Redacción Canal Abierto | El escenario económico actual ha cambiado los hábitos de consumo incluso de aquellos que gozan de ingresos mensuales altos. Pero esta realidad, a los jubilados les cuesta su salud. De acuerdo al último informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) la inflación de los medicamentos alcanzó un aumento de 266% en cuatro años, contra un incremento en los haberes del 172%.
El período analizado se extiende desde mayo de 2015 a abril 2019. Según el CEPA el poder adquisitivo de la jubilación mínima se retrajo 18,5% en la comparación de la misma etapa. Es decir, la pérdida representa $1.925 mensuales aproximadamente, considerando la jubilación mínima de $10.410 en marzo de 2019.
La gravedad del costo actual de los medicamentos es que muchos de ellos, como los esenciales para tratar enfermedades cardiovasculares, han alcanzado aumentos de hasta un 600%. Mientras, la Resolución Nº005 de PAMI –que deja de entregar medicación crónica gratuita- dejó sin medicación a más de 2 millones de afiliados.
Como principal consecuencia de esto y de las trabas burocráticas para adquirirla, los adultos mayores han limitado y, en muchos casos, cesado el consumo de su medicación para generar un ahorro económico en los gastos de su vida cotidiana.
En febrero de 2018 la jubilación mínima -$7.246- superaba 28% a la Canasta Básica Total publicada por Indec con un costo de $5.676. Un año después, esta relación se redujo a un 5%, con una jubilación mínima de $10.410 apenas por encima de la línea de pobreza calculada para una persona.
Dado que el 60% de jubilados en Argentina cobra esta suma, la situación se vuelve conflictiva. De acuerdo a la Defensoría del Pueblo de la Provincia de Buenos Aires, “los adultos mayores no están recibiendo la cobertura que les corresponde. A eso hay que sumar los trámites engorrosos sobre medicamentos oncológicos, que cuando llegan lo hacen tarde”.
En esa línea, destacaron también que “muchos de los jubilados tienen un haber, haber y medio y se les hace imposible pagar 5 o 6 mil pesos en gastos de medicamentos para su tratamiento. Y por eso muchos deben recurrir a sacar créditos para comprar medicamentos, algo detectado por la defensoría. Lamentablemente también pasa para comer y llegar a fin de mes. Esto es un reclamo permanente”.
El CEPA también advierte que la moratoria jubilatoria para mujeres está próxima a finalizar (la de varones ya culminó) y la propuesta del Gobierno es avanzar en un reemplazo hacia una pensión universal de adultos mayores (PUAM). Ésta representa un 80% de la jubilación mínima y las mujeres podrán acceder a ella a los 65 años, y no a los 60 como en la moratoria. El valor actual de la PUAM es de $8.320.
Si se analiza la evolución de la jubilación dólares, la pérdida adquisitiva del haber actual alcanza un 43% respecto al valor de 2015.
Volviendo a los medicamentos, y debido a que su precio está atado al costo de insumos extranjeros, la devaluación hizo que muchos de ellos lleguen a un aumento del 600%.
Sólo en marzo de este año los 50 principales medicamentos aumentaron en promedio un 3,2%, en línea con el índice inflacionario. Mientras, el promedio de los 10 que más subieron en ese mismo mes alcanzó el 6,2%.
De acuerdo a un informe elaborado por el Ministerio de Salud en 2013, las Enfermedades Crónicas No Transmisibles constituyeron más del 70% de las muertes en ese año. Las enfermedades cardiovasculares encabezaban la principal causa para la población en general con un 40,2%.
En 2017, del total de defunciones (341.688) el 73% correspondieron a personas de 65 años y más. El 32% de las defunciones de personas de 65 años y más correspondieron al aparato circulatorio, el 16% a tumores y el 22% a enfermedades del sistema respiratorio. Solo el 5,5% de las muertes fueron por causas de enfermedades infecciosas y parasitarias.
“Al quitar el PAMI y el Remediar, la limitación de la entrega gratuita de medicamentos puso en grave riesgo no sólo la salud de las personas mayores, sino también la calidad de vida de aquellas que presentan patologías crónicas. Sin tratamiento oportuno se generan discapacidades y aumentan la fragilidad y la dependencia en las personas mayores”, advirtieron desde el CEPA.