Redacción Canal Abierto | El 28 de septiembre, Día de Acción Global por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito, el feminismo sale a las calles con una agenda que desborda las reivindicaciones sobre derechos sexuales y reproductivos. Con la consigna, “la libertad es nuestra”, la convocatoria que surgió de las Asambleas de Ni Una Menos en CABA pero que luego prendió en todo el país, llama a defender los derechos conseguidos y a pelear por lo que falta.
La legalización del aborto es sin dudas un hito en la larga historia de conquistas conseguidas gracias a la lucha. Sin embargo, ante el avance de discursos que vuelven a querer poner en agenda debates ya saldados, huelga volver a indagar en su importancia y en cómo se tradujo su implementación en la vida de toda la ciudadanía.
Aborto, una cuestión de salud pública
“La ley trajo un montón de franqueza, la posibilidad de trabajar con mayor tranquilidad y un reconocimiento al trabajo que ya se venía haciendo”, destaca María Verdugo, trabajadora del centro de salud Anai Mapu del Hospital Cipolletti, en Río Negro. Para graficar, cuenta: “Las personas hoy consultan por una IVE con la secretaria en la mesa de entrada, o a cualquier persona que ven del centro de salud, y eso me parece importante porque habla del derecho al acceso a este tipo de prácticas, si bien todavía tienen un montón de estigmas y prejuicios”.
Verdugo, que también integra el Comité de Salud Sexual y Reproductiva de Cipolletti y la Red de Profesionales de la Salud por el Derecho a Decidir, trae otro dato importante: mientras que antes de la sanción de la Ley llegaban personas de otras localidades a atenderse, eso ya casi no se ve, lo que habla de la capilaridad de la política pública.
Cada vez son más en todo el país los encuentros, asambleas y conversaciones para preparar este 28 de septiembre
Vamos hacia una gran movilización feminista federal, diversa y transversal.
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— #VivasNosQueremos (@ColectivoNUM) September 25, 2023
En efecto, según datos del Proyecto Mirar, entre 2020 y septiembre de 2022, el número de instituciones públicas de salud con servicios de IVE e ILE (Interrupción Legal del Embarazo) pasó de 907 a 1.437, es decir, creció un 58% en todo el país.
Para Marina del Pilar Villagra, Jefa del servicio de Obstetricia de la Maternidad Provincial 25 de mayo de Catamarca, el saldo también es positivo: “Desde la implementación de la IVE hubo un mejor acceso en la Maternidad para las personas que lo solicitan, y si bien desde lo organizativo se siguió casi igual a como se venía trabajando con el equipo de ILE , se vio una mayor aceptación en los trabajadores de salud”, asegura.
Los datos acompañan éstas apreciaciones. También según datos del Proyecto Mirar, entre 2018 y 2021, la Tasa de Fecundidad en Adolescentes -“un indicador históricamente difícil de cambiar”- se redujo prácticamente a la mitad, tanto en el rango de 10 a 14 años, como en el de 15 a 19 años y en el de 10 a 19 años (43%, 45% y 49% respectivamente).
Esto se explica por distintos factores. “La continuidad escolar, el acceso a la educación sexual integral y a métodos anticonceptivos -especialmente aquellos de larga duración- son fundamentales. A estos aspectos se agrega un entorno favorecedor de la toma de decisiones informadas sobre la sexualidad y la reproducción, incluyendo la decisión de continuar o interrumpir un embarazo”, precisan desde el observatorio coordinado por CEDES e Ibis Reproductive Health.
Otro indicador que muestra signos positivos es el que mide las proporciones de embarazos no intencionales: estos descendieron de 6 de cada 10 a 5 de cada 10 entre 2019 y 2021. Y pesar del contexto sanitario dado por la pandemia de COVID, en Argentina, en 2021, las muertes por aborto también continuaron descendiendo: de 23 en 2020 se pasó a 13 en 2021.
María Verdugo señala otro aspecto positivo de la política: el fin del negocio de los abortos clandestinos. “Ahora las personas pueden ir a un centro de salud y decir ‘vengo por una interrupción’, sin que las echen, entonces no se ponen a pensar maniobras inseguras para realizarlo; eso es lo que cuida la salud”.
Entre los pendientes, Villagra señala la cuestión de la difusión. “A pesar de llevar casi 3 años (desde la sanción de la Ley) desde algunos sectores del gobierno no hacen difusión sobre lo que es y de cómo acceder a una IVE/ILE”. Ésto, explica, lo observan profesionales de todo el norte del país.
Otra cuestión urgente tiene que ver con “mejorar los circuitos de derivación en la provincia y el acceso en las localidades del interior”, añade la médica de Catamarca, también referente de la Red de Profesionales.
Desde Río Negro, Verdugo apunta a otros dos pendientes: la cuestión de la violencia obstétrica y el cuidado de la salud mental integral del personal de salud que realiza estas prácticas. “No es que tenemos la Ley y ya está, hay que trabajar para que la implementación sea de la mejor calidad posible”, afirma.
“No vamos a retroceder”
Recientemente, desde la Red de Profesionales por el Derecho a Decidir alertaron sobre “los mensajes reaccionarios en contra de los derechos de salud sexual y en especial de la ley del aborto legal, seguro y gratuito, conquistada en la calles por el conjunto del movimiento feminista”.
Así, porque los discursos rápidamente se traducen en hechos. María Verdugo pone sobre la mesa uno muy grave: en Salta recibió media sanción un proyecto de Ley para la puesta en funcionamiento de consejerías anti-derechos en los hospitales.
Como explica Clarisa Gambera, secretaria de Género y Diversidad de ATE Nacional, quien participó activamente de las Asambleas de Ni Una Menos, “el ataque de las derechas es directo y explícito contra los feminismos”, y por eso la propuesta de movilizar en el Día del Grito Global por el Aborto Legal.
“La fecha se tomó porque la marea verde es un hito que prendió la mecha de la cuarta ola del feminismo, pero con la idea de desbordar esa agenda. Este 28S decimos que no vamos a retroceder en los derechos conquistados, que vamos por lo que nos deben y que la libertad es nuestra”, resume.
Las asambleas que antecedieron a la movilización -relata Gambera- fueron “muy críticas respecto de lo que falta, de la situación que impone el Fondo Monetario Internacional y cómo esto condiciona la posibilidad de avanzar en las políticas públicas que venimos exigiendo”. “Hablamos de la inflación, del ajuste, de la caída de ingresos. Y también -agrega- hablamos de lo que sí se avanzó en políticas, de la necesidad de defender, por ejemplo, al ministerio de Mujeres, Género y Diversidad, incluso con los déficits que podemos encontrar porque es una institucionalidad que nosotras demandamos”, subraya.
Para la también referente de la Intersindical de Mujeres, integrada por las tres centrales obreras que esta tarde nuevamente movilizará en unidad, otra cuestión que emerge de las asambleas tiene que ver con la potencia del feminismo que, denuncia, “no es pianta voto”, como sostienen incluso compañeros y compañeras del movimiento popular. “Creemos que la sociedad no se derechizó, sí que hay mucha bronca y enojo, pero estamos convencidas de que el feminismo es un espacio para canalizar la bronca en términos positivos, de organización y de demanda”.
“Tenemos que volver a decir que la deuda sigue siendo con nosotras pero que estamos en un proceso de ampliación de derechos y que eso nunca puede ser con menos democracia. Podemos hacer temblar al mundo, pero no es lastimar a otros, no es agredir, no es la discriminación, no es tirar por tierra los ministerios que garantizan derechos”. Por el contrario, “es con más y mejor Estado, es con las y los trabajadores del Estado, es con más presupuesto y frenando al FMI”, concluye la dirigente estatal.
Desde la Patagonia, María Verdugo cuenta que este 28S habrá movilizaciones en todo el país, que surgen desde distintos espacios como la Campaña por el Aborto Legal, la Red de Profesionales, Socorristas en Red, o Ni una Menos a nivel nacional.
“Son tiempos de defender nuestras leyes y derechos conquistados, porque no han sido los gobiernos los que han posibilitado que esto ocurra sino los movimientos sociales”, dice, y agrega que “el llamado es “a volver al lugar al que históricamente llevamos nuestros reclamos, pero también nuestra alegría y la potencia que tenemos para pensar la vida que queremos”.
“Encontrarnos en las calles ha sido nuestra herramienta para poder manifestarnos y poder contar relatos de una vida mejor, vivible para todas las personas”, expresa.