Redacción Canal Abierto | “La actual situación es durísima, pero el resultado de las elecciones no fue sólo el rechazo a un resultado económico, sino a una política y lógica de gobierno que se basó en el marketing y negó los problemas”, comenzó su discurso de asunción Axel Kicillof, ante la Legislatura bonaerense y con la presencia de Alberto Fernández y Cristina Kirchner.
Antes de plantear lo que serán sus lineamientos generales de gestión, el flamante gobernador de la provincia más grande y poblada del país enumeró algunos aspectos de la herencia que deja Maria Eugenia Vidal.
El ex ministro de Economía puso el foco, entre otras cosas, en la contracción económica que afectó a la provincia en 3 de los últimos 4 años y arrojó como resultado una reducción de la actividad en un 5,3% respecto de 2015. En efecto, según un informe del Instituto para el Desarrollo Económico y Social de Buenos Aires (IDESBA), el acumulado de caída de la industria con Vidal alcanzó un 7,7% (los sectores más afectados fueron textiles, cuero, automotriz, caucho y plástico y metales comunes). El rubro de la construcción es otro de los grandes afectados, con un 17,3% menos de empresas.
Si bien entre 2016 y 2018 las exportaciones bonaerenses tuvieron un crecimiento anual promedio del 3,5%, los valores se encuentran por debajo de los registrados con anterioridad. Un dato saliente es que el incremento se debió al fuerte impulso de productos primarios (3,2% promedio anual) y combustibles y energía (34,6% promedio anual), en demérito de las manufacturas de origen industrial (- 5,8% promedio anual).
En línea con el proceso de precarización y pérdida de puestos laborales a nivel nacional, la desocupación pasó del 10,8% en el segundo trimestre de 2016 a 12,4% en 2019. A su vez, el IDESBA indica que en los últimos 4 años se perdieron 51.364 empleos del sector privado (equivalente a un 31% de la merma a nivel nacional).
En el primer trimestre de 2019 –último dato disponible- un 38,4% de los bonaerenses eran pobres y un 8,7% se encontraban por debajo de la línea de indigencia. Según el registro, en un año se sumaron 1.166.925 pobres y 394.194 indigentes, cifras que hoy día podrían ser aún peores producto de la última devaluación y pérdida de poder adquisitivo del salario.
Un aspecto en el que Kicillof hizo fuerte hincapié es el proceso de endeudamiento público que encaró la administración saliente. Según estimaciones del IDESBA, la deuda por habitante pasó de $7.328 en 2015 a $40.362 en la actualidad. Para los próximos 4 años, Vidal dejó vencimientos que superan los $570.000 millones.