Canal Abierto Radio | El ex mandatario y candidato a presidente de Brasil, Lula Da Silva, propuso que en la región sudamericana se utilice una única moneda para que la economía y el mercado interregional deje de depender del dólar. Al respecto, el economista y politólogo Nicolás Dvoskin, señaló en Canal Abierto Radio que esta propuesta tiene “sus ventajas y desventajas si no se planifica integralmente y se determinan, también, las consecuencias que pueda tener”.
El especialista habló de la dolarización en que está sumergida la región desde la década del 90, y enumeró las ventajas de esta idea expresada por el referente populista de Brasil. “En primer lugar, se debe dejar de usar dólares para la economía regional, lo que en principio es bueno porque los dólares son escasos. Otro punto a favor sería la facilitación de un montón de transacciones, por ejemplo, para viajar y otras cosas”, sostuvo.
Sin embargo, el economista aseguró: “Las preguntas importantes acá son ¿Cuál va a ser el régimen para gobernar ese Banco Central, y quién elegiría las autoridades económicas que van a ser seleccionadas para hacer políticas monetarias, que es elemento central?”.
Es así que, luego de relatar el camino recorrido por la Unión Europea para unificar su moneda en el Euro, agregó: “La gobernanza de un Banco Central unificado sobre muchos países requiere una estructura de democracia interna donde también el Mercosur está muy atrasado; sin ir más lejos el parlamento del Mercosur es solamente consultivo y ni siquiera sabemos quiénes están ahí. Si no tenemos resuelta la democracia en la región va a ser muy difícil generar un Banco Central que pueda cumplir en la emisión de monedas y con las medidas adecuadas para que los gobiernos financien políticas de auxilio necesarias”.
En este sentido, advirtió: “A menos que se consiga una estructura de gobernanza que permita que eso suceda, a pesar de ser un banco unificado para varios países, estaríamos dejando al gobierno de cada país sin la soberanía monetaria necesaria para hacer frente a un montón de situaciones. Esto sería un punto negativo en cuanto a la organización a menos que se consiga el tipo de gobernanza fructífero del propio organismo que permita que los propios gobiernos puedan usar los recursos de ese Banco Central para seguridad y soberanía económica”.
Dvoskin también se refirió al estado del comercio interregional, a la intención de generar más fluidez, y al rol del Mercosur para que suceda: “El comercio interregional no es inexistente, al contrario, ha crecido mucho a lo que era en los años 50 o 60. Generar espacios para que gane peso requiere desarrollo industrial en la región que haga que nos interese lo que producen los demás. Esto es muy difícil si cada país produce un recurso natural distinto que es comprado solamente por potencias industriales que los procesan para generar insumos industriales. Sí me parece que tiene sentido que en el comercio regional se utilicen monedas propias antes de unificarlas. Eso es más sencillo y no implica una pérdida de soberanía monetaria”, indicó.
A su vez, sostuvo: “Es interesante pensar la propuesta en términos de reducir la dependencia del dólar pero en el fondo, pensando en la posibilidad de soberanía económica y en construir herramientas, a menos que se construya una estructura de gobierno sólida y estable donde haya democracia interna para pensar estrategias de gobierno regional con miembros de diferentes partidos con jurisdicción en varios ámbitos, por ejemplo, en el del comercio regional, no le veo mucho sentido”.
Y concluyó: “A la frase de Lula la veo más como una expresión de deseo, como un discurso político planteando la necesidad de disputar la hegemonía norteamericana, cosa que comparto. Pero pasar de esto no sólo a la factibilidad sino a la deseabilidad de una moneda común requiere cosas que no están planteadas ni están en la agenda de los gobiernos con lo cual va requerir mucho tiempo. Empecemos en todo caso, como argentinos, aceptando el pago en reales de los brasileros y que ellos acepten el peso cosa que es un poco más difícil pero intentémoslo para después de eso recién pensar una moneda común”.