Redacción Canal Abierto | Las propuestas económicas de las dos fuerzas que han resultado más votadas en las PASO forman parte de un ideario que se promociona como innovador y futurista. Sin embargo, no son pocos los economistas que sostienen que se trata de ideas tan antiguas como descartadas, por los efectos devastadores de su aplicación.
Es el caso de la Cátedra Abierta Plan Fénix, proyecto de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires comprendido por académicos y profesionales del área. La Cátedra ha publicado una declaración titulada “La vuelta a viejas ideas, la reiteración de antiguos prejuicios”, donde se enumeran una serie de puntos que sustentan ese título y que desarman, en un tiro por elevación, las plataformas electorales de Javier Milei (La Libertad Avanza) y Patricia Bullrich (Juntos por el Cambio). A continuación, los más salientes.
1. Para los economistas del Fénix, la principal cuestión a tener en cuenta es el rol que ocupa el Estado “colocado como el origen de todas las patologías presentes”, y el que le asigna al mercado “como el centro organizador de la actividad productiva y la distribución del ingreso”.
“La deslegitimación del Estado y su presencia en detrimento del mercado no se condice con el hecho de que en los países más desarrollados el gasto público con relación al Producto Interno Bruto es mucho más elevado que en la Argentina, como así también lo son sus regulaciones e intervenciones en casi todos los aspectos de la vida cotidiana”, argumentan. Y ponen como ejemplo a Estados Unidos, la Unión Europea y el Este Asiático.
Luego agrega: “Por el contrario, las experiencias de Estados fallidos, como lo fueron durante décadas los casos de Colombia, México, Centroamérica, Ecuador y de muchos países de África, muestran que donde el Estado no se halla presente, el territorio termina siendo controlado por organizaciones criminales; ejércitos paramilitares que siembran el terror entre la ciudadanía, en particular, sobre los sectores más vulnerables”.
Asimismo, aseguran que el Estado “fue el constructor de la Nación Argentina (…), creó el mercado nacional y estableció el régimen jurídico y económico de la Constitución, nacionalizó el Puerto y la Aduana de la Ciudad de Buenos Aires” y “nos integró al mercado mundial. Esa gigantesca tarea de unificación política y territorial jamás se hubiera operado por la mano invisible del mercado”.
“La mercantilización extrema de la vida social es una utopía; pero intentar alcanzarla supone una pesadilla”, resumen.
2. En segundo lugar, argumentan que la supuesta eficiencia del mercado está distorsionada por las estructuras monopólicas u oligopólicas, “muchas de ellas compuestas por grandes empresas transnacionales que precisamente se benefician de la debilidad o ausencia del Estado y de marcos legales transparentes, en su incesante búsqueda de mayores ganancias”.
“Los únicos beneficiarios de estos modelos son las elites locales, aliadas al capital extranjero; sus nombres se han repetido en los intentos de implementar políticas de mercado desde el propio Estado en 1976, 1989, 1999 y 2016. El común denominador de estos ensayos ha sido la fuga de divisas, el empobrecimiento estructural acumulado y la destrucción de nuestro acervo productivo, tanto en términos de los recursos materiales como humanos”, detallan.
3. En tercer lugar, recuerdan que el último ensayo en este sentido fue la Convertibilidad, que “significó sumir en el desempleo y subempleo a más de un cuarto de la población, ocasionando una brecha social y cultural cuyas consecuencias pagamos aun hoy día”.
4. El análisis cuestiona que la presión impositiva en Argentina sea tan elevada como sostienen los candidatos del liberalismo. “El promedio de tributación en los países de la OCDE es en la actualidad del 33,6% con un máximo del 47, 1% en Dinamarca. Francia e Italia superan el 40%; Alemania y muchos otros superan el 35%. En Argentina dicho nivel ha sido del orden del 30%”, aseguran. La diferencia, sin embargo, radica en la composición del impuesto, ya que en los países desarrollado se grava menos el consumo (40% en la Argentina contra 25%) y mucho más la propiedad (2,1% contra 5%).
5. Sobre la inflación, el Fénix sostiene que “no es solo un mero producto de malas políticas monetarias” sino que “es la manifestación de fuertes pujas distributivas, en un comportamiento espiralizado, no solo entre empresarios y trabajadores, sino también entre empresarios” y “de las tensiones cambiarias, derivadas a su vez, de la estructura productiva desequilibrada, de la especulación financiera y del sobreendeudamiento”.
6. En cuanto a la privatización de educación y salud, el informe asegura que “nuestra posición en el Índice de Desarrollo Humano (PNUD-Naciones Unidas) es precisamente elevada a causa de estos logros” (la salud y educación públicas, y la gratuidad de las Universidades)”.
7. “Con relación al programa actual con el Fondo Monetario Internacional, se ha argumentado que no constituye una restricción, toda vez que se propone un ajuste mayor aun. Esta decisión solo puede desembocar en un dramático incremento en la pobreza y el desempleo, como ha visto la Argentina una y otra vez en el pasado”, detallan. Y agregan que el mismo “deberá ser renegociado”.
8. En cuanto al medioambiente, plantean que “los seguidores vernáculos del anarco-capitalismo sostienen posiciones extremas y a contramano de las tendencias históricas, en esta temática. Al negar la existencia de problemas ambientales, cierran la posibilidad de políticas públicas para responder a los impactos de los cambios climáticos que están ocurriendo”. Y agregan: “Oponerse a estas tendencias no solo agudiza los problemas causados por los impactos ambientales negativos a nivel local y el cambio climático. Además, puede ir en contra de nuestras exportaciones, que podrán verse obstaculizadas por normas ambientales que establecen los países centrales (especialmente la Comunidad Europea)”.
Ilustración: Marcelo Spotti