Por Mariana Aquino / Revista Cítrica | “A un chico le dijeron que salga de su pieza, lo hicieron salir a la fuerza. Lo golpearon, lo tiraron y lo esposaron. En su billetera tenía cinco mil pesos. Cuando volvió a entrar a la habitación, la billetera estaba debajo de la cama, sin los cinco mil pesos. Es plata que usamos para ayudar a nuestros familiares en Senegal. ¿Hasta cuándo nos van a seguir robando y persiguiendo? La gente habla y no sabe”, denuncia Alba en las puertas de la pensión de Alsina al 2672.
La calle Alsina es un caos. Son muchos, hablan todos a la vez. Están asustados y tristes. Los vendedores senegaleses otra vez fueron el centro de la persecución de la policía de Horacio Rodríguez Larreta. Con una orden de la fiscal Celsa Ramírez, a las 7 de la mañana llegó el operativo de la Policía de la Ciudad a la casa en la que viven al menos 28 de ellos. ¿Qué buscaba la policía? Secuestrar la mercadería que venden habitualmente por las calles de Once. Eran más de 20 policías armados frente a un grupo de senegaleses indefensos. Entraron por la fuerza y de forma violenta a cada una de las habitaciones, rompieron vidrios, cerraduras, puertas y ventanas. Golpearon a varios y se llevaron pertenencias personales, teléfonos celulares, mercadería y plata: al menos 150 mil pesos. En ningún documento quedó asentada la cantidad y procedencia de la mercadería secuestrada.
Se llevaron las cosas de nuestros amigos, de nuestros compañeros. Les hicieron mucho mal, los lastimaron. Le sacaron la plata y los celulares.
Alba, en un perfecto castellano, denuncia: «Si vienen a nuestras casas van a encontrar plata porque nosotros laburamos de lunes a lunes. De enero a diciembre. No descansamos ni un día. La plata la tenemos nosotros, y la Policía lo sabe. Por eso entraron y lo sacaron de la habitación: para llevarse la plata”. Alba aprovecha el micrófono para contar todo lo que pasó esta mañana, que es una muestra de lo que padecen a diario: “A él le llevaron 9.500 pesos, a él 40 mil pesos. Sólo queremos trabajar. ¿Sabés todo el sacrificio que tenemos que hacer para guardar 40 mil pesos? Tenemos que pagar el alquiler, la mercadería. Y vienen y nos sacan. Siempre es lo mismo».
Baye nos invita a subir a la casa que horas antes fue reventada por la policía de Larreta. Él lleva dos años en Argentina y se siente harto de tanta discriminación, xenofobia y represión hacia sus compañeros senegaleses. “Se llevaron las cosas de nuestros amigos, de nuestros compañeros. Les hicieron mucho mal, los lastimaron. Le sacaron la plata y los celulares. Ellos no están para trabajar, sino para robarnos y mostrarnos que nosotros no somos argentinos: somos africanos. Estamos tristes, estamos hartos. Por dios, no aguantamos más acá”.
Maxi Ndiye está de paso por la casa. El viene a Buenos Aires a comprar mercadería y viaja por las provincias para venderla. Ayer hizo una compra de 70 mil pesos y hoy la perdió. La policía se llevó toda su mercadería y los 4 mil pesos que tenía en su billetera.
No somos animales, somos seres humanos. Empiezo a pensar que lo hacen porque le molesta nuestro color, porque somos negros.
Otro vendedor senegalés también lo perdió todo. Prefiere no dar su nombre ni salir en las fotos. “No quiero más problemas”, dice. Pero sí que se conozca su caso, tal vez se lo puede ayudar. Tiene que viajar pasado mañana a Senegal, le llevaron la plata, los regalos que le compró a su familia, todo. Sus compañeros están juntando plata para reponer lo perdido. Para que pueda viajar y ver a su familia.
La indignación es muy grande: «No somos animales, somos seres humanos. Empiezo a pensar que lo hacen porque le molesta nuestro color, porque somos negros, estamos muy cansados de que nos discriminen y nos saquen las cosas», sentencia Baye.
En la casa de Alsina 2672 todos charlan en ronda, cabizbajos y con los ojos vidriosos. Tienen bronca e impotencia, están hartos de la xenofobia en las calles porteñas.
Fotos: Federico Imas / Revista Cítrica
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