Redacción Canal Abierto | Expoagro es la exposición rural más grande de la región. Los grupos empresarios detrás de los diarios Clarín y La Nación, integrados para este fin en la empresa Exponenciar S.A., son los organizadores de la muestra. Se podría decir que allí, en San Nicolás, a la vera de la Ruta 9, se instaló durante estos días la capital nacional del agronegocio.
Allí, a rendirle pleitesía al autotitulado “campo”, acudió el gobierno nacional en el día de la inauguración con la presencia del secretario de Industria y Desarrollo Productivo, José Ignacio de Mendiguren, el secretario de Agricultura, Juan José Bahillo y la presidenta del Banco Nación, Silvina Batakis. Y no fueron con las manos vacías, anunciaron un paquete de diversas medidas de $28.000 millones para incentivar al sector.
En la inauguración de la feria, en el tradicional corte de cintas también se hizo presente el ministro del Interior, y ¿precandidato presidencial?, Eduardo “Wado” De Pedro quien luego compartió un almuerzo flanqueado por Fernán Saguier, subdirector de La Nación, y Jorge Rendo, presidente del directorio del Grupo Clarín y uno de los protagonistas del Lago Escondido-Gate, entre otras figuritas selectas de la crema del círculo rojo como José Aranda, accionista de Clarín, Nicolás Pino, presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Martín Berardi y David Uriburu, ejecutivos de Techint y José Claudio Escribano, exsubdirector de La Nación, entre otros, todos varones.
Como parte del gobierno, es lógico que De Pedro esté presente en un evento como este, lo que cabe preguntarse es por qué a esta reunión el gobierno lleva masas finas en cantidad y cuando se reúne con las organizaciones de la Mesa Agroalimentaria Argentina, representantes del “otro campo”, el de la agricultura familiar y los pequeños productores –responsables de la producción de más del 60% de los alimentos de la mesa de los argentinos–, lleva un paquete de bizcochitos.
Las masas finas
Con la sequía que produce el fenómeno climático de “la Niña” como escenario y una pérdida en las cosechas y en las exportaciones varias veces millonaria, desde la secretaría que dirige de Mendiguren anunciaron que $15.000 millones serán destinados al programa Crédito Argentino (Crear) –$12.000 millones para maquinaria agrícola y $3.000 millones para “proyectos estratégicos del sector”. Los créditos, a través del Banco Nación y el BICE (Banco de Inversión y Comercio Exterior), tendrán hasta 30 puntos de bonificación de tasa. Para emprendedores del sector agroindustrial se dispuso un fondo de crédito de $2.200 millones.
Por su lado, el secretario de Agricultura anunció que se pondrá en marcha un programa de compensación de engorde de ganado vacuno con la doble finalidad de acompañar al sector y que no peligre el abastecimiento de carne para el mercado interno.
Desde el Banco Nación, Batakis anunció, entre otras acciones, la disponibilidad de créditos por $22.500 millones, con una bonificación de 11 puntos en la tasa, y 100 millones de dólares para financiar exportaciones, a tasa de interés fija y en pesos de 39,50%.
¿Qué pasa con el “otro campo”?
La Mesa Agroalimentaria está integrada por la UTT (Unión de Trabajadores de la Tierra), Bases Federadas (organización disidente de la Federación Agraria Argentina), FECOFE (Federación de Cooperativas Federadas), el Movimiento Nacional Campesino Indígena Somos Tierra Vía Campesina, FONAF (Federación de Organizaciones Nucleadas de la Agricultura Familiar). Estas organizaciones que reúnen a pequeños y medianos productores y familias campesinas e indígenas proponen otro modelo agropecuario, con eje en la producción de alimentos sanos y soberanía alimentaria.
El 31 de enero fueron convocados junto a la Mesa de Enlace a una reunión con el ministro de Economía, Sergio Massa, en el Palacio de Hacienda, de la que también participó el secretario de Agricultura y funcionarios de otros organismos del Estado para evaluar medidas de asistencia para los productores afectados por la sequía.
“Valoramos la convocatoria que nos hizo Massa como contrapunto de la Mesa de Enlace. Estuvo bien la reunión, nos parece positivo que nos valoren como Mesa Agroalimentaria, como otro espacio, que entiendan que no hay un solo campo, pero necesitamos que haya políticas destinadas al sector porque estamos atravesando una situación muy crítica”, sostiene Agustín Suárez, referente de la UTT, en diálogo con Canal Abierto.
En septiembre del 2022, estas organizaciones del “campo que alimenta”, como se definen, presentaron cinco proyectos de ley para promover el arraigo rural y crear soberanía alimentaria. Las iniciativas de Ley de acceso a la tierra, Ley de arrendamientos rurales, Ley de protección y fortalecimiento de los territorios campesinos y la agricultura familiar, Ley de segmentación de las políticas impositivas agrarias, Ley de financiamiento y fomento del cooperativismo y la transición agroecológica, duermen en los cajones de un Congreso paralizado. Coincidentemente, en ese mismo momento, el super ministro tigrense anunciaba la primera edición del dólar soja; en estas horas, el gobierno analiza, y los exportadores sojeros presionan, la posibilidad de lanzar una tercera edición del tipo de cambio especial.
Mientras en Expoagro el gobierno anunció este martes un paquete de ayuda al sector concentrado del agronegocio de 28 mil millones, los pequeños y medianos productores, que ven como la sequía amenaza su supervivencia, no han recibido apoyos concretos, sólo promesas. “En octubre del 2022 anunciaron $1000 millones para el sector mediano y cooperativo, pero de eso no pusieron nada. Están repartiendo algunos proyectos, como hicieron ahora en la Fiesta de la Vendimia, pero ni ahí lo que habían prometido. A principio de año sacaron algunos proyectos para la zona núcleo, pero a los medianos y los chicos, los que están dentro de la Mesa con nosotros, nada, migajas realmente. Con este contexto de sequía, con migajas no hacemos nada”, destacó Suárez.
Expoagro, según los analistas, se volcó a los ganadores y a los sobrevivientes del modelo. “La Expo está orientada a los grandes. Con la sequía, el que tolera, el que aguanta es el que tiene cintura, el que consigue crédito. Es una exposición enfocada en los grandes, con maquinaria hiperpesada, con toda la parafernalia”, resume Suárez.
“Los grandes productores consiguen los créditos del gobierno, consiguen financiamiento acá y afuera. Son los que pueden comprar el campo de al lado… Bueno, la historia se repite, no digo nada nuevo, se agrava con el contexto de crisis económica y de seca. Si no interviene el Estado para más o menos distribuir un poco estamos en el horno y el Gobierno sigue jugando para los grandes”.
La sequía impactará con menores rendimientos, menos exportaciones y, por lo tanto, menor recaudación de dólares para el Estado. A los medianos productores dos malas cosechas pueden dejarlos fuera de juego y estamos frente a la sequía más extensa y profunda de que se tenga registro. “A la salida de la seca vamos a tener un campo aún más concentrado. El modelo agroexportador continúa expulsando a familias de la ruralidad”, concluye el dirigente de la UTT.