Redacción Canal Abierto | Este lunes 21 de junio se conoció la noticia del fallecimiento del tercer trabajador del subte y premetro de la Ciudad de Buenos Aires producida por la exposición al asbesto, un material altamente cancerígeno. Era un trabajador con 40 años de trayectoria en la empresa que se desempeñaba en una subestación eléctrica, contrajo la enfermedad e hizo una metástasis en un tiempo muy breve.
En el 2018 los trabajadores del subte tomaron conocimiento de la existencia de esta enfermedad alertados por sus compañeros del Metro de Madrid. De allí provenían los vagones modelos CAF 5000 y CAF 6000 que entre 2011 y 2012 el gobierno porteño encabezado por el “ingeniero” Macri había comprado en la península y fueron destinados a la Línea B obviando que los trenes tenían en distintas partes de su estructura este material cancerígeno prohibido en el país en el 2001.
“Vamos por el tercer compañero fallecido y al día de hoy tenemos 52 personas inscriptas en la Superintendencia de Riesgos del Trabajo (SRT) con neumoconiosis por exposición al asbesto. Ese registro se actualiza mes a mes y, desgraciadamente, en el mes de julio esa cifra va a subir”, comenta a Canal Abierto Francisco “Pancho” Ledesma, secretario de Salud Laboral y Condiciones en el Medio Ambiente en el Trabajo de la Asociación Gremial de Trabajadores del Subterráneo y Premetro (AGTSyP).
“Nosotros empezamos en febrero del 2018 con el tema del asbesto y en ese momento encontramos este material en una flota. De ahí hasta hoy encontramos asbesto no sólo en la mayoría de las flotas de la red sino también en las instalaciones fijas, en la infraestructura: en las vías, en las señales, en las subestaciones eléctricas, en los cuartos de bombeo, en fusiles, en tableros. Los encontramos en muestreos oficiales reconocidos por la empresa y el Gobierno que se hacen auditados por la policía de trabajo del Ministerio de Trabajo de la Ciudad. Los presentamos a la Justicia en dos etapas y en tribunales se nos ha dado la razón”, explica Ledesma.
Mientras tanto, el Gobierno de la Ciudad le ha renovado la concesión del subte a la empresa Metrovías del grupo Roggio ya que se retiraron los otros competidores de la licitación, sin que haya presentado un plan de compra de nuevas flotas convenido con la Legislatura y la empresa estatal SBASE (Subtes de Buenos Aires S.E.) ni un plan de saneamiento y desasbestización, de remediación del ambiente laboral. “Otros subtes como el de Nueva York, el de Londres, el de París, tienen asbesto y están trabajando para removerlo. No es algo alocado lo que pedimos, los metros de las principales ciudades del mundo lo están haciendo”, remata el dirigente de los Metrodelegados.
Desde que se reconoció oficialmente que hay asbesto en el subte, la legislatura porteña –con mayoría oficialista– destinó una “partida especial ilimitada” para el saneamiento del subte que han ido renovando año a año. Pero al día de hoy ni Metrovías ni SBASE han puesto en ejecución esta partida. Entonces, “no es que hay falta de fondos, Metrovías y el gobierno no proponen un plan serio de remoción del asbesto. Y nosotros, los trabajadores seguimos poniendo el cuerpo, seguimos poniendo los enfermos y en esto nos va la vida… ya nos van tres vidas”, concluye Ledesma.
En el taller Rancagua, en Chacarita, se está desasbestizando parcialmente una de las flotas que circula por la Línea B –la Mitsubishi Eidan Serie 500–. Esta tarea es altamente compleja ya que la chapa de los vagones está recubierta interiormente con una pintura que contiene asbesto, por lo cual se la ocluye con otra pintura especial porque removerla sería aún más peligroso. La única solución definitiva es ir cambiando esta flota. Pero, como ya dijimos, la mayoría de los vagones de la red tienen componentes con asbesto, y sobre estos vagones no se está haciendo nada.
“La otra flota de la Línea B, los CAM comprados por Macri, tampoco se están desasbestizando, ni el resto de las flotas de la red. Nosotros demostramos claramente lo que está ocurriendo mientras ellos siguen ganando dinero sobre nuestras vidas y muertes, brindando un servicio ineficiente y sin invertir ni un peso”. Como señala Ledesma, no hay un plan de cambio de unidades rodantes pero tampoco de cosas que requieren un inversión menor como fusibles, transformadores y materiales aislantes presentes en la subestación donde se desempeñaba este tercer trabajador que fallece a causa del cáncer provocado por la asbestosis.
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COVID bajo tierra
A nivel nacional, alrededor de un 9% de la población ha transitado el COVID. En la ciudad este número es un poco más alto. “En el subte tenemos 766 casos positivos entre los que lo están transitando y los que ya pasaron la enfermedad. Es un 19,5% del personal del subte, duplicamos la media nacional de contagios. Le venimos pidiendo audiencia a Quirós para plantearle que nos dé prioridad en la vacunación como trabajadores esenciales y debido al alto grado de incidencia en cuanto a enfermos y fallecidos. Tenemos 15 fallecidos por el COVID. Y no nos da audiencia”, sostiene Ledesma.
“La pandemia hace que sea más complicado hacerle sentir el rigor obrero a la empresa porque hay compañeros que están licenciados y declararon el transporte como esencial”, señala Ledesma. Los trabajadores son esenciales pero a la hora de recibir la vacuna están al final de la fila.
Como casi toda persona en el mundo debe saber en estos días, una de las principales medidas de prevención de contagios de COVID19 es la ventilación. Imaginen qué ocurre en el subte: a esa imagen de microscópicos coronavirus flotando en el aire súmenle las micropartículas y fibras de amianto en suspensión. Para el ministro Quirós y el jefe de Gobierno no parece ser una preocupación, al menos no se manifiesta como una tendencia relevante en las encuestas.