Redacción Canal Abierto | Carla Lacorte nació el 4 de enero de 1971 en la Ciudad de Buenos Aires. Su padre Miguel Angel murió fusilado en el Estadio Nacional de Chile en septiembre de 1973 tras ser detenido mientras resistía el golpe de Pinochet. Junto a su madre, que escapaba de la represión del Proceso, se radicó en Quilmes. A la salida de la dictadura tuvo una activa participación en el centro de estudiantes del Colegio Nacional, militancia que continuaría en el Centro de Profesionales por los Derechos Humanos y el Partido de los Trabajadores Socialistas
El 1 de junio de 2001, Lacorte fue víctima de gatillo fácil en un tiroteo por el robo a un local de Mc Donalds donde el ex oficial de la Bonaerense José Salmo asumió que ella era “campana” de los cuatro asaltantes. “Volvía de estudiar (por entonces cursaba la carrera de Ciencias Veterinarias), apenas bajé del colectivo caigo al piso porque me dispararon por la espalda”, cuenta. El proyectil dio en su torso, destrozó su médula y pasó a medio centímetro de su corazón, dejándola en silla de ruedas de por vida.
A partir de ese momento profundizó la lucha que ya venía desarrollando contra el gatillo fácil y la represión del Estado.
En diversas entrevistas relató que tras el impacto, estando boca abajo y desangrándose, los policías solo la interrogaban. Ella les rogaba auxilio médico y que no la sentaran: por sus conocimientos de medicina veterinaria sabía que el proyectil había dado en la columna.
Al momento de calificar el accionar de Salmo, el fiscal caratuló la causa como “lesiones culposas”, un delito excarcelable. Los argumentos del policía fueron los usuales en este caso, negando cualquier negligencia y argumentando un supuesto accionar en “defensa propia”.
“Una noche se presentaron en mi domicilio dos policías de la Comisaría Primera y dijeron que querían “hablar” con mi marido, un apriete disimulado”, relató al portal La Izquierda Diario. “Entre la Policía y el Poder Judicial se jugaron a encubrir lo que a todas vistas era un caso de gatillo fácil. Cuando no les quedó otra tuvieron que reconocer que había sido responsabilidad de un bonaerense”.
Tras años de lucha por justicia, Lacorte logró que el hecho se caratule como “tentativa de homicidio” y en 2013 se condene a Salmo. Un año más tarde, y luego de que la Corte Suprema confirmara la condena a siete años de prisión, el ex oficial fue puesto en libertad.
A 21 años del caso de gatillo fácil que cambiaría su vida para siempre, Carla Lacorte sigue –como dice- “peleándola” contra la violencia policial y las violaciones de los derechos humanos a manos de fuerzas de seguridad.
“Estos últimos días fueron terribles, de mucho trabajo; y es que hay una relación directa: cuando recrudece la crisis económica, aumenta el gatillo fácil”, contó a Canal Abierto.
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