Por Melissa Zenobi | “El rey tuerto” es un material que se estrenó en 2008 y fue un éxito en Barcelona, Madrid, el País Vasco y Uruguay. Su importante repercusión teatral le valió una versión cinematográfica con elogiosas críticas. Una versión argentina llega al teatro porteño, y puede verse todos los viernes en Teatro Timbre 4.
Luego de años sin verse, dos amigas se reencuentran a través de las redes sociales y organizan una cena con sus parejas. Se adivina un contexto social y político en llamas, con mucho malestar en la gente y represión en las movilizaciones. Entonces ocurre el esperado encuentro entre el novio de la anfitriona, que es un obediente y orgulloso policía antidisturbios; con el de su amiga, un documentalista social que recientemente perdió un ojo durante la represión de una manifestación.
En tanto la historia avanza, una política emite discursos desde la altura de una escalera, como desde la televisión, pero también queda la sensación de que ella está por encima de todos, incluso los espectadores. Deuda, inflación, y promesas: la vocera política tiene mucho que decir, y sus afirmaciones no pasan inadvertidas a los protagonistas.
“Es una obra que originalmente habla sobre una realidad española, y fue adaptada a nuestra idiosincrasia y a la realidad actual de nuestro país, que es muy dispar a la europea, pero sin duda la humanidad de los personajes hace espejo”, contó a Canal Abierto Adriana Roffi, quien adaptó el material y dirige esta puesta.
Ver a estos personajes reaccionando humanamente a los cambios y movimientos que demanda el vínculo con las y los otros es lo que genera risas de principio a fin: “Lo que más me gustó del texto original es que son personajes que están constantemente en contradicción, pero todo está atravesado por el humor, lo cual creo que es muy importante en esta realidad”, dice Roffi.
Tanto en los diálogos como en la actuación de cada uno de ellos y ellas aparece con claridad aquello que puede decirse, lo políticamente correcto, y también lo que se oculta para agradar.
“El personaje del político es en la puesta original un varón, y el autor también es un varón. Entonces eso estaba construido desde lo masculino. Pero yo soy mujer y me interesaba ponernos voz a nosotras. Entonces decidí que ese personaje sea una mujer”, relata Roffi, y reflexiona: “Es fuerte del mismo modo que podemos ser mujeres y pensar muy diferente”.
Sobre el valor del discurso político en la obra, la directora apunta: “Siento que hay a veces un discurso político muy monocorde, con muchos puntos de encuentro más allá de las ideologías, entonces yo aposté a lo monocorde en el discurso político”.
En el corto tiempo que lleva en cartelera, la devolución de quienes la han visto ya es una garantía de risas de principio a fin: “Hay mucho espejo en el público. Uno de los personajes es casi un Neandertal, que dice las cosas políticamente no correctas y sabiendo que hay mucha gente que piensa así, creo que como es desde el humor, se puede escuchar”, añadió la directora.
“Algunas colegas me dijeron que a medida que avanzaba la historia ellas se iban moviendo de pensamiento. Que a veces entendían a un personaje y luego a otro e iban preguntándose dónde posicionarse”, cuenta Roffi y afirma: “Para mí eso es muy atractivo. Si la obra genera eso, listo, hay arte”.
En este sentido profundiza: “Me parece interesante, aunque inicialmente me daba mucho vértigo, esto de ver y escuchar no solamente sobre lo que ya pienso. Me gusta que no se quede sólo ahí, y esa es la función artística”.
Ficha técnico artística
Autor: Marc Crehuet
Adaptación: Adriana Roffi
Actúan: Maite Velo, Jorge Noguera, Cinthia Guerra, Matías López Barrios, Melisa Hermida.
Vestuario: Cinthia Guerra
Diseño de espacio escénico: Adriana Roffi
Iluminación: Leo D’aiuto
Diseño gráfico: Lía Zanarini
Producción Ejecutiva: Sebastián Caneva
Asistencia de dirección: Paula Sanabria
Versión y dirección: Adriana Roffi
Durante julio puede verse los viernes a las 23, a partir de agosto estará los viernes 21.30 en Teatro Timbre 4, sala Boedo 640. Entradas disponibles en Alternativa teatral.