Redacción Canal Abierto | Ni América Latina es toda blanca ni todos los argentinos bajamos de los barcos. Esta es una de las afirmaciones que desde el colectivo Identidad Marrón vienen impulsando para romper con el discurso de la supremacía blanca y poner en agenda la discusión del racismo estructural que existe en el país.
Cercanos a una fecha tan particular como el 12 de Octubre, Canal Abierto dialogó con David Gudiño, docente, actor e integrante Identidad Marrón, para explicar el surgimiento de este movimiento y cómo se llegó a la instauración del Octubre Marrón.
Un mes para resistir
“Octubre marrón surge entre compañeros, en facultades, entre pasillos conversando un poco sobre cómo somos percibidos, quiénes son los marrones en la facultad. Por ejemplo, a mí me ha pasado que llega a alguien y me pregunta ¿dónde está el escobillón? Entonces con los compañeros empezamos a hablar sobre eso, sobre cómo es percibida una persona marrón en la facultad. También nos dimos cuenta que en cátedras en la UBA, de 80 personas había compañeros que eran los únicos marrones.
Estamos repensando el mundo, porque la única vez de que aparece nuestra identidad marrón es el 12 octubre, y siempre está relacionado con el descubrimiento de América, que ya sabemos que eso no es así, que nadie descubrió nada porque ya había poblaciones, civilizaciones con una hermosa cultura, con creencias, con subjetividades y nosotros somos la resistencia de eso.
Yo siempre digo que en mis genes habitan sangre de un indígena que logró huir de la matanza porque no triunfó este genocidio indígena. Porque Roca salió decidido a matar a todos y eso no ocurrió, estoy acá, llevo este color de piel. Así, a octubre lo transformamos en un mes de resistencia y para demostrar que muchos somos los marrones que habitamos esta tierra, que somos productores de capital cultural y por eso hacemos muchas actividades artísticas”.
El racismo estructural
“Hablamos de estructural porque hay una base de derechos a la cual los marrones no podemos acceder mucho, como a una vivienda digna. Lo vimos el otro día en el desalojo de la Villa 31. La niña que lloraba era una niña racializada, marrón. El derecho a la educación que no llegó en la pandemia, internet, las computadoras en los barrios populares. Cuando nos hacemos preguntas como cuál es el color de la pobreza en Argentina, ¿qué colores habitan en las cárceles? Bueno, eso nos abre a pensar que existe un sistema que perpetúa la diferencia, que el tratamiento es diferencial hacia quienes tenemos piel marrón y rasgos indígenas.
Cuando pasó lo de George Floyd hubo un estallido de los medios hegemónicos de mirar y apuntar el racismo. Este terrible asesinato también fue la oportunidad de mirar hacia adentro y ver los casos como el de Luis Espinoza, el de Facundo Ferreyra, que acaba de salir la condena hacia quienes lo asesinaron. Un niño de 12 años que estaba en una moto en su barrio. Esto no es no es solo un gatillo fácil hacia quienes somos marrones sino que es racismo estructural.
En ese sentido nosotros estamos invitando a un debate que hace falta y que nos merecemos como sociedad para de alguna manera contribuir a que el pueblo marrón y la clase popular puedan acceder a todos los derechos, porque existen muchos casos en Argentina de personas racializadas que han sido asesinadas por la policía”.
¿Este racismo empieza en las escuelas?
“Lo que pasa es que en la constitución del Estado-Nación hubo que enviar a la persona racializada al campo y se transformó en el peón. Entonces, en la educación aparece eso, porque de alguna manera quienes somos racializados fuimos expulsados y para constituir este Estado- Nación hubo que construir una imagen del argentino. Claramente en la educación se ve como está invisibilizada la población indígena, con el éxodo jujeño por ejemplo. Están legitimados ciertos actos que vienen de parte de la supremacía blanca”.
La identidad marrón fuera de la agenda progresista
“Creo que no está porque no terminan de comprender que hay una población marrón que ha podido acceder a una educación. Yo soy la primera generación en mi familia que termina la universidad junto con mis hermanas. Mi mamá limpió casas toda su vida y mi papá solo hizo el terciario. Entonces yo creo que ahora es que nosotros tenemos tiempo -porque tengo un plato de comida sobre mi mesa- puedo ponerme a pensar en esto.
Me parece que muchos de quienes intentan representarnos no lo hacen. O de pronto aparece en el Presidente diciendo que bajamos todos de los barcos. En el imaginario popular, es lo que mucha gente piensa, también porque hay una gran ignorancia. En principio, quienes somos marrones nos merecemos ser escuchados, que conozcan lo que atravesamos como sujetos contemporáneos en el racismo nervioso porteño. Nadie sabe, o es poca gente la que me ha preguntado qué se siente cuando te subís a un colectivo y las personas guardan sus celulares, o cuando las personas se cruzan de vereda, o los taxis no me paran después de las nueve de la noche.
Son cuestiones muy sensibles que atravesamos como sujetos pero requiere una mayor sensibilidad de parte de quienes nos quieren representar, requiere sentarse a escuchar. Creo que creen que no importa lo que nos genera demasiado problema, y ahí radica el problema”.
La representación en los medios
“A mí me da pena un poco por Julio Arrieta, que fue un gran actor de la villa en barracas que luchó muchísimo para que a personas villeras se les dé el trabajo que deben hacer si hay un guión que necesita gente villera. En esta serie que aparece ahora no llaman a quienes pertenecen a ese espacio. Y así vemos la supremacía blanca en todos los medios. Los invito a hacer zapping a cualquier hora y van a ver que la mayoría de las personas que están en la televisión son blancas.
Yo me pregunto, ¿será porque no hay personas racializadas que estudien periodismo y quieran dar la información? ¿O qué es que es lo que ocurre? Ese es realmente un gran problema y ahí se ve la diferencia. El otro día di una capacitación para un medio y les pedí a los participantes piensen en un famoso actor, actriz, periodista argentino. El 99% son blancos y la sensación de esas personas es de que estamos muy lejos. A mí mismo me ha pasado cuando hago vídeos que me pongo en el lugar del productor o de quien dirige la cosa en el programa de televisión y me han dicho ¿qué hace un peruano riéndose de Majul? No lo puedo creer. O un boliviano productor, ¿cómo puede pasar eso? Hay una asociación, una complementariedad semiótica con lo que yo puedo representar. Yo puedo representar a un encargado de edificio, de personal de limpieza a un policía. Eso es lo que podemos representar los marrones y en esos roles terminamos estando en la televisión. Creo que para solucionar esto lo que se necesita es decisión política, de los productores una decisión económica también, y darle más lugar a estos roles para crecer”.
El 12 de Octubre y la identidad marrón
“Pienso que estamos acá porque resistimos, porque sobrevivimos. Esa es un poco la sensación cuando nos sentamos en ronda todo el colectivo. Es comentarnos un montón de cosas que nos han pasado, de dónde vienen nuestras madres, que muchas de ellas han sido y siguen siendo personal de limpieza. A mi mamá nunca a nadie le pago los aportes y lleva trabajando más de 40 años. Entonces, que yo esté acá sentado es gracias a ella, es gracias a ese trabajo.
Octubre Marrón es para recordar esa historia, la verdadera historia marrón de esfuerzo, de lucha y dedicación al trabajo. No es el descubrimiento de un continente sino el genocidio indígena. Sí es la resistencia indígena en este mundo contemporáneo”.
Actividades de visibilización
“Vamos a estar haciendo una muestra en el museo Ernesto de la Cárcova que va a comenzar el 16 de octubre y va a continuar hasta diciembre. También va a haber actividades que comienzan el 13 de octubre en la Manzana de las Luces para ir a ver cine marrón. También habrá actividades artísticas porque la idea es visibilizar todo el trabajo artístico que hacemos quiénes somos marrones.
Hay actividades que están articuladas junto con México y Brasil, así que se está generando un movimiento muy interesante en América Latina”.