Redacción Canal Abierto | Con 33 votos del interbloque oficialista, dos más de los necesarios, el jueves pasado el jefe de Gobierno porteño consiguió la aprobación de gastos por $ 2.154.965 billones. Se trata de una Ley de Presupuesto para el ejercicio 2023 que recupera el equilibrio fiscal que la Ciudad había perdido hace casi 15 años, pero de manera regresiva: aumentando el gasto en menor magnitud de lo que se espera crezcan los recursos.
Inmediatamente, las organizaciones y los institutos que trabajan y analizan la situación en la CABA salieron a señalar con dureza la contracción que sufrirán áreas y programas destinados a los sectores populares y las clases medias, y a advertir que tal aumento para la propaganda oficial muy probablemente se utilizará para financiar la campaña electoral del PRO en la Ciudad y las aspiraciones nacionales de Horacio Rodríguez Larreta.
La ingeniara hidráulica María Eva Koutsovitis, coordinadora de la Cátedra Libre de Ingeniaría Comunitaria de la UBA e integrante del Movimiento la Ciudad Somos Quienes la Habitamos, señaló: “Con el presupuesto 2023 aprobado la semana pasada, Rodríguez Larreta va a disponer de más de 9.416 millones de pesos para publicidad, más de un millón de pesos POR HORA para vendernos una ciudad que, en los hechos, no existe”.
Además, advirtió en sus redes sociales que “el programa de Asistencia Integral a los sin techo tiene un ajuste del 4%” y que el plan Primera Casa, de créditos hipotecarios sostenido por el Instituto de la Vivienda de la Ciudad desde 2012, durante este año “tuvo asignados $500.000, y en 2023 deja de existir”.
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Por su parte, el economista Claudio Lozano, presidente de Unidad Popular en el Frente de Todos y director del Instituto de Planificación y Políticas Públicas (IPyPP), denunció que “esto se enfrenta con las necesidades insatisfechas de la población del territorio más desigual del país donde el 20% vive en hogares que sufren carencias concretas de bienes, servicios y actividades considerados necesarios para vivir dignamente. En tal marco, resulta contradictorio pensar que el presupuesto público no puede hacer nada por cerrar estas brechas de dignidad y presentar un planteo al que le sobran recursos”.
Un estudio realizado por el IPyPP, subraya algunos puntos salientes del dinero porteño.
En lo que hace a recursos, dicen, “la estructura tributaria porteña sigue estando apoyada sobre una fuerte carga sobre la actividad a través del cobro de Impuesto a los Ingresos Brutos y Sellos, pero poco avanza en captar las mayores capacidades contributivas vinculadas a la propiedad”
En lo que respecta al gasto –continúa el texto-, “se observa que las funciones de Educación, Salud, Seguridad y Promoción y Acción Social ocupan los primeros lugares entre las partidas que devengan la mayor parte del gasto. Sin embargo, se observa con preocupación la pérdida de peso de la partida educativa cuya progresiva disminución año a año la llevó a perder 10 p.p. desde 2007. A la vez, todos los rubros del gasto social, reducen su participación en el gasto público de la Ciudad de Buenos Aires. Agua potable, cultura, salud y vivienda junto a la ya mencionada partida educativa, disminuyen su peso en el total del gasto. En simultáneo, deuda pública y seguridad, son las partidas que mayor crecimiento han tenido dentro del gasto, desde que el PRO gobierna la CABA”.
Los gastos de la deuda, por su parte, “continúan insumiendo una porción muy relevante de recursos. Esta función se fue incrementando conforme pasaron los años: ocupaba el 14to lugar en el año 2007, se fue incrementando hasta llegar al 9no en el año 2015, y se siguió engrosando hasta ocupar hoy el 5to lugar en 2022”.
“En un contexto de demandas sociales claramente insatisfechas, y bajo un cuadro de emergencia ambiental, urbanística y habitacional, resulta casi obscena la existencia de recursos disponibles sin destino ni aplicación específica. Estamos hablando de los 9000 millones de pesos en superávit fiscal, de una autorización de endeudamiento en el presupuesto que autoriza un endeudamiento mayor en 9000 millones de pesos respecto al necesario, también sin especificar destino, y de la pérdida de recaudación que, vía desgravación fiscal a los distritos, dejan de estar en manos del Estado, sin que quede claro en qué contribuyen. En particular hablamos de los más de 20.000 millones de pesos que subsidian al distrito tecnológico sin que quede claro qué contribución específica en la materia garantizan”, alerta el IPyPP.