, economista, ex consultora del Banco Mundial, del Banco Interamericano de Desarrollo y titular del Banco Central de 2010 a 2013, entidad que maneja la política cambiaria argentina.
Desde el Día de los Enamorados, el Gobierno no para de subir la tasa de interés, en un intento de retener a los ahorristas en el peso a fuerza de utilidades descomunales en plazos cortos. Pero no funcionó. Hace una semana que la divisa sube de forma sostenida y acaba de cerrar, tras otra jornada alcista, en $44.90. Sobre el tema, Marcó del Pont no es optimista.
¿Por qué sube el dólar?
-Lo que está provocando esta presión cambiaria es que los argentinos, las empresas y personas físicas, están dolarizando sus carteras. Frente a esto, aumentar la tasa de interés ya no alcanza. El miedo le está ganando a la codicia, sobre todo por el riesgo de devaluación que va in crescendo en el tiempo.
¿Por qué el Gobierno no interviene de otra manera?
-El FMI le ha limitado enormemente la capacidad de intervenir en el mercado, vendiendo dólares, por ejemplo. Recién a mediados del mes que viene, abril, le va a habilitar vender de a 60 millones de dólares diarios, lo que no es demasiado para conjurar una corrida. Creo que estamos en una situación donde obviamente no hay espacio para crecer con esta timba y estos costos financieros. El Gobierno ya sacrificó el crecimiento para este año y por lo tanto, la situación social, del mercado de trabajo. Sólo le quedaba mantener estable y calmo el dólar de aquí a octubre y eso está en serias dudas.
¿Por qué decís que esta corrida es algo que el Gobierno se “autoimpuso”?
-Estas presiones cambiarias se están dando porque este gobierno desreguló absolutamente el mercado de cambios. Es muy loco que estemos discutiendo si más tasa o más devaluación y no cómo regular la fuga, que sería el primer punto que uno tendría que plantear.
La opción que tomaron fue abrir la puerta a la fuga de capitales y el conjunto de los argentinos y las argentinas nos estamos endeudando hasta el tuétano para que (los dólares) entren por una puerta y salgan por la puerta de la fuga.
Pinchar el consumo y, con él, las importanciones, para obtener dólares en la balanza comercial tampoco parece estar alcanzando…
-Cuando salieron los datos esta semana del Banco Central y del mes de febrero, lo que dicen es que en el ránking de para quién se compran los dólares está, a la cabeza, la fuga, la dolarización de ahorros con 12 mil millones de dólares. Después está el pago de la deuda, y recién después está el pago de importaciones. O sea que por más que sigan bajando las importaciones a través de la recesión y del ajuste, lo cierto es que hay todavía mucho espacio para la dolarización de carteras. Hay mucho en plazo fijo, hay mucho en títulos del gobierno, y eso es lo que está presionando y va a seguir presionando el tipo de cambio.
¿Por qué no estamos discutiendo la fuga?
– Es el mismo Fondo el que tendría que estar planteándoselo, porque el Fondo tiene prohibido financiar gobiernos para que después se den vuelta y con esos dólares banquen una fuga de capitales. Pero esa discusión sigue siendo tabú. El tema del cepo dejó muy instalado que hay un derecho humano en la Argentina a que el dólar sea un instrumento de ahorro o de refugio sin ver cuáles son las consecuencias de esta realidad. Esas consecuencias son la devaluación, la inflación, es el aumento de los alimentos, la recesión, y la pobreza. Hay inflación porque aumentaron los alimentos, porque aumentó el dólar, porque hay fuga.
¿Hasta cuándo va a seguir financiando esto el FMI?
-Yo no sé si todo el directorio del FMI está de acuerdo con este préstamo sin precedentes de 57 mil millones que se le ha dado a la Argentina. Yo diría que es el gobierno de Estados Unidos apoyando al gobierno de Macri: esto es una decisión política. Y por eso creo que el staff del Fondo debe estar preocupado porque saben que esto no converge hacia ningún equilibrio sino hacia una nueva crisis y otra vez ellos van a ser los co-responsables.
Leo que los mercados están nerviosos hasta que lleguen los casi 10 mil millones que nos van a desembolsar en pocos días, pero los van a poder utilizar a lo largo de todo lo que resta del año, 60 millones diarios. Eso no alcanza para parar una corrida. Entonces, ya el FMI le está diciendo al Gobierno que parte del trabajo sucio lo siga haciendo la devaluación y eso políticamente es fatal porque se están jugando todas las fichas a estabilizar el tipo de cambio.
¿Pueden aguantar el dólar hasta las elecciones?
–La pregunta es si antes o después de octubre, y yo creo que van a estar en problemas. Creo que esta tendencia se va a mantener, porque el límite superior de la banda de no intervención de aquí a junio es un dólar en $54. Y recién después, por encima de ese valor, es que puede intervenir más activamente el Banco Central. Es una devaluación de más del 20% y eso sabemos lo que significa en términos de inflación, y por lo tanto lo que significa en términos de mayor erosión de la imagen del Gobierno que ya está bastante deteriorada.