Redacción Canal Abierto | El Tribunal Oral Federal (TOF) 2 de La Plata -integrado por los jueces Alejandro Esmoris, Nelson Jarazo y Fernando Canero- condenó a prisión perpetua al abogado penalista Rubén Ernesto Carrazzone por el femicidio de su pareja Stella Maris Sequeira, cuyo cadáver nunca fue hallado.
De esta manera, los magistrados dieron por probada la hipótesis de la abogada querellante Raquel Hermida Leyenda y el fiscal Leonel Gómez Barbella, que postulaba que Carrazzone mató a su mujer el 29 de diciembre de 2016, descartó el cuerpo y dos días después intentó desviar la investigación con una falsa denuncia por secuestro.
En diálogo con Canal Abierto, la letrada anticipó el pedido para que también se investigue a Oscar León, un amigo del penalista con el que habría estado antes y después del femicidio. Según las sospechas, este hombre -conocido como “El Jíbaro de las Pampas”- tendría conocimientos en el uso de ácidos y momificación de animales. “Es alguien que sabe muy bien cómo borrar evidencias”, apuntó Hermida.
El caso de Miguel Bru, el estudiante de Periodismo torturado hasta morir en una comisaría de La Plata en 1993, y el de Érica Soriano, quien desapareció en 2010 en Lanús, son dos de los antecedentes más resonantes en los que los acusados fueron juzgados y condenados por homicidio sin que se haya encontrado el cuerpo de la víctima. “Se trata de la primera condena por femicidio sin que se haya encontrado el cuerpo, y a la vez es el primer fallo de femicidio en sede federal”, destacó Hermida.
Pese a no contar con restos de la víctima, tanto el fiscal de juicio como la titular de la Unidad Fiscal Especializada en Violencia contra las Mujeres (UFEM) Mariela Labozzetta coincidieron en que “la concordancia de los indicios posee un innegable valor objetivo y conduce a conclusiones seguras”. En ese sentido, se mencionó el hallazgo de distintos elementos sospechosos en la casa y en un vehículo del penalista como “precintos negros bajo una alfombra, retazos de sábana elástica con manchas varias, restos de agua en las alfombras y en el baúl del auto, el ‘luminol’ con el que se detectó que la ducha del baño y el ropero presentaban fluorescencia, intensidad, color y persistencia similar a la sangre” y que luego las pericias demostraron que eran “manchas hemáticas de patrón femenino”.
El debate comenzó el 31 de marzo del año pasado y fue llevado adelante por la Justicia Federal y no en el fuero ordinario, como suele ocurrir en estos casos, porque en un principio ingresó como un presunto secuestro extorsivo. En un intento por entorpecer la investigación y ocultar el femicidio, Carrazone denunció que tras la supuesta desaparición había recibido un llamado para que entregara 80 mil dólares si quería recuperar a su mujer, lo que finalmente se desestimó.
“Como abogado penalista, sabía bien que denunciando un secuestro extorsivo iba a caer en el fuero judicial, donde contaba con muchos contactos; también que al radicar la denuncia un 1 de enero podía favorecerlo la feria judicial. Tenía todo pensado, pero por suerte le salió mal gracias al trabajo que hizo el fiscal de instrucción Leonel Gómez Barbella y la querella”, señaló Hermida. “No demostró arrepentimiento en ningún momento del juicio; aunque su relato es insostenible, se cree su propia mentira”.
Según determinó el proceso judicial, días antes de su desaparición Stella le comunicó a su amiga Sully Insaurralde que su esposo mantenía un romance con otra amiga, y que ella estaba al tanto de todos sus “chanchullos”. Para los investigadores, el móvil del crimen habría sido este posible destape de acusaciones incriminatorias.
“A partir de estas declaraciones, ahora voy a tomar el caso de Marisol Oyhanart, un femicidio que según Stella, contó con el encubrimiento de un abogado que fue testigo en la causa y de Rubén Carrazzone”, informó la letrada querellante. La maestra jardinera, de 38 años y madre de tres hijos, fue secuestrada y asesinada en 2014 en Saladillo: la investigación tuvo flagrantes irregularidades, como la desaparecieron del celular (luego en poder de uno de los policías de la comisaría que colaboró con el encubrimiento) y una calza de la víctima, claves en la investigación sobre el principal sospechoso –un importante empresario agropecuario de la región- que hasta el momento no pudo ser imputado formalmente. “Stella sabía de este y otros `chanchullos´ en los que estaba implicado su marido, por eso temía por su vida”.
Carrazzone fue también el abogado de Roberto Aníbal, testigo clave en la investigación por el secuestro y asesinato de Candela Rodríguez en agosto de 2011. “En su momento Aníbal me llamó diciéndome que Carrazzone lo iba a entregar; en su momento no le creí, pero después lo mataron”, recuerda Hermida. Tras varias denuncias por amenazas y un ataque a tiros al frente de su casa que lo llevó a encadenarse frente a las rejas del Palacio de la Gobernación bonaerense para pedir asistencia, Aníbal falleció a raíz de una inexplicable explosión en su casa de Moreno.