Canal Abierto Radio | La primera causa por delitos de lesa humanidad, luego de declaración de inconstitucionalidad de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final que otorgaban impunidad a los torturadores, fue la que llevó al banquillo a Miguel Osvaldo Etchecolatz, exdirector de Investigaciones de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, el 20 de junio del 2006.
Guadalupe Godoy, por entonces abogada querellante del proceso y actualmente directora de Programas de Memoria y Reparación Histórica de la Prosecretaría de Derechos Humanos de la UNLP, expresó que “es complejo hacer balances, además en esta etapa tan particular de los juicios, ahora tenemos una instancia de juicios virtuales que poco tienen que ver con lo que habíamos podido construir en estos años, pero es lo que hay”.
“Todos los años cuando recordamos el juicio, está ligado para siempre con la desaparición de Jorge Julio López, y muchas veces lo que hemos hablado con los compañeros y compañeras, es qué bueno sería poder tener un registro de cómo llegamos al juicio, pero no de ese último momento, sino del inicio. Fue un camino de llegada para lo que había sido toda la lucha de la militancia popular en los 30 años anteriores, exigiendo juicio y castigo. Y después fue también un camino de inicio de este proceso de justicia que estamos llevando adelante hasta el día de hoy” reflexionó Godoy.
Desde las prosecretarías de Derechos Humanos, y la Facultad e Humanidades y de Ciencias de la Educación de la UNLP, junto con la Comisión Provincial por la Memoria, lanzaron una convocatoria para construir un archivo colectivo de memorias de aquella experiencia. Godoy remarcó la importancia de generar “un registro colectivo, pensando no solo en los actores judiciales, sino en todas y todos los que protagonizaron este inicio, que fue todo el campo popular que nunca se resignó en esos años de impunidad, que siguió reclamando por las vidas que se podía, con el escrache”.
Juicio a Etchecolatz, 20 de junio de 2006. Imágenes del inicio, con tanta gente querida, que tanto hizo contra la impunidad del genocidio. pic.twitter.com/my4fb8W3K7
— Guadalupe Godoy (@guadalgodoy) June 21, 2021
El juicio se desarrolló en el salón Dorado de la Municipalidad de La Plata, mientras en frente, en la Plaza Moreno así como en distintos lugares de de la ciudad hubo puntos de encuentro y reclamos que acompañaron el proceso. El 18 de septiembre de 2006, día en que comenzaría el alegato de las abogadas de López, y un día antes de la lectura de la sentencia, fue cuando el militante fue desaparecido por segunda vez y desde entonces, se afianzó toda la base social del movimiento de derechos humanos.
“El juicio termina, cuando se lee la sentencia, con los compañeros de H.I.J.O.S que irrumpen y tiran la bombita de pintura, y hay como un cruce de esa etapa de escrache, y del inicio de la justicia. Esas son las cosas que queríamos traer un poco a la memoria con esta convocatoria”, recordó.
Godoy destacó que “el reclamo de justicia en nuestro país tiene la característica que la tomó todo el movimiento popular”, y que el movimiento de derechos humanos estuvo presente en cada lucha. “Hay que vivir a toda esta etapa como un gran logro de nuestro pueblo, más allá de las ausencias o de los dolores”, ya que participaron de ese momento dirigentes políticos nacionales, organizaciones sindicales, sociales, y estudiantiles, “por qué tenía que ver con esta concepción de Justicia donde, si lo que sucedió fue un genocidio, eso implica que nuestra sociedad fue atacada en su conjunto, y transformada de raíz, y los sectores más afectados fueron justamente los más dinámicos, el movimiento obrero, el movimiento estudiantil”.
“Por eso dentro del Colectivo Justicia Ya y de las querellas estaban y siguen estando tanto los gremios de trabajadores, como los estudiantiles, en muchos de los juicios que hemos hecho en La Plata, las querellas son la Universidad, la CTA, que además tuvo un rol fundamental en lo que fueron en los años de impunidad para llevar los testimonios a España. Es importante demostrar que ese protagonismo en el reclamo de juicio y castigo ha sido un logro colectivo más allá de quienes se sientan en el estrado judicial”.