Redacción Canal Abierto | A mediados de 2018, el Banco Central anunció un recorte de 30.000 millones de pesos destinados a la obra pública para, indirectamente, garantizar recursos dirigidos al negocio financiero. Las cuentas del Gobierno dieron perfecto y el ahorro fiscal -producto de este ajuste más la baja de subsidios a las tarifas de los servicios públicos- equivalió, de forma casi idéntica, al pago de intereses de deuda.
En dinero, la caída en la obra pública representó en 2018 un recorte de más de 67 mil millones de pesos. Según un relevamiento realizado por la economista Julia Strada, la creación de nuevas líneas o centrales eléctricas cayó un 2,8%; las obras relacionadas al transporte como rutas y puentes, cayeron 18,30%; mientras que la caída en las obras de vivienda y agua potable y alcantarillado se acerca al 30%.
Destinar dinero a la deuda en detrimento de la obra pública tiene consecuencias. En este caso, significó un derrumbe estrepitoso del sector. De acuerdo con una encuesta publicada por la consultora ManpowerGroup Argentina sobre Expectativas de Empleo para el tercer trimestre de 2019 (julio-septiembre), el segundo rubro donde será más difícil conseguir empleo los próximos meses es la Construcción (-6%), con un descenso de 4 puntos en comparación con el trimestre anterior y de 13 puntos respecto del tercer trimestre de 2018.
Grosi asegura que “se están perdiendo mil puestos en la construcción por día”. “Por eso nosotros planteamos el plan de emergencia de obra pública con mano de obra intensiva, lo que sería viviendas, infraestructura, refacción de hospitales y escuelas”, sostiene.
“Lo que hay es lo que yo llamo ‘obrita electoral’, pavimentos superficiales que se hacen sobre todo con máquinas, y no dan trabajo. Y eso empezó a notarse el año pasado”, explica Víctor Grosi, secretario general del Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Construcción (SITRAIC) que se encuentra en la CTA Autónoma, en diálogo con Canal Abierto.
“En el Presupuesto de este año, la obra pública cayó en un 60%. Son innumerables los planes de vivienda que están parados. Todo lo que se estaba haciendo por Participación Público-Privada (PPP), que venía adelantado, se quedó sin financiamiento porque hubo una retirada general de los bancos y se están parando. O no se cerraron pero lo que queda es estética pura porque donde debería haber 300 trabajadores hay 30 -destaca el sindicalista-. La obra privada también se está paralizando porque no venden nada, y no hay miras de que esto se reactive rápidamente”.
Grosi asegura, además, que “se están perdiendo mil puestos en la construcción por día”. “Por eso nosotros planteamos el plan de emergencia de obra pública con mano de obra intensiva, lo que sería viviendas, infraestructura, refacción de hospitales y escuelas”, sostiene.
La situación se agrava si se tienen en cuenta las repercusiones. Por cada puesto directo empleado en el rubro de la construcción, se calcula que hay entre cuatro y seis puestos indirectos, que provienen mayoritariamente del mundo de los insumos.
Loma Negra, la empresa nacional insignia en fabricación de materiales para la construcción, acaba de inició el proceso de cierre de su planta de Barker, en el partido bonaerense de Benito Juárez, y dejará sin trabajo a 275 empleados. El motivo: la planta da pérdidas ya que con la producción de las otras filiales la demanda –en caída- está sobre abastecida.
Según indicó a El Cronista el CEO de la compañía, Sergio Faifman, en el primer semestre del año se registró un 10% de caída en los despachos de cemento de Loma Negra. En todo el sector, la caída es de alrededor de 4%.
“La caída es pronunciada, y el silencio de la Cámara de la Construcción en esto obedece a que todos están procesados por las causas de cartelización de la obra pública”, afirma Grosi.