Redacción Canal Abierto | La Tabaré se presenta hoy en la Ciudad de Buenos Aires y mañana en La Plata. Vienen de tocar ayer en Rosario. Se trata de una nueva visita -demorada esta vez- de una de las bandas icónicas del rock uruguayo que desde mediados de los 80 se mantiene en una trayectoria de rechazo artístico polifacético a los males del mundo, a las perversiones del sistema dominante y la careta de la industria. Surgidos en la etapa de post dictadura, se consolidaron como una propuesta multicultural y autentica de resistencia que hoy, en un contexto nacional y regional de derechos amenazados, planta bandera y dispara canciones desde cada escenario que se ofrece como trinchera. Al frente, el incapturable Tabaré Rivero, cantante, compositor, actor, escritor y docente, referencia ineludible de la música rioplatense a ambas orillas, con un recorrido tan provocador como prolífico, con una propuesta renovada y un sonido tan tradicional como actual. En esta entrevista realizada en AM 530 Somos Radio para el programa TDK y para Canal Abierto, el artista irrepetible habla de todo: sus orígenes y el nacimiento de la escena rockera en Montevideo, el arte y la política, el cambio de rumbo negativo que representó la llegada de Luis Lacalle Pou al gobierno luego de varios mandatos del Frente Amplio, el nuevo disco, la banda, pandemia y después.
“Todo lo transgresor del rock, lo rebelde, aquel cambio a nivel mundial fue manipulado de tal modo que se convirtió en moda”, se queja. Sin embargo, en su discurso persiste la esperanza, sobre todo…
¿Cómo era hacer rock, hacer arte en el Uruguay post dictadura?
– Estaba prohibido pensar. Yo empecé a hacer teatro porque soy hijo de actor, como estaba prohibido el rock y yo quería expresarme tenía una bandita a los 14 años pero la dictadura prohibió todo y yo me preguntaba cómo decir las cosas que quería decir, cómo expresar mis angustias, mis tristezas, mis rabias, mis amores, y fue por boca de autores clásicos haciendo teatro, Moliere, Shakespeare o algún autor rioplatense que no estuviera prohibido, y uno creía que la dictadura, que duró 14 años, podía durar 80, no sabíamos que iba a terminar, pero cuando terminó enchufé la guitarra y empecé con todo, a sacar la rabia que tenia adentro. Era muy difícil, el rock se había dejado de escuchar al a estar prohibido, aunque estaba disimuladamente prohibido, no era prohibido por ley pero cada vez que ensayaba una banda tocaban la puerta lo llevaban en cana.
¿El rock es político?
– Para mí todo arte es político, toda expresión lo es, un comunicador es un ser político, puede ser un ser político nefasto o con buenas intenciones, o un distraído que generalmente es nefasto por distraído. Lo mismo pasa con el arte, uno se sube a un escenario y dice cosas y tiene que tener conciencia de que lo estén escuchando.
Por eso me encanta estar rodeado de gente joven, porque me transmite esa esperanza, si yo tocara con músicos de mi edad estaríamos a las puteadas todo el día, extrañando aquella época que fue mejor. Pero esta generación me demuestra que el futuro viene mejor, creo otra vez en las utopías.
¿En que escena se movían en aquellos primeros años?
– Al principio fue muy dificultosa. Cuando terminó la dictadura empezó el rock con todo, un boom que duró dos años, estaba buenísimo porque a pesar de que no estaba de moda había un montón de gurises en los liceos que todos tenían una banda y todos eran punk, y con eso decían toda la rabia que tenían, esa rabia era política, a veces con la poesía de un gurí que tiene sus limitaciones a la hora de escribir o tocar un instrumento, pero me gustaba la actitud. Después, los medios de comunicación empezaron a meter miedo, que los rockeros son todos drogadictos, son homosexuales, demoníacos. Hasta que en un concierto de los Abuelos de la Nada en Montevideo, a fines del 87 al aire libre y con entrada gratis se armó un gran caos de violencia, no eran una banda que generara violencia, pero para mí iban infiltrados de la policía disfrazados de rockeros que tiraban botellas y caían arriba de la gente y eso hizo que a fines del 87 se acabara el rock y las bandas como Los Estómagos, Los Traidores, Los Tontos, que eran bandas ochenteras que tenían cosas que decir, el Cuarteto de Nos es una banda que estaba en esos tiempos y todavía subsiste. Después hubo que pelearla de nuevo y para colmo La Tabaré tenía siempre una cantante femenina y eso en el ambiente rockero de Montevideo estaba mal visto. Me decían “no podes tener a una mina cantando”, y yo respondía: “¿cómo que no, si yo escuchaba a Janis Joplin, Joan Báez, por qué no?”
¿Y porqué necesitas esa parte femenina?
– Yo siempre digo que como actor interpreto la canción, la hablo, la siento, pero la persona que clava las notas en esta banda es Pamela Cattani, y además me gustan mucho las voces agudas y la energía femenina, me llevo muy bien con eso arriba del escenario.
¿Qué se puede saber sobre el nuevo material que están presentando?
– Yo le dije a la discográfica que si no lo quieren sacar en CD que no lo saquen, pero quiero el vinilo, porque todavía tengo la esperanza que haya uno al menos que escuché el lado A y el lado B, entero y de corrido, yo sé que es una cosa de viejo.
Ahora es todo más rápido…
– A mí me pasa, yo soy un tipo que me gusta mucho la lectura y ahora leo una octava partes de lo que leía antes, porque el tiempo me lleva a otra cosa y a veces hago también hago zapping musical, pero no es lo que yo quiero hacer….
Antes si te gustaba algo lo tenías que pedir, que alguien te lo traiga de afuera…
-A mí me gustaba mucho el rock argentino de los 70, Aquelarre, Manal, Almendra, Color Humano, Pescado Rabioso ni hablar, y todo eso lo mandé a pedir acá. Además llegaban con las tapas dobles que en Montevideo no había, eran simples y con un nylon sencillo y yo siempre digo que gracias a esas tapas me interesé por la pintura.
¿Qué te inspira últimamente para componer, por ejemplo el último trabajo?
– Más o menos lo mismo de siempre: las injusticias y las justicias, las bellezas y monstruosidades del mundo, del entorno en el que estoy, montevideano, barrial, pero además de lo que estoy informado sobre lo que ocurre en el mundo. Siempre he hablado desde el lado del que no puede entrar en el sistema, pero no puede porque no puede, no porque no quiera, sino porque se queda afuera, el perdedor. El bichicome, el linyera, ahora en Montevideo desapareció, con el tema de la pasta base ha desaparecido aquel que estaba tirado en la esquina porque no quería laburar y tomaba vino y miraba pasar con una sonrisa a la gente apurada y tenía su inteligencia, que no era un lumpen sino que había optado por estar afuera, pero no encajaba y siempre se sintió de lado… y de eso hablan las canciones, del mundo visto por la gente que no puede sentirse plenamente satisfecha en el capitalismo, en este puro estrés.
Sos un linyera del sistema…
– Sí, yo me autodefino cavernícola, porque no uso celular, no tengo tarjeta de crédito, pero me gusta linyera…
Han homenajeado a Luca Prodan, los Redondos también son una banda de referencia…
– Y capaz que hay algún invitado: Dawi, esperemos…
¿Cuánto hace que no venían?
– Desde antes de la pandemia. Habíamos venido a fines del 2018 y después cuando íbamos a venir en el 2020 se nos cortó, teníamos una Trastienda programada para el 27 de marzo de 2020.
¿Cómo se movió la escena cultural en Montevideo durante la pandemia, cómo sobrevivieron a todo esto?
– La mayoría de los actores y músicos trabajan de otra cosa, sacando la Comedia Nacional que es subvencionada por la intendencia desde hace 80 años, los demás todos laburando e otra cosa. Aun así, mucha de esa gente también se quedó sin su otro laburo por la pandemia, o sea lo que hubo fueron lagrimas y mucha rabia. El primer año no me molestó, me senté en mi casa, agarré la guitarra y me puse a grabar y a componer, pero el segundo año ya me vino una especie de neura y quería encontrarme con gente y charlar cara a cara, y lo que me dio resultado, negativo creo yo, es que antes me gustaba mucho ir a bares de noche y sumado a mi edad, ya no tengo más ganas de ir a los bares, me hizo envejecer esta pandemia de mierda.
A eso apuntaba la pregunta, más allá de lo laboral, de qué manera sostuviste el vínculo con el público y con tu propio arte… ¿este disco es hijo de la pandemia?
– Es casi hijo de la pandemia, si bien no aparece el tema, salvo entre líneas, se nota que hay cierta bronca e incertidumbre, pero teníamos otro disco para grabar, la pandemia lo cortó y cuando el primer año empecé a componer otras canciones me di cuenta que aquel disco que estaba antes de pronto no tenía tanta importancia, no representaba el momento, me importaban más estas canciones que había hecho. Y aparte hubo un cambio político en Uruguay, un paso para atrás y eso no estaba en las canciones anteriores a la pandemia, y sí aparece en estos últimos temas.
¿Sos de izquierda? ¿Encontrás en quién referenciarte en Uruguay?
– Me defino como anarco-comunista, pero voto, soy tan libre que hago lo que quiero y voto. Con la izquierda en Uruguay, si bien no fue tan izquierda como yo pretendía, fue más bien centro-izquierda, estábamos un paso más adelante que todo lo que sea reaccionario, y yo me sentí mal con este cambio, primero no creí que fuera a ser tan malo, pensé que la derecha no iba a querer echar a perder el país en su primer regreso, pero sí, se ve que no les importa nada. Muchas cosas se metieron en el gobierno que no estaban, como el autoritarismo, los militares no estuvieron durante 15 o 20 años y ahora uno se da cuenta que están, y ya aparecieron en la calle, vigilando. Nos quieren hacer creer que hay menos asaltos que antes cuando en realidad nunca fue un país tan peligroso y sigue habiendo los mismos asaltos que antes…
Yo creo en el ser humano todavía, y cuando dejo de creer hago fuerza para volver, porque hay veces que uno se decepciona, pero hago fuerza para pensar, porque tengo un hijo de 22 años, y otro de 32, pero el de 22 sobre todo es estudiante de literatura y le gusta mucho la política, lo veo entusiasmado con un cambio y tengo esperanza, capaz es una forma de auto fabricarme una esperanza para no imaginarme que el mundo se va a acabar dentro de 40 o 50 años, pero quiero pensar que no, que van a luchar y algo van a conseguir.
Son una banda de rock pero hay de todo…
– Lo que vamos a mostrar en estos toques es rock, un rock-blues de power trío, guitarra, bajo, batería con dos voces, y siempre aparece un pantallazo de tango, folklore, una zamba o murga…
Siempre hay algo contra lo que gritar, ¿no?
– Siempre hay cosas que denunciar lamentablemente, uno está atento a lo que pasa a su alrededor y la gente está nerviosa, neurótica, por algo es.
¿Cómo se expresa esa resistencia cultural en la juventud en este momento en Uruguay?
– De muchas maneras, están los jóvenes artistas, hay juventud política y hay esperanza, esto va a cambiar en algún momento, ojala sea en las próximas elecciones y sino cuando toque ser, pero la gente se va a avivar en algún momento y recordar todos los avances que hubo en ese período de 15 años.
¿El rock fue cooptado por el sistema?
– Si, sin dudas, como todo, como el tango, el folklore… la murga se mantiene, resiste, dentro del sistema pero combativa. Todo lo transgresor del rock, lo rebelde, aquel cambio a nivel mundial fue manipulado de tal modo que se convirtió en moda y todo lo que se convierte en moda pasa a ser algo de muy baja calidad y de mucha tontearía, pierde la esencia. Me consta que por suerte hay un montón de bandas, algunas en el under, otras más conocidas, que siguen resistiendo, tratando de mantener el perfil de lo que representa su arte y no en ser los primeros en el ranking.
¿Qué bandas recomiendan del Uruguay que no sean tan conocidas acá?
– Pecho de Fierro es bien interesante, Los Buenos Muchachos, Los Buitres, La Vela Puerca; Socio también, es más pop pero es muy cuidada; había una banda que se disolvió que se llamaba Guatusi, que sacó dos discos realmente impresionantes.
De la entrevista también participó Pamela Cattani, cantante de La Tabaré, que expresó su manera de vivir la pertenencia al grupo y la realidad uruguaya: “Estar dentro de La Tabaré representa compartir esos ideales y toda esa historia que trae el surgimiento de la banda. Los más jóvenes somos los que tenemos que seguir luchando por mantener esa memoria viva, que se está haciendo mucho más difícil con las nuevas generaciones. Hay juventud política en Uruguay y el tema de las redes ha ayudado mucho para poder compartir de manera más fácil. A veces haciendo un repaso de lo que ha sucedido parece que la juventud tiene más memoria que la gente que lo vivió, y yo, desde mi lugar en la banda, también me pongo esa responsabilidad de seguir en la lucha”.
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La Tabaré se presenta en Buenos Aires con lo mejor de su discografía y adelantando canciones de su próximo álbum.
Esta noche en Niceto a partir de las 20hs. con Match 5 como invitado. Niceto Vega 5510, CABA. Entradas en Passline
Mañana es el turno de la ciudad de La Plata, desde las 20.30hs en Pura Vida (Diagonal 78 entre 8 y 61). Entradas en Al Pogo
Hoy, La Tabaré son: Tabaré Rivero (voz), Pamela Cattani (voz), Leo Lacava (guitarra), José María Suárez (bajo), Marcelo Lacava (batería), Sebastián Gagliardi (teclados) y Enzo Spadoni (trombón).
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Texto: Leo Vázquez. Entrevista realizada en el programa TDK, en AM 530 Somos Radio, por Silvio Soler, conductor y productor del ciclo, y Leo Vázquez de Canal Abierto.
Foto principal: Javier Calvelo, adhocFOTOS, en La Diaria.com.uy