Redacción Canal Abierto | Antes de que la Argentina se convirtiera en el primer país latinoamericano con un caso sospechoso de viruela del mono y desde que se identificó el primer confirmado fuera de África, más de una docena de naciones confirmaron contagios en su población. Reino Unido, España, Portugal, Italia, Canadá, Estados Unidos, Australia, Suecia, Francia, Bélgica y Alemania integran la lista a la que en las próximas horas se sumarían Países Bajos, Israel y Suiza.
Esta rara enfermedad es una zoonosis viral (es decir, de origen animal) con síntomas similares, aunque menos graves, a los que se observaban en los pacientes de la tradicional viruela, infección que llegó a diezmar a poblaciones enteras alrededor del globo.
Según informó la Organización Mundial de la Salud, su transmisión se da a través del contacto con heridas, fluidos corporales y material contaminado -como ropa de cama-, y su periodo de incubación suele ser de seis a trece días. Los países donde es endémica son Benín, Camerún, República Centroafricana, República Democrática del Congo, Gabón, Ghana (solo se la ha identificado entre animales), Costa de Marfil, Liberia, Nigeria, República del Congo (Brazaville), Sierra Leona y Sudán del Sur.
Si bien aún no hay un tratamiento eficaz, la vacunación antivariólica previa ha resultado muy eficaz para prevenirla. Es por esta razón que la actual alerta no apunta a las poblaciones nacidas antes y en los albores de la erradicación de la viruela hacia la década del 80, sino a quienes no fueron inoculados por haber nacido a posteriori.
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El Malbrán, organismo público descentralizado pero dependiente del Ministerio de Salud de la Nación, nuclea y coordina institutos, laboratorios y centros de salud del país. Es el centro nacional de referencia y seguimiento de las principales enfermedades infectocontagiosas para su prevención, control e investigación.
Pese a contar con recursos humanos con la mayor experiencia para la detección de este y otros virus, el instituto de referencia nacional no cuenta con las mejores condiciones. En primer lugar, porque el único microscopio electrónico para la detección de la viruela símica del Malbrán se encuentra roto. “Hoy tenemos que utilizar el de Facultad de Medicina”, explicaron a Canal Abierto sus trabajadores, quienes a su vez denuncian la situación de precariedad laboral que sufren al menos la mitad de ellos.
“No funciona hace dos década y tenía sentido arreglarlo hace diez o cinco años, ahora ya hay que comprar uno nuevo”, detallaron en relación al lente. La inversión a desembolsar para la adquisición del microscopio ronda el medio millón de dólares (unos 100 millones de pesos, al cambio paralelo), una suma menor en comparación con los volúmenes que suelen manejar las arcas públicas. “Todo indica que el revuelo mediático por este virus podría agilizar el proceso burocrático para que aparezca el dinero”.
En relación a la situación laboral de los científicos y trabajadores de este y otros organismos, hoy la Asociación Trabajadores del Estado (ATE) -gremio que agrupa a buena parte de los y las profesionales del Instituto- protagoniza hoy un paro y jornada nacional de lucha «en rechazo de la injerencia del FMI en Argentina» y para reclamar el incumplimiento de la promesa del Gobierno de regularizar a 30 mil estatales antes del fin del mandato del Frente de Todos.