Redacción Canal Abierto | “Los materiales son de muy mala calidad. Los camisolines deberían ser hemo o hidrorepelentes y no lo son. Los mamelucos de uso biomédico tienen que tener costuras termoselladas para evitar los agujeritos por los que podría ingresar el virus, pero parecen de pintor. Los barbijos que nos proveen no son los adecuados”, relata Johana Mendez, enfermera y delegada ATE en el Hospital Neuropsiquiátrico Braulio Moyano.
Allí, esta mañana sus trabajadores y trabajadoras -junto a los de otros hospitales, al gremio de los estatales y a la CTA Autónoma- convocaron a participar de un abrazo simbólico a la institución para exponer las necesidades que están atravesando.
“También hay cuestiones edilicias: en algunos servicios no hay calefacción, en el servicio donde tenemos internadas pacientes con Covid-19 positivo no hay agua caliente, en algunos sectores ni siquiera hay línea telefónica -agrega Mendez, en diálogo con Canal Abierto-. El gobierno tiene una cautelar que lo insta a poner servicio de Wi-fi en todos pabellones, para que las pacientes se puedan comunicar con sus familias. Pero hicieron caso omiso. Muchos de los trabajadores y trabajadoras les prestamos nuestros teléfonos para que puedan tener aunque sea ese mínimo contacto, porque desde el inicio de la cuarentena no se permiten visitas”.
Sin estructura ni personal
El reclamo al Gobierno de la Ciudad, a cargo de Horacio Rodríguez Larreta, incluye el ingreso de personal, que siempre fue insuficiente en el hospital. Y ahora, a causa de la pandemia, lo es aún más debido a que algunos trabajadores se encuentran en cuarentena porque resultados contagiados.
“El diálogo con el gobierno porteño es nulo. Les hacemos los reclamos a las autoridades, dicen que los insumos están, pero la realidad es que la calidad no es la que corresponde. Después preguntan por qué el personal de salud se contagia. Yo invito al gobierno a que venga a ver por qué nos contagiamos”, afirma la enfermera.
Además, los trabajadores exigen el pase a planta de los que fueron tomados como refuerzos y continúan bajo contrato, la reapertura de paritarias para actualizar los sueldos a la inflación, y el reconocimiento de la carrera profesional de Enfermería, dado que en la Ciudad de Buenos Aires los enfermeros son considerados “administrativos”, y no profesionales de la salud.