Redacción Canal Abierto | A poco menos de 48 horas de conocidos los resultados que lo daban derrotado frente a Luis Inacio Lula Da Silva, el presidente del Brasil, Jair Bolsonaro dio sus primeras declaraciones. Allí agradeció a sus votantes, y dijo que las movilizaciones y bloqueos son «producto de la indignación con el proceso electoral». Nada dijo de manera explíta sobre el resultado. Finalizada su alocución, un vocero anunció que sería el vicepresidente quien estaría a cargo de la trancisión y el trapaso de mando.
En diálogo con Canal Abierto Radio y consultado por el silencio del mandatario derrotado, el periodista especializado en política internacional Mariano Vázquez adelantó que la posibilidad de que esto ocurriera era alta: “No me extraña, es parte de las características de la personalidad de Bolsonaro. Según los medios está siendo presionado por sus aliados para que dé declaraciones y reconozca el resultado”, relató el periodista y aventuró que “Bolsonaro no va a reconocer la derrota ni encabezar el traspaso de mando el 1 de enero”.
“Bolsonaro va a la calle nuevamente y si es inteligente mantendrá la base social y liderazgo para poder competir nuevamente en cuatro años”, sostuvo Vázquez resaltando que “sacó 58 millones de votos”. “Acá teníamos al fascismo gobernando y empoderado. Realmente es un líder carismático Bolsonaro, tiene seguidores que lo siguen fuertemente como pasó con Trump que se comió al partido Republicano”, señaló.
“Bolsonaro va a la calle nuevamente y si es inteligente mantendrá la base social y liderazgo para poder competir nuevamente en cuatro años”, sostuvo Vázquez resaltando que “sacó 58 millones de votos”. “Acá teníamos al fascismo gobernando y empoderado. Realmente es un líder carismático Bolsonaro, tiene seguidores que lo siguen fuertemente como pasó con Trump que se comió al partido Republicano”, señaló.
“Estos cuatro años fueron muy duros en términos de la violencia política existente. Hubo muchas personas que tuvieron que trabajar con bajo perfil, organizaciones políticas que dejaron de actuar, gente que se fue del país; la violencia bolsonarista fue muy creciente, el aumento de armas creció en un 500% al igual que la violencia hacia el afavelado, los negros y las diversidades fue cotidiana”, recordó el periodista indicando que si Lula “puede revertir esa violencia radicalizada” podrá conseguir mayor apoyo de la ciudadanía.
“No hubo crecimiento en estos cuatro años. Sí hubo una inflación controlada y se mantuvo más o menos la paridad cambiaria, y sí ejecutó algunas cuestiones como la baja de combustible y de gas de cocina, pero en los números le ha ido muy bien a los sectores concentrados y en paralelo 33 millones de personas pasando hambre, un 50% de la población con inseguridad alimentaria, el 59% de los trabajadores viviendo con dos salarios mínimos, 700 mil muertos en la pandemia por una política de salud que no fue seria, aumento de la violencia policial”, agregó.