Redacción Canal Abierto | Las medidas de regulación del mercado de capitales fueron las más criticadas por parte del macrismo oposición, y la última respuesta a la debacle económica del macrismo oficialista.
Luego de las PASO, la corrida cambiaria desatada el lunes llevó el dólar a $60 –un 30% de aumento en un día- y derivó en una serie de medidas a contramano de la política de libre mercado que Cambiemos solía pregonar, donde el demonizado control de cambios (también llamado “cepo cambiario”) ofició de broche de oro.
Pero, lejos de terminar con la fuga de capitales, sólo cambió las reglas. “Lo primero que tenés es el goteo permitido por el Banco Central, que son los 10 mil dólares que se venden a cada persona por mes. Eso genera que vayas a tener cada vez más gente intentando retirar”, explica Christian Buteler, inversor y analista financiero.
“Después tenés otros instrumentos que, si bien son una forma de sacar el dinero, no involucran al Banco Central o a las reservas, porque son entre privados –continúa-. Por ejemplo, el dólar Mep. Es una operación por la cual alguien compra un bono en pesos y lo vende en dólares. Con un dólar oficial a unos $57, el dólar Mep cotiza en alrededor de $64, así que quien realiza esa operación se gana 7 u 8 pesos por dólar”.
La diferencia en esta transacción (del 20 o 30%) la paga la empresa o el individuo que necesita dolarizarse pero no puede comprar por otro mecanismo. Es el caso, por ejemplo, de las compañías que deben pagar a proveedores o acreedores en el exterior.
Otra herramienta es el contado con liquidación (contado con liqui): se trata de comprar acciones o bonos en Argentina y venderlos en Estados Unidos. “Ahí no solamente te estás dolarizando, sino que también estás sacando la plata del país porque los dólares te los van a acreditar en tu cuenta en el exterior”, detalla Buteler. Al cierre de esta nota, el contado con liqui cotizaba a $73,50.
En ambos casos se trata de operaciones legales, que se pueden reflejar en los balances.
El futuro ya ocurrió
Estas estrategias no son nuevas: cada vez que un cepo, más o menos estrecho, fue implementado como método para contrarrestar una fuga de divisas, reaparecieron como opción, cara pero eficiente, para quienes necesiten o quieran comprar más dólares de los que el Central está dispuesto a venderles.
“No te voy a impedir que vos si querés dolarizarte, te dolarices. Como gobierno podré decirte ‘yo no te vendo los dólares’ pero vos vas a buscar la forma de poder comprarlos igual, que es lo que hace el mercado”, reflexiona Buteler.
En el mismo sentido, y en retrospectiva, considera que estas medidas en el pasado han generado más problemas que soluciones: “Estas medidas intentan detener la fuga, pero la fuga sigue. Y lo que inmediatamente restringen es el ingreso de fondos: nadie ingresa a un lugar de donde no puede salir y lo sabe de antemano –afirma el analista-. Argentina ha tenido controles de ese tipo muchas veces y nunca fueron efectivos. En el último, en la era K, terminamos con la mitad de las reservas que cuando se puso la medida”.
Y agrega: “Lo esperable es que las restricciones se vayan incrementando, como pasó la semana pasada cuando cortaron ‘el rulo’ por el que los ahorristas compraban al dólar oficial y vendían en el mercado paralelo. Muy probablemente van a seguir bajando las reservas, y el riesgo más grande es que, como el dólar paralelo el que pasa a ser el más libre, sea el que se tome de referencia para fijar precios”.
En otras palabras, que en el futuro inmediato soportemos una inflación equivalente a un dólar a $70.
Ilustración: Marcelo Spotti