Redacción Canal Abierto | En el inicio de este viernes Francisco recibirá a Alberto Fernández* en lo que será la primera reunión entre ambos como jefes de Estado. Sin embargo, su historia está atravesada por distintas situaciones que parecerían presagiar una relación fluida entre la Santa Sede y la Casa Rosada.
El encuentro está pautado para las 11, hora local, las 7 en Argentina. Se estima que la conversación no dure más de media hora. A diferencia de lo que implica una visita de Estado, no habrá discursos del Papa ni del Presidente. Como suele suceder, la versión de lo tratado saldría únicamente de quienes acompañarán a Fernández.
Si bien se informó que el Vaticano no quiere que se involucre al Papa Francisco en la designación del embajador argentino -porque, aseguran, no se involucra en el nombramiento de ningún representante-, se descuenta que el tema estará presente.
Por otra parte, ya se especula con una posible visita del máximo jefe de la Iglesia católica a la Argentina para los últimos meses de este año. De concretarse, sería la primera desde aquella fumata blanca que lo ungió en 2013 y todo un símbolo luego de varias postergaciones a raíz de la tirante relación con la gestión de Mauricio Macri. No obstante, quienes mejor conocen al hoy obispo de Roma ven difícil un viaje en el 2021, con las suspicacias que generaría su arribo en un año electoral.
Al finalizar la charla privada de este viernes 31 de febrero, el Sumo Pontífice saludará al resto de la delegación argentina y procederán al tradicional intercambio de regalos.
El último encuentro entre ambos fue en agosto de 2018, en la residencia de Casa Santa Marta, del que también participaron el dirigente chileno Carlos Enriquez Ominami y el brasileño Celso Amorim (foto principal). Desde el cambio de gobierno, el primer acercamiento se dio en diciembre pasado cuando Francisco recibió a Fabiola Yáñez y otras cuatro primeras damas latinoamericanas en el marco de la inauguración de la nueva sede de la fundación Scholas Occurrentes, red de escuelas patrocinada por el Papa. Es aquí donde emerge un episodio histórico que los coloca ante el llamado de los tiempos, al que este texto se acercará más luego.
22 minutos
En febrero de 2016 el entonces presidente visitó a Francisco por primera vez. El encuentro se extendió por apenas 1320 segundos y se destacó en la prensa internacional por el gesto adusto y poco amigable del padre Jorge, y por la confirmación de que tampoco vendría a la Argentina ese año, a pesar de la gira que lo llevó por varios países de la región.
Un dirigente de vínculo frecuente con Francisco cuenta que, en realidad, aquella postura rígida solía ser la habitual de Bergoglio en las reuniones con líderes políticos. El cambio de actitud desde su llegada a la Santa Sede fue notorio. Él mismo lo explicó, cuentan, confesando: “Estoy contento de ser Papa”.
El contacto con Mauricio Macri, aquella tarde, lo devolvió a su incomodidad tradicional.
Si bien en octubre de ese mismo año volvieron a reunirse con mejor clima y con foto familiar incluida, ese primer acercamiento de 22 minutos marcó el pulso del vínculo entre ambos.
Fabiola y la cuestión México
En octubre de 2001 el presidente Vicente Fox aceptó una imposición del Vaticano durante su visita a Juan Pablo II: la diplomacia más antigua del mundo le exigía abstenerse de ir acompañado por su esposa, Marta Sahagún. Por entonces el mandatario mexicano estaba unido por civil -único matrimonio reconocido oficialmente en su país-. Sin embargo, ante la Iglesia, ambos seguían casados con sus anteriores parejas, aunque con los tramites de anulación en curso en los tribunales de la Sacra Rota Romana, algo que finalmente se concretó en 2009 y les permitió recibir el enlace religioso.
Al año siguiente, Karol Wojtyla viajó a México por última vez, el 31 de julio de 2002, con 82 años. En aquel momento fue recibido por Fox, entonces referente del PAN, católico declarado y ferviente practicante. En aquella oportunidad, Juan Pablo II omitió mencionar en su mensaje a la primera dama de México.
A la novela de encuentros y desencuentros, se suma la denuncia de la periodista mexicana Cecilia Gonzalez, publicada en RT el 17 de enero pasado, donde señala a Marta Sahagún por su relación con los Legionarios de Cristo, una de las órdenes religiosas más desprestigiadas del mundo. Se trata de la organización que reconoció que su líder y fundador, el poderoso Marcial Maciel, y otros curas abusaron sexualmente, y de manera sistemática, de menores de edad, y de la cual Sahagún fue tesorera y promotora.
Dieciocho años y dos fumatas blancas más tarde, vuelve a darse la situación de un presidente latinoamericano no casado que visita al papa. Si bien ni siquiera se menciona la posibilidad de que este detalle de la vida privada de Alberto Fernández y Fabiola Yañez ocasione algún contratiempo en el encuentro, el hecho servirá para reafirmar la flexibilidad en los mandatos protocolares que ya es marca registrada de Francisco, su apertura hacia temas como el celibato, el divorcio, las uniones de hecho y las relaciones entre personas del mismo sexo, entre otros, que acompañan sus severas posturas sobre casos de pederastia.
Los dos padres
Sobre estas posiciones renovadoras de Jorge Mario Bergoglio -reflejadas con claridad en el documental ficcionado recientemente estrenado Los Dos Papas-, alguien que conoce personalmente a Francisco asegura que la producción de Netflix recrea la realidad casi a la perfección.
“Estamos perdiendo mucha gente. Siento que su Iglesia se mueve hacia direcciones que yo no puedo aceptar, o ya no se mueve, cuando la realidad exige movimiento. Cuando era jefe de los jesuitas decía que el matrimonio entre homosexuales era un plan del diablo. Pero cambie”, le dice en la película Bergoglio al entonces Papa Benedicto XVI, en una reunión que tuvieron antes de la renuncia de Joseph Ratzinger.
Esa misma fuente, muy cercana a los dos líderes que hoy se verán en el Vaticano, asegura que cuando el sacerdote de la orden Franciscana era Arzobispo de Buenos Aires, y el actual presidente era Jefe de Gabinete de Néstor Kirchner, el primero reconocía sobre el segundo que siempre “le cayó muy bien” y lo valoró como un buen padre, ya que teniendo todo el aparato del Estado a su disposición nunca dejó de llevar a su hijo Estanislao, en persona, al colegio.
* La gira incluye además visitas a Francia y Alemania, donde el mandatario argentino se reunirá con Macron y Merkel.
Texto e investigación Leo Vázquez, Silvia Juárez y Federico Chechele.