Por Pablo Bassi | Pablo Stefanoni acaba de publicar un libro sobre un tema que lo obsesiona. ¿La rebeldía se volvió de derecha?, se pregunta desde el título, para indagar a través de las páginas en una franja del pensamiento y la cultura contemporáneos en el mundo. La pregunta es, por cierto, muy provocadora: ¿Está ganando la derecha la agenda rebelde del progresismo?
Stefanoni es doctor en Historia, periodista, jefe de redacción de la revista Nueva Sociedad, autor de varios de libros, algunos de ellos sobre el proceso político boliviano a partir del ascenso del MAS.
“El progresismo se volvió una especie de expresión del status quo, en un contexto donde partidos de centro derecha y centro izquierda se vuelven menos diferenciables -advierte Stefanoni-. Creo que ciertos sectores de abajo dejaron de ser representados por la izquierda (que se volvió expresión de sectores medios liberales), y ese lugar vacante lo ocupan sectores populistas de derecha”.
¿Quiénes expresan a estas derechas en la Argentina?
-Hay un esfuerzo de algunos sectores que se autodenominan “libertarios”, que tienen como proa intelectual a Javier Milei y por ahora son una especie de subcultura juvenil, en juntar gente que viene de distintos lados en una fuerza a la derecha del PRO. Milei, (José Luis) Espert, (Juan José) Gómez Centurión, una fuerza que se llama Republicanos. Gente que no piensa igual, pero a los que los une el antiprogresismo, que tiene la fantasía de crear una especie de Vox (por el partido español) en la Argentina.
¿Qué perspectivas le ves a estas derechas de constituir una herramienta electoral competitiva?
-En la Argentina hay gente que desearía un espacio de derecha al PRO, porque lo considera una socialdemocracia culposa. Pero hay tres elementos que lo dificultan, además de la polarización. Primero, el PRO tiene un ala que gira con Patricia Bullrich hacia la derecha, tratando de pescar libertarios y afines. Segundo, son grupos muy fraccionales, casi sectarios. Tercero, hay muchos egos, muchos candidatos estrella.
Sin embargo, el tema de estos grupos no sólo es ganar votos, sino también generar agenda. Que en los debates haya figuras como Milei (que dice que la justicia social es una mierda), corre la vara tan lejos que cambian los horizontes de lo que se puede decir en el debate público.
¿Cómo dialogan estas derechas con el feminismo, con los movimientos ambientales, populares? El título del libro es provocador…
-Es una provocación para pensar el fenómeno. No digo que no haya rebeldías de izquierda y progresista, pero la derecha también puede disputarle al progresismo esa rebeldía.
Para entender los fenómenos de extrema derecha hoy, es necesario entender la crisis de imágenes del futuro. Normalmente la izquierda y el liberalismo democrático tenían una idea positiva del futuro. Un futuro mejor que el pasado. Hoy todo eso está en crisis. ¿Qué es ser rebelde? ¿Contra qué se lucha? Las imágenes de rebeldía se construyen y la derecha es muy efectiva en construirlas.
¿Cómo operan las redes sociales en esta construcción de sentido? ¿Es un fenómeno asimilable al fascismo y el nazismo? ¿Por qué los libertarios giraron hacia la extrema derecha? Estas y otras preguntas, en esta entrevista.