Redacción Canal Abierto | El 20 de septiembre de 2020, en plena pandemia, Laura Cáceres recibió un mail en el que PedidosYa le informaba que había interrumpido el vínculo laboral argumentando incumplimientos en dos de sus entregas. A pesar de los correos de reclamo en los que, inclusive, ofreció testimonio de los clientes supuestamente damnificados desmintiendo la versión de la empresa, todos los canales de contacto con la app se fueron cerrando.
A partir de allí comenzó una ardua campaña de visibilización del abuso empresarial y una lucha legal en la que fue acompañada por la Red de Trabajadores Precarizados, la Asamblea Nacional de Trabajadores de Reparto y el Centro de Profesionales por los Derechos Humanos, en las que denunciaron que el despido era “persecutorio y antisindical” y con las cuales luego de nueve meses logró un fallo a favor que ordenó a la aplicación de reparto reincorporarla. Finalmente, el 7 de julio su cuenta fue reabierta y pudo volver a tomar pedidos.
En esta entrevista, la trabajadora de 22 años explica: “La empresa hace lo que quiere con nosotros, no tenemos ningún tipo de derecho, nos despiden de un día para el otro, con un solo click y sin darte explicaciones”.
“Peleamos por aumento salarial, por que reabran todas las cuentas bloqueadas, por ART, vacaciones, aguinaldo, no contamos con ningún derecho porque la empresa dice que nosotros no somos trabajadores sino socios, porque podemos elegir los turnos, pero si vos no haces horas en la noche te bajan de ranking, un montón de mecanismos que usan para presionar que demuestran la relación directa, además de que te pueden despedir”, enumera.
Laura vive y trabaja en Pilar y durante la etapa desvinculada de PedidosYa tuvo que subsistir haciendo tareas temporales en casas particulares y repartos con otra aplicación, en la Ciudad de Buenos Aires.
“Hace tres meses el ministerio de Trabajo de la provincia de Buenos Aires les impuso una multa, pero a nosotros nos queda corta la multa porque hay compañeros que están accidentados y no pueden laburar, están viviendo de colectas y la guita de la multa no va a ir a esos compañeros”, lamenta.
Además, describe sobre el agravamiento de las condiciones de trabajo: “Todo va empeorando, antes teníamos la Pausa Blanca por la cual si te accidentabas dejabas de trabajar sin que te afecte el ranking, pero eso cambió, si te accidentás te mandan a una pausa normal como si fuera que estuviéramos incumpliendo”.
“Nos aumentaron el monotributo un 35%, o sea que le tenemos que pagar nosotros a la AFIP en lugar de pagar la empresa que está haciendo un fraude laboral”, añade.
“Tengo 22 años y nunca laburé en blanco, quiero poder estudiar y trabajar y veo que son oportunidades que a todos los pibes y pibas nos están faltando, nos dicen que todo es por merito, que tenés que esforzarte solo, pero estamos todos en la misma, hay empresas que nos tienen precarizados, tercerizados, negreados y hay gobiernos que lo permiten y la única manera que tenemos los laburantes es organizarnos”.
“El gobierno no hace nada para que la empresa deje de tenernos en estas condiciones. Si los laburantes decidimos cambiar las cosas, lo podemos hacer, como muestra mi caso”, sintetiza.
Además, en esta entrevista, cómo es el sistema con el cual las distintas empresas de las nuevas modalidades laborales promueven el desarrollo personal como mecanismo para desalentar la organización colectiva y la sindicalización, las dificultades de subsistir sin trabajo en el medio de la pandemia, otros cinco fallos que ordenan reincorporaciones que aun no se cumplen y la solidaridad entre precarizados de distintos sectores.
Entrevista: Leo Vázquez (@LeoVaz2020)