Redacción Canal Abierto | En los últimos días el gobernador de la provincia de Buenos Aires anunció una batería de medidas para complementar la ayuda que brinda el Gobierno Nacional a las empresas y trabajadores golpeados por los efectos de la pandemia. Las nuevas líneas incluyen préstamos bancarios, beneficios impositivos y el Programa de Preservación del Trabajo, un ATP local que cubre un 50% del salario vital por tres meses para trabajadores de pymes y cooperativas, entre otras.
Además, la semana pasada Axel Kicillof abrió la puerta a un reclamo histórico de sindicatos estatales para regularizar la situación de los trabajadores de los distintos ámbitos públicos. Luego de reuniones con ATE, UPCN y la Federación FEGGEPBA, el mandatario anunció que casi 15.000 trabajadores -la mitad en el sector Salud- ingresarán a la planta permanente o regularizaran su situación laboral.
En esta entrevista con Canal Abierto, Mara Ruiz Malec, economista de formación y titular de la cartera de Trabajo en la provincia, ratifica la idea del gobierno de fortalecer al Estado para combatir la pandemia y responde sobre uno de los grandes debates de la cuarentena, el salario para todos: “Hay una gran cantidad de trabajadores que no encuentran un trabajo de calidad, con lo cual la idea de un ingreso universal es un buen camino para acompañar un proceso que no debe abandonar el objetivo del desarrollo”, dice.
¿Cuál es el balance que hacen de los primeros cien días de cuarentena, en relación a las medidas y la situación económica y laboral?
– La situación es dramática, hemos tenido más de un mes casi todas las actividades paradas, después una apertura gradual en la que hubo que volver atrás porque los contagios aumentaron, con lo cual, en términos de actividad económica la situación es dramática. Dado este escenario, lo que han logrado las carteras de Trabajo nacional y provincial, es muy importante. Las medidas de prohibición de despidos acompañadas de una ayuda económica para las empresas han logrado sostener el empleo. Por supuesto hay sectores a los que estas medidas no llegan, o no alcanzan, sectores que van moviendo el empleo en base a la demanda, algunos servicios, la construcción, donde obviamente se nota mucho más la pérdida de puestos de trabajo.
Hemos logrado sostener las relaciones laborales, el Ministerio ha actuado bastante fuerte en esto cuando ha sido necesario intimar, convocar a audiencias, poner el peso de la ley y hacer que los compromisos se cumplan, lo ha hecho. Y lo ha hecho con el espíritu ayudar, poniendo sobre la mesa las dificultades que muchas empresas, sobre todo las pequeñas y medianas, están teniendo.
Si tuviera que señalar algún déficit en este período, ¿cuál sería?
– Al principio de la cuarentena hubo mucha incertidumbre, muchas dificultades, no estaba claro qué actividad era esencial, cual no, como cuidarse del COVID. Somos la Policía del trabajo, tenemos que cuidar salud y seguridad de los trabajadores, pero estamos ante una pandemia mundial que incluso excede el ámbito laboral, entonces tuvimos que salir a aprender cómo se prevenía, qué era lo que tenían que hacer empresas y trabajadores para evitar contagiarse. Todo eso nos llevó un aprendizaje, con protocolos que fueron cambiando, y ahora nos estamos enfrentados con muchos más casos en los ámbitos de trabajo, eso es lo que estamos atravesando ahora.
El tema de tramites también llevó un tiempo para que todo pueda hacerse de manera digital, hay mucha gente que no conoce las herramientas, cuesta mucho porque muchas pequeñas y medianas empresa están intentando usar esta herramienta pero muchas veces desconocen la normativa. Articular un territorio tan grande es complejo, porque además esto nos agarró a dos meses de haber asumido, pero, dentro de todo el saldo es positivo, sin quitarle dramatismo a la situación que es realmente terrible.
¿Cuál es el sujeto al que buscan alcanzar con las medidas anunciadas recientemente?
– Vimos que había que hacer una ayuda adicional sobre todo para las pequeñas y medianas empresas, en materia impositiva. Y había algunos buenos instrumentos que podíamos empezar a usar para llegar a sectores donde otros instrumentos bancarios no habían llegado, por eso las líneas del Banco Provincia. Hay sectores, además, que van a ser muy afectados por más tiempo, que son el turismo y la cultura, y vislumbramos que había un grupito de actividades que estaban muy afectadas y que al mismo tiempo, por ser pequeñas o micros, o por estar en formas jurídicas que no estaban incluidas en el ATP -como pueden ser algunas cooperativas-, conformaban un espacio que podíamos cubrir desde la Provincia, sobre todo en este momento en el que estamos pidiendo a los bonaerenses del AMBA que vuelvan atrás con algunas actividades que habían iniciado la reapertura, porque obviamente estamos con muchos contagios.
En ese contexto, la Provincia redobla la apuesta y complementa lo que está haciendo el Gobierno Nacional. En términos de financiamiento no hay comparación, lo que hace Nación es la columna vertebral en el sostenimiento del trabajo, y Provincia está ayudando donde podemos penetrar porque tenemos más inserción territorial.
¿A que universo alcanzan estas nuevas medidas?
– Como el presupuesto es acotado, nuestra idea es focalizarlo en los sectores más afectados, en principio lo que nunca pudo abrir, que pueden ser servicios como peluquerías, salones de fiesta, etc. Después algunos comercios, cooperativas. Esperamos alcanzar 5.000 cooperativas y empresas, de un total de 22.000, lo que puede representar 20.000 trabajadores.
– La Provincia anunció también la regularización de casi 15.000 trabajadores del Estado, un reclamo constante de los gremios…
– Por un lado son pases a planta y por otro, regularizaciones. Nos propusimos el compromiso de regularizar las distintas modalidades de contratación de más 8.000 trabajadores de la salud. Muchas cosas se complicaron adicionalmente con el COVID, algunos expedientes en papel tenían que ir y venir a los hospitales, estamos trabajando para digitalizar rápidamente todo eso. Y en el resto de los sectores había un tramo que había quedado muy trabado en planta transitoria.
Por último, una herencia que tuvimos del gobierno anterior que eran un montón de “contratos de locación de servicio” que se habían iniciado porque el propio gobierno se había cercenado su posibilidad de contratar y había dicho que no iba a aumentar más la Planta, pero de repente se dio cuenta que seguía necesitando trabajadores para las tareas cotidianas porque la planta naturalmente se va reduciendo, entonces, en vez recuperar esos puestos de trabajo empezó a contratar vía monotributo, lo que hizo que el gasto aumentara igual y encima en una modalidad precaria que no aporta a nuestro Instituto de Previsión Social. Nosotros creemos que esos trabajadores son necesarios para el Estado y por lo tanto nos parece correcto iniciar progresivamente el pase a Planta Permanente.
Detrás de la cuestión administrativa hay una decisión política de apostar al Estado como garante de derechos y como principal herramienta para salir de la crisis
Lo que está más allá de los tramites es el compromiso de un Gobierno provincial con fortalecer el Estado, con entender que el Estado son sus trabajadores y trabajadoras, que sin ellos no hay Estado. Y es necesario cada vez mas Estado, eso la pandemia lo mostró muchísimo, pero esto ya era una verdad desde antes para esta gestión, porque creemos en eso, en un Estado presente. Mejorar el empleo público es en beneficio de los bonaerenses, no solamente de los estatales.
Uno de los grandes debates que puso en foco la emergencia sanitaria es el de la renta básica universal. ¿Cuál es su mirada?
– Como ministra de Trabajo el ideal siempre va a ser una sociedad del trabajo, en la que el trabajo pueda alcanzar a todos sus habitantes y todos tengan una relación laboral con todos sus derechos. Pero también es una realidad que desde que se abandonó el modelo de desarrollo industrial y se pasó a un modelo más neoliberal, que no ha sido revertido ni siquiera en los casi 15 años de gobiernos nacionales y populares, se ha destruido parte del entramado productivo. El mundo ha cambiado y hoy no podemos negar que hay una gran cantidad de trabajadores y trabajadoras que no encuentran un trabajo de calidad, con lo cual la idea de un ingreso universal es un buen camino para acompañar un proceso que no debe abandonar el objetivo del desarrollo productivo con horizonte de trabajo para todos y todas.
Y después, en términos operativos sería muy bueno para ordenar: nosotros tenemos un sinfín de programas, pensiones, y la verdad que poder ordenar eso con un ingreso universal es un atractivo para poner un piso para todos y sobre eso, si hay otras dificultades que no tienen que ver con lo monetario, que podamos trabajar sobre ellas, como inserción laboral sobre grupos específicos, focalizando los recursos del Estado al no tener que gestionar tantas modalidades distintas.
Se suele decir que de cada crisis nace una oportunidad ¿Cuál es la perspectiva para la post-pandemia?
– Creo que las crisis, más que oportunidades traen desafíos. Siempre es muy grande el desafío de no perder derechos y desde ya que el desafío es agrandarlos. Creo que lo mejor que va a traer esta crisis es haber podido retomar el diálogo tripartito, de las centrales obreras con las cámaras empresariales mediado por el Estado, para discutir no solamente la coyuntura. Yo he tenido reuniones con gremios esta semana y lo que muchos piden son mesas sectoriales para empezar a discutir la post-pandemia en conjunto.
Creo que lo mejor que podemos sacar es un acuerdo social amplio para volver a levantar a la Argentina, distribuyendo los costos de la pandemia de manera equitativa, más en los que más tienen y menos en los que menos tienen, y con ideas creativas y nuevas para para poder, no solamente distribuir sino, empezar a crecer.