Canal Abierto Radio | Ana Fernández es hija de Ana María Careaga, sobreviviente del centro clandestino Club Atlético, referente del movimiento de derechos humanos y directiva en el Instituto Espacio para la Memoria. Anita, como se la conoce, también es nieta de Esther Ballestrino de Careaga, una de las tres Madres de Plaza de Mayo que fue víctima de los vuelos de la muerte de la última dictadura junto a las dos monjas francesas y otros militantes y familiares conocidos como “el grupo de la Santa Cruz”, tras la tristemente célebre infiltración de Alfredo Aztiz.
La mujer, que además conduce el programa Ahora y siempre por Radio Caput, grabó un video la semana pasada en el que se la puede ver hablando en el subte, contando su historia personal a la gente que viajaba en el vagón y pidiendo no votar a La Libertad Avanza en el balotaje.
Allí, por ejemplo, menciona al Tigre Acosta como “un genocida que hoy pide que voten a Milei”
“Amo a este país, quiero vivir acá, diciendo nuestras diferencias y sin miedo a que nos secuestren, a que nos torturen, a que nos arrojen con vida al mar. Una vicepresidenta que dice que su deporte favorito es hacerle bulling y pegarle a los zurdos. Nunca más, por favor, por la democracia, no voten a Milei”, dice en la breve grabación que se multiplicó por miles en las redes sociales y en varios medios de comunicación.
Ana Fernández es hija de la sobreviviente Ana María Careaga y nieta de Esther Ballestrino, una de las Madres de Plaza de Mayo arrojadas al mar aún con vida.
Su historia y el desesperado pedido que llevó al subte porteño: «Por favor, por la democracia, no voten a Milei» 👇 pic.twitter.com/BZPXm4q0I9
— Canal Abierto (@canalabiertoar) November 9, 2023
En una charla con Canal Abierto Radio, Ana contó cómo surgió la idea: “El caso de discapacidad es el de una amiga, tengo otra amiga que fue víctima de violencia de género y le preguntaba qué podíamos hacer y nos propuso eso, ella pensaba que teníamos que hablar en el subte, eso lo venimos haciendo en el barrio, en los negocios. Por suerte el recibimiento fue bueno, me aplaudieron, algunos me agradecieron, fue muy fuerte”.
“No pensé que se iba a viralizar así –confiesa sobre la amplia repercusión de la intervención-. Yo no lo subí a mis redes y me van llegando comentarios de distintas partes del mundo, estoy sorprendida, recibí un montón de cariño de gente que no conozco, y de gente conocida que no sabía mi historia, porque no es algo que uno haga habitualmente y no creí que iba a ser necesario hacerlo”.
Sobre la posibilidad cierta de que llegue al gobierno una fórmula que reivindica el terrorismo de Estado y niega los delitos de lesa humanidad, analizó: “Me preocupa, me genera cierta angustia pero a la vez es una forma de entender que a veces nosotros pensamos que hay un pacto civilizatorio y que ya está, y nos damos cuenta que no, que el Nunca Más lo tenemos que seguir construyendo día a día”.
“Nosotros podemos tener muchas diferencias, por suerte hay distintos partidos políticos y debates, pero el límite es la democracia, es la reivindicación desde el Estado de aniquilar al otro, y eso no había pasado. El que se propone como candidato dice que quiere aniquilar a los zurdos, que jugaba a golpear un muñeco con la cara de Alfonsín y que odia a los K, y a su vez tiene una vicepresidenta que reivindica el genocidio, entonces yo me pregunto ¿cómo me va a defender el Estado si es el propio Estado el que me dice que me va a aniquilar?”, sintetizó Ana Fernández Careaga.
Además, hablo sobre las consecuencias negativas que le trajo el exilio obligado.
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Ilustración: Marcelo Spotti