Por Carlos Fanjul | EL PELO DEL HUEVO
Como informó Canal Abierto en días anteriores, los organismos de derechos humanos nos convocaron a todos a sumarnos a una campaña para sembrar 30 mil árboles a lo largo y ancho del país para recordar a los detenidos-desaparecidos en el 45° aniversario del golpe genocida.
Hasta ahí todo en sintonía para quienes tenemos la convicción interior de que el ‘Nunca Más’ es mucho más que el símbolo de un tiempo pasado, y, en cambio, constituye una decisión de vida para lo que viene.
Pero en el fútbol cada uno de los 24 de marzo de las últimas décadas hay ido, lenta pero progresivamente, demostrando que esa conciencia ha ganado espacio decididamente.
Por eso no asombra que, con formatos distintos, esta vez también la pelotita diga presente en esta fecha de profundo simbolismo para los que no nos rendimos.
Repasemos. De arranque, hablemos de Gimnasia porque, entendemos, es el club que más motivos tiene para que este ejercicio de memoria lo motorice con firmeza.
El Lobo ya anunció semanas atrás que un nutrido grupo de socios, socias e hinchas plantará 22 árboles en el predio “El Bosquecito” donde una montaña de pibitos realizan sus actividades futbolísticas. Allí juegan las infantiles del club y la intención de sumarse a la idea impulsada por Abuelas de Plaza de Mayo, tiene como eje convocante que “en el semillero del club la Memoria esté siempre presente”.
El nuevo espacio tendrá el club será designado con el nombre de “Bosquecito por la Memoria” y en él se instalará una placa con su nombre y la de los socios, socias, hinchas y deportistas detenidos desaparecidos pertenecientes a la institución albiazul.
“Plantamos Memoria, Futuro y nuestro compromiso eterno con una Institución que trabaje en pos de la Memoria, la Verdad y la Justicia”, dijeron en un comunicado quienes llevarán adelante la idea.
El Tano y Miguel
Decíamos que el club de La Plata acumulaba sobrados motivos para ponerle el cuerpo a la defensa de la memoria. Por sus instalaciones pasaron 5 jóvenes desaparecidos en épocas del terror y, dos de ellos, de una marcada significación.
Uno fue el Tano, Antonio Piovoso, quien, hoy a 45 años de aquel horror, resulta ser el único futbolista de Primera División víctima del terrorismo de Estado.
Piovoso fue un arquero de pobre recorrido por el fútbol nuestro. Llegó al Lobo desde Estudiantes –una curiosidad para estos tiempos-, luego de atravesar sus divisiones inferiores y no tener suerte en el salto a Primera. Arribó a Gimnasia a principios de la década del ‘70 y en 1973 tuvo la chance de jugar en tres ocasiones en el equipo principal, reemplazando dos veces al legendario Hugo Orlando Gatti, y en la restante a Daniel Guriciaga. Así cuidó los palos triperos frente a Argentinos Jrs., All Boys y Rosario Central, con flojas actuaciones y, más tarde, saliendo de la institución sin muchas sorpresas.
Quienes bien lo conocieron aseguran que eso le facilitó al Tano los deseos del momento. Pasó a jugar en ligas del interior bonaerense como Pehuajó, Azul y Mar del Plata, lo que le permitió continuar con sus estudios de arquitectura. Y sobre todo, proseguir con su militancia política. Así hasta ser secuestrado por la milicada, a mediados del ’77.
Pero decíamos que por la arboleda de Estancia Chica también caminó otro símbolo del deporte víctima del terror. Se trata de Miguel Benancio Sanchez, el reconocido atleta en cuyo recuerdo se corre anualmente, en la Argentina y en Italia, la ya tradicional Carrera de Miguel. Una curiosidad histórica nos dice hoy que Sánchez fue antes un promisorio futbolista de la etapa juvenil, que atravesó cada una de las divisionales de Gimnasia hasta llegar a lucirse en la Cuarta.
Miguel así combinaba sus cualidades de delantero con una flamante tarea de ordenanza en el Banco de la Provincia de Buenos Aires. Y también con sus horas de militancia en la Juventud Peronista de Berazategui. Le faltaba tiempo para toda esa actividad, por lo que a esa altura decidió abandonar el fútbol y darle inicio a su participación en el atletismo. Participó en tres ocasiones en la mítica maratón de San Silvestre, hasta que a comienzos del ’78 resultó víctima de los asesinos de uniforme.
En el triste listado de deportistas desaparecidos, el Lobo también recuerda a Luis Ciancio, también parte de las Inferiores triperas, y los jugadores de voley del club Pedro Alfonso Disalvo y Gustavo Ogando.
Vale acotar que en el mundo del fútbol se recuerda también a otro futbolista desaparecido, pero en este caso llegado desde los torneos del interior, por lo que de tanto en tanto pudo alternar en la categoría máxima. Se trató de David Rojas, quien jugó como delantero diez partidos en el torneo Nacional de 1970 para Gimnasia y Esgrima de Jujuy.
“Ah no sé, yo soy jugador de fútbol”
Aquella respuesta, que sonaba dolorosa en boca de tanto ídolo de antaño, ponía a la máxima pasión argentina bien lejos de los máximos dolores del pueblo argento. El fútbol parecía encolumnarse en el tristemente célebre ‘no te metas’ que tanto colaboró socialmente con la oscuridad de aquellos tiempos.
Hoy la cosa parece haber cambiado y sobran los ejemplos de clubes y protagonistas que deciden si meterse en el recuerdo y homenaje a las víctimas del terror.
Una rápida recorrida por las últimas noticias, nos indica por ejemplo que en Mansión Seré, el ex centro clandestino de detención ubicado en Castelar, resinificado en Espacio de Derechos Humanos, se realizó el viernes pasado un homenaje para recordar a ocho deportistas que allí fueron alojados hasta su muerte. El lugar resulta también conocido en el mundo del fútbol a través de la historia de Claudio Tamburrini, aquel arquero de Almagro, cuyo escape del lugar fue incluso llevado al cine con la película “Diario de una Fuga”.
A todo esto, Racing, Boca, Argentinos Jrs y River resolvieron iniciar una campaña con el fin de convocar a aquellos asociados e hinchas del club que hayan sido víctimas, con la intención de restituirles la condición de socios.
En el ascenso, Temperley también busca a sus hinchas para homenajearlos y para que también participen hoy martes en la ceremonia en la que se plantará un árbol de forma genérica en el predio del club.
San Lorenzo, por su parte, recordó la fecha y anunció que sus instalaciones de la ciudad deportiva servirán para que se desarrolle la primera reunión presencial del año de la Coordinadora de Derechos Humanos del Fútbol Argentino. Con el paso de las horas, seguramente, se conocerán más actividades, y más clubes que se sumarán a la jornada donde se eleva la bandera de Memoria, Verdad y Justicia.
Tibios en algunos casos, para la tribuna en otros, muy comprometidos los menos, el fútbol argentinos desde sus instituciones parece proponerse enmendar aquella lejanía, silenciosa pero tan ruidosa al mismo tiempo, que lo mancho tanto.
Y lo manchó, mientras sus amantes –los hinchas- usaban su nivel de convocatoria como podían y cuando podían, con legendarias banderas y cantitos atronadores en tantos estadios, que les iban avisando a los dictadores que el Nunca Más no era joda. Y que estaba por llegar para que crezca en los tiempos por venir.
Como los árboles de ahora…