Redacción Canal Abierto | Mensualmente, la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) realiza un relevamiento del Índice de Precios en Origen y Destino (IPOD) en el cual mide las distorsiones que suelen multiplicar por varias veces los precios de los productos agropecuarios desde que salen del campo hasta que llegan a las góndolas.
Para los 24 principales productos frutihortícolas y ganaderos que conforman la canasta alimentaria familiar, la brecha de precios subió a 3,13 veces en marzo. La mandarina, el repollo, el limón y la carne de novillo, fueron los productos que más incrementaron sus brechas. La diferencia más baja entre precios de origen y destino la tuvo la berenjena, en 1,7 veces. La más alta fue la del zapallito, con 10,2 veces.
De esta manera, la participación del productor en los precios de venta bajó a 30,8%, según la CAME. La carne de novillo y los huevos tuvieron aumentos importantes en los precios al consumidor, pero al productor se le pagó lo mismo o menos que en febrero.
En marzo, la mayor brecha entre precio de origen y destino se dio en el zapallito, con una diferencia de 10,24 veces. Le siguió el limón (9,12 veces), la manzana roja (6,51 veces) y la mandarina, con una brecha de 6,17 veces. Los productos con menores brechas, en tanto, fueron: berenjena (1,72 veces), huevos (1,74), pollo (1,80 veces), repollo (2,10) y acelga (2,24).
Por otra parte, la participación promedio del productor en el precio final de los 24 productos relevados bajó 3%, a 30,8%. La mayor participación la lograron los productores de berenjena, que recibieron en promedio el 58,3% de su precio de venta minorista. La peor ocurrió en el zapallito, donde el productor obtuvo apenas $9,8 de cada $100 que pagó el consumidor por ese producto.
La alternativa de la economía popular
Contrario a lo que pasa con las grandes cadenas de supermercados y los comercios de cercanía, la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT) congeló sus precios desde diciembre.
Hace una semana dieron a conocer sus listados de precios de frutas y verduras agroecológicas de diciembre 2021 y de marzo 2022, con una variación prácticamente nula en sus precios, y dejó en evidencia que “la inflación desmedida en los alimentos es exclusivamente fruto de una política de especulación de los sectores concentrados de la cadena alimentaria”.
“Con la inflación de marzo de 6,7%, donde los alimentos registraron alzas de hasta 7,2%, para las y los trabajadores de la tierra, ni las serias dificultades climáticas que atraviesa el campo (como consecuencia directa de los agronegocios), ni las esperadas variaciones estacionales, ni el conflicto bélico en Ucrania justifican el brutal aumento de precios de la producción frutihortícola en el país”, señalaron desde la UTT.
En los productos comercializados por la UTT en sus almacenes o feriazos, los precios se mantuvieron igual por cuatro meses, salvo casos como la papa, la cebolla, la manzana y la banana que tuvieron aumentos de sólo $5 o $10.
Agustín Suárez, referente nacional del gremio de pequeños productores, expresó: “Mientras el acuerdo con el FMI, las consecuencias de la guerra, y la falta de solidaridad de los ruralistas del agronegocio, siguen impulsando un esquema inflacionario cada vez más asfixiante, desde las organizaciones apelamos a una salida colectiva y por eso la UTT viene combatiendo la suba de precios desde hace años”.
Por su parte, Daniela Carrizo, secretaria de Comercialización de la UTT, destacó: “Una vez más, demostramos que de manera organizada se puede garantizar el acceso de la población a una alimentación sana, no solo eliminando intermediarios y sus abusos, sino además construyendo puestos de trabajo y fortaleciendo una red de comercialización justa y popular”.
Y concluyó: “Para ganar la guerra contra la inflación solo es necesaria la férrea convicción de que los alimentos no son una mercancía, sino un derecho de nuestro pueblo”.