Redacción Canal Abierto | “Para mí, junio es la tortura. Desde el 1 de junio siento que se me detiene el mundo y vuelvo a estar en el 2002 hasta que termina el cumpleaños de Maximiliano el 3 de julio. A junio lo debería sacar de mi calendario porque es atroz, es detener el tiempo, es vivir una y otra vez todo eso. Y uno trata de estar donde tiene que estar y no donde quiere estar. A nosotros nos toca estar acá y afrontar esta gran responsabilidad de buscar justicia por Maxi y Darío y que todos los responsables políticos de la Masacre del Puente Pueyrredón vayan tras las rejas y no sigan gobernando como lo vienen haciendo”.
Estas son las palabras de Vanina Kosteki, al cumplirse veinte años de la represión que se cobró las vidas de su hermano Maximiliano y de Darío Santillán el 26 de junio de 2002.
Recordando lo que se vivía en ese momento, Vanina expresó: “El estallido se produce después del 19 y 20 de diciembre de 2001 donde todos como argentinos quisimos poner un parate y decir ‘basta, hasta acá llegamos, necesitamos vivir dignamente’. Eso es un poco lo que Maxi intentó hacer, sumarse y querer defender sus derechos y los de otros, fundamentalmente. Maxi no era un militante, su gran delito era andar con dos lapiceras en su mochila, hacer dibujos y sacarle una sonrisa a cada persona, a cada niño que se encontraba en el camino.
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Y agregó: “Lamentablemente, Maxi tuvo dos marchas en su vida. La del 1º de Mayo y la del 26 de junio, y eso fue todo. Pero hoy, el movimiento piquetero y las organizaciones sociales, veinte años después, siguen levantando las mismas banderas de lucha, se sigue reclamando lo mismo”.
En línea con el legado que los jóvenes dejaron, Vanina dijo: “Maxi y Darío tenían la posición de ser solidarios y de ayudar a otros desde dos puntos de vista totalmente diferentes. Maxi a través de su arte, y Darío dejando su casa, su familia y yéndose a vivir a un barrio y vivir de la misma manera que muchos que pasan necesidades. Estar donde se pasa frío, hambre y necesidades es el gran ejemplo que Maxi y Darío nos han dejado. La vida no es todo color de rosa y uno tiene que tener bien claro qué es lo que quiere, mantener esa convicción siempre y nunca cambiarla”.
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Por otra parte, durante las últimas semanas circulaba el rumor de una posible liberación de Alfredo Fanchiotti, el ejecutor de Maxi y Darío. Sobre este punto, Vanina informó: “Fanchiotti cree que es víctima, cuando en veinte años nunca quiso asumir la responsabilidad del delito que cometió al matar a dos personas. Más allá de la represión y de herir a un montón de otros compañeros, el delito más grande fue matar y en todo este tiempo no ha tenido un solo remordimiento. A mí la Justicia nunca me dio nada, a mi familia nunca le dio nada, entonces lo mínimo que puede hacer es no dejarlo salir nunca más”.
Y siguiendo con lo que hace falta para lograr una justicia plena, la hermana de Maximiliano sostuvo: “Hace falta que las leyes se modifiquen, que las condenas a reclusión perpetua sean eternas, que los responsables políticos también sean juzgados y condenados, porque no podemos tener un juez durante veinte años que nos sigue pidiendo pruebas a nosotros como lo hace Ariel Lijo en Comodoro Py. Nunca llamaron a indagatoria a ningún funcionario y hoy Aníbal Fernández es el ministro de Seguridad. ¿Qué seguridad puede velar cuando tiene las manos manchadas de sangre por las muertes de Maxi y Darío?”.
En este nuevo aniversario y como todos los años, a las 11.55 –hora en la que comenzó la represión- las familias y organizaciones del campo popular vuelven al Puente. “Más allá de todos los obstáculos que nos pongan en el camino, nosotros vamos a volver al Puente, vamos a subir, vamos a hacer nuestro acto y vamos a seguir denunciando y reclamando justicia por Maxi y Darío, y que todos los responsables políticos sean juzgados y condenados”.
Entrevista: Silvia Juárez Fernández