Por Pablo Bassi | Las actividades productivas vinculadas al medio ambiente que puedan desarrollar los cuatro millones y medio de trabajadores de la economía popular serán ahora fomentadas por el Estado a través de la Secretaría de Economía Social del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación.
Estarán encuadradas en el programa “Potenciar Empleo Verde”, presentado ya en la ciudad de Ushuaia y Bariloche por Emilio Pérsico, titular de la cartera a cargo.
“Los que más sufren los problemas ambientales son los compañeros humildes. Generar empleo verde es potenciar la economía social y popular. Por eso, donde muchos ven basura, nosotros vemos trabajo y potencialidad productiva”, dijo Pérsico durante su visita a la ciudad rionegrina.
“Potenciar Empleo Verde” incluye una remuneración para los titulares de emprendimientos de este tipo, una capacitación y la entrega de equipamiento. El programa es coordinado por Emilio Spataro, integrante de organizaciones socio ambientales, antes a cargo de las campañas de Greenpeace, a quien le preguntamos si existe un relevamiento de los proyectos existentes en la economía popular.
– No del todo, aunque sí tenemos un conjunto de datos. En parte, porque el paradigma del empleo verde está dentro del concepto de “nuevos trabajos”. Hay un segmento de gente que cuida áreas urbanas, hace restauración, impulsa proyectos de eco movilidad o crea trabajo vinculado a soluciones ambientales que no lo considera trabajo. En parte, porque no es su ingreso principal.
¿Cuál es el apoyo que les dará la secretaría?
– La secretaría tiene un conjunto de herramientas para atender demandas de la economía social. Tiene un registro de trabajadores (RENATEP), una remuneración (Potenciar Trabajo) y “Manos a la Obra”, un programa para dotar de herramientas, adecuación edilicia, maquinaria. “Empleo Verde” es un programa transversal que se nutre de todos esos instrumentos.
Colaborás con el armado de la secretaría de Ecologismo Popular del Movimiento Evita. ¿Qué significa ese concepto?
– Es una vertiente histórica y una forma de entender el paradigma ambiental. En cuanto a lo histórico, en América latina hay puntos altos de causas sociales y conflictos atravesados por la disputa de territorio o de recursos naturales, donde los sectores afectados desarrollan un pensamiento antagónico al despojo y a la destrucción del ambiente. Un referente precursor es Chico Mendes, en la Amazonia, luego Berta Cáceres.
Y en cuanto a lo conceptual, el “ecologismo popular” pone el acento en que el problema del medio ambiente no es el ser humano, sino determinadas prácticas de grupos de poder que, a través del ejercicio de sus intereses, generan crisis medio ambientales. Y que son los pueblos y las comunidades organizadas los que demuestran otras formas de gestionar el planeta.
La agenda de la economía popular y la agenda de la producción a gran escala transitan distintos andariveles, en apariencia desconectados. Una es impulsada por los movimientos sociales y otra por técnicos desarrollistas. ¿Logran los movimientos sociales incidir en la orientación productiva a gran escala que permita mejorar la calidad de vida de nuestro pueblo?
-No hay incidencia de una visión ambiental que logre penetrar la visión hegemónica y extractivista que hay en el Estado. No se trata de un gobierno, sería sencillo revertirlo. Es más complejo, porque tenemos cuadros de distintos partidos políticos formados en universidades bajo determinados paradigmas de producción y ocupación del territorio, ordenamiento y gestión de los bienes comunes que, cuando están en la gestión, replican su formación. Los cuadros técnico políticos del Estado están formados en paradigmas antiguos. Por otro lado, hay áreas del Estado cooptadas por algunos conglomerados agro industriales como apéndices de sus empresas. Puede cambiar el gobierno, pero las áreas siguen blindadas a la defensa de esos intereses. De todos modos, lo ambiental creció en los últimos años. Cambiemos incorporó al ministerio de Ambiente a reconocidos ambientalistas formados, y el Frente de Todos mantuvo una estructura similar, sumando gente muy capaz, con iniciativas interesantes. Aún así el tema queda relegado a una agenda de nicho, con algo de presupuesto. Lo ambiental debiera atravesar a todos los ministerios y políticas públicas.
– ¿Qué áreas del Estado están cooptadas por conglomerados agro industriales?
– Son áreas de gobierno formadas por el lobby de determinados sectores, que mantienen una tutela sobre las políticas públicas que trascienden los gobiernos. Están secuestradas por las corporaciones. Un ejemplo: el área minera. Cuando se ven las acciones de la Secretaría de Minería, es imposible distinguir cambios de gobiernos. La política es la misma, vinculada con las empresas. ¿Por qué un Estado democrático no puede tener una discusión sobre la minería de cara a toda la sociedad? Está naturalizado que la secretaría discuta con las multinacionales y no con la población, sobre todo donde hay conflictos y poblaciones que rechazan la minería.