Canal Abierto Radio | Al cierre de su espacio en el 2020, la filósofa Isabel Rauber señaló que “este fue el año del coronavirus, de la parálisis global, del cual todavía vamos a tener mucho para hablar y nos iremos enterando dentro de cinco o diez años qué fue lo que realmente ocurrió para que este virus se difumine de esta manera”, así como las consecuencias globales.
Vacunas para todos y todas
En estas semanas está desembarcando en Argentina la vacuna desarrollada por el Centro Nacional Gamaleya de Epidemiología y Microbiología, en Rusia. Las otras vacunas irán llegando con el pasar de los meses. Rauber remarcó que llamar a las vacunas por sus nacionalidades (la rusa, la china) y no por el nombre del laboratorio que las fabrica, “son conceptos discriminatorios con un contenido negativo político”.
Pero el hecho de que ya comiencen los programas de vacunación “es un estímulo para pensar que podemos dar vuelta la cuestión en el 2021” subrayó.
“Se va ‘el Pato Donald’ del norte”
Después de intentar construir mediáticamente un fraude, acusando a supuestos enemigos en el mundo, para no dejar la presidencia, incluso presionando a la Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos, Donald Trump tuvo que reconocer la derrota electoral. La analista remarcó que en Estados Unidos es una “tradición” que los republicanos voten presencialmente y los demócratas, anticipadamente por correo, “y ahí que el señor (Trump) lo que quería era invalidar los votos por correo, porque decía que ahí estaba el fraude”, pero no lo logró.
“Ahora lo que es impactante es como puede un presidente deslegitimar sus propias instituciones, su propia Constitución, eso es lo que hizo este bárbaro. No solamente con la mentira sino que atentó contra las instituciones de su propio país y que quiere vender al mundo como las mejores del mundo”.
En cuanto al verdadero ganador de la contienda, Rauber expresó: “yo no digo que (Joe) Biden sea Lenin ni el Che Guevara, no quiero ese tipo de confusión, es un efecto oxígeno, del demente a uno cuerdo, siempre dentro de las políticas imperiales”. Y si bien “la vida siempre da sorpresas” lo esperable es que hayan “reglas más o menos conocidas” en sus políticas internacionales, ya que “un demente de hoy para mañana porque lo que busca es el escándalo mediático para sobresalir”.
“Viene un tiempo de oxígeno, pero también depende de la inteligencia de los pueblos”
La política exterior norteamericana con Donald Trump a la cabeza fue más agresiva con los pueblos soberanos, sobre todo contra Venezuela y la clara participación en el golpe de Estado en Bolivia de 2019. Allí, exacerbaron a sectores que ya no responden sólo a lo que se conoce como “derecha”, sino que se alentó “un racismo, un odio al indígena brutal en un país gobernado por un indio” mediante “acuerdos para sublevar a la policía y los militares, y concitar apoyo internacional”.
“Lograron darle con la OEA – el Ministerio de las Colonias –, darle un manto de legalidad, y nunca pudieron demostrar que hubo fraude. La historia demostró rápidamente que no hubo fraude porque el MAS no solo ganó sino que ganó por una diferencia mucho mayor a la que había ganado Evo (Morales) en 2019”.
La filósofa concluyó que más allá de que el Imperio siempre tenga “su jugada”, hay que recordar que “los pueblos no estamos dormidos, no somos tontos, ni estúpidos ni ignorantes, también tenemos nuestra jugada y sabemos lo que queremos, y si alguien tiene dudas de lo que se puede, ahí está Bolivia para demostrarlo”.