Redacción Canal Abierto | El Monitor de Respuestas Represivas del Instituto de Estudios y Formación de la CTA Autónoma dio a conocer un reporte consolidado de características y consecuencias de las jornadas de protesta a raíz del debate del Proyecto de Ley Ómnibus en la Cámara de Diputados de la Nación, los días miércoles 31 de enero, jueves 1 de febrero y viernes 2 de febrero de 2024 en tres ciudades específicas: Ciudad de Buenos Aires (epicentro de los hechos represivos), Mendoza y Rosario.
Canal Abierto reproduce a continuación las principales observaciones del relevamiento del Monitor IEF/CTA-A.
Ciudad de Buenos Aires
A lo largo de los tres días en los que se llevó a cabo el debate, en las afueras del Congreso se montó un fuerte operativo represivo contra manifestantes que fueron a movilizarse en rechazo a dicho proyecto. Se utilizaron distintas armas para reprimir, con la novedosa utilización de un gas amarrillo altamente dañino para la piel y los ojos, en tanto al primer contacto con el cuerpo produce dolorosas quemaduras.
Durante las jornadas se detuvo a 23 manifestantes, 4 mujeres y 19 varones, a la mayoría de los cuales se les abrieron causas penales principalmente por “atentado y resistencia a la autoridad”, así como se registró una importante cantidad de heridos, al menos 285 según lo que reportó la posta sanitaria cercana al Congreso, con lesiones causadas por el uso de balas de goma y gases.
Desde el primer día del tratamiento fue activado el “protocolo” elaborado por el Ministerio de Seguridad; sin embargo, las acciones de los agentes de seguridad excedieron lo establecido en dicha regulación, en tanto la dimensión del operativo fue desproporcionada en relación a la cantidad de manifestantes, así como reprimieron a pesar de que no se habían realizado cortes de calle y los manifestantes estaban sobre la vereda.
A lo largo de la primera jornada de debate, la Plaza Congreso fue colmada de agentes de la Policía Federal, Gendarmería y Prefectura que se movilizaron también en motos, patrulleros y camiones hidrantes. El despliegue fue descomunal y reprimieron a los manifestantes con golpes, empujones y el uso de gases y líquidos con efectos muy dañinos para los ojos y la piel que culminó con decenas de heridxs, entre manifestantes, periodistas y diputados que se habían acercado al lugar.
En estos episodios, se detuvo por la tarde a un manifestante y casi a la medianoche, en el momento de la desconcentración, fueron detenidos cuatro mujeres que estaban sentadas en la calle cantando el himno nacional (una de ellas militante de la Unión Cívica Radical) y a un integrante de una asamblea barrial de Zona Oeste. Las mujeres fueron liberadas 12 horas después de su detención; los manifestantes fueron liberados después del mediodía del jueves 1 de febrero.
Durante el segundo día de debate, también en las afueras del Congreso se desplegó un fuerte operativo represivo, mucho más intenso que el del día anterior. Como se dijo más arriba, las acciones de las fuerzas de seguridad excedieron lo establecido en el “protocolo”, en tanto la represión se realizó a pesar de que los y las manifestantes estaban sobre la vereda. Los agentes reprimieron, incluso, dentro de la propia plaza.
Al comienzo de la jornada, agentes secuestraron banderas de organizaciones sociales; montaron un descomunal operativo con fuerzas de la Policía de la Ciudad, la Policía Federal, Gendarmería y Prefectura. Con las motos se movían a alta velocidad amedrentando a lxs manifestantes, cuya cantidad no tiene relación con la cantidad de agentes.
En uno de los momentos más álgidos de la represión, diputados y diputadas de la oposición se acercaron a la plaza para ver lo que estaba sucediendo y también fueron gaseados y empujados por los agentes. Al volver a sus bancas, propusieron una moción de orden para suspender la sesión por una hora para intentar calmar los hechos que estaban sucediendo fuera del Congreso, pero el oficialismo y la oposición “más amigable” votó en contra y la sesión continuó.
Al cierre de la jornada hubo tres manifestantes detenidos, uno de ellos militante del MST mientras que los dos restantes eran autoconvocados. El primero fue liberado en la tarde del viernes 2/2 y los otros dos fueron liberados el sábado 3/2. En las actas de liberación de estos detenidos se incluyó una inédita medida perimetral, en tanto se les prohíbe acercarse a un radio menor de 1000 metros del lugar de los hechos, es decir, la intersección de las calles Rivadavia y Entre Ríos.
Es difícil poder determinar la cantidad de heridos, con lesiones por golpes, balas de goma y gases. Hubo más de 25 trabajadores de prensa con lesiones y un abogado de una organización de derechos humanos tuvo que ser intervenido quirúrgicamente por haber recibido un balazo de goma en un ojo. Muchos fueron atendidos por el SAME y por la posta sanitaria, que reportó la atención de más de cien personas.
En el último día del debate, la escena frente al Congreso fue similar a la de los días anteriores: enorme operativo de seguridad, represión y detenidos. Se registraron una decena de heridxs por el uso de gases; y se registró la mayor cantidad de detenidos: 14 varones, entre ellos nuevamente, trabajadores de prensa, un documentalista, militantes y una persona en situación de calle. Si bien fueron liberados entre el sábado 3/1 y el domingo 4/1, se les abrieron causas penales por atentado y resistencia a la autoridad.
En este marco, en su carácter de Mecanismo Local de Prevención de la Tortura, la Comisión Provincial por la Memoria (junto al Comité Nacional de Prevención de la Tortura y el Mecanismo local de CABA) monitoreó el despliegue de las fuerzas durante los tres días de manifestaciones frente al Congreso y recientemente presentó un informe a la Cámara de Diputados reclamando que se tomen medidas para impedir la reiteración de estos hechos. Asimismo, solicitó que no se aprueben las modificaciones propuestas para el Código Penal en tanto van a consolidar de forma legal restricciones severas al derecho a la protesta social y se darán atribuciones sin el debido control a fuerzas de seguridad, que demostraron estos últimos días un uso arbitrario y abusivo de la fuerza.
Por su parte, el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) realizó una presentación a la Procuraduría de Violencia Institucional del Ministerio Público Fiscal de la Nación que aporta información sobre los hechos de represión a lo largo del miércoles 31/1 y el jueves 1/2 y solicitan la investigación de la violación a derechos fundamentales, como el derecho a la libertad ambulatoria, a la integridad física y psíquica, y la vida, producidas por miembros de las fuerzas de seguridad a personas que simplemente se manifestaban en la vía pública.
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Mendoza
El miércoles 31/1 se realizó una jornada de protesta en la Plaza Independencia en repudio al tratamiento del proyecto de Ley Ómnibus. Si bien no se reprimió la movilización, se detuvieron a dos manifestantes que participaron de la misma.
Uno de ellos, militante del Frente de Izquierda, fue detenido en el momento de la desconcentración bajo la imputación “entorpecimiento de la vía pública”; el otro manifestante, militante del Polo Obrero, fue detenido al día siguiente (jueves 1/2) en su domicilio. Dado que tenía imputaciones previas por “entorpecimiento de la vía pública” y tenía prohibido volver a cometer este tipo de delitos, desde la fiscalía de tránsito ordenaron su detención debido a que había participado de la protesta del 31/1.
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Rosario
A lo largo del segundo día de tratamiento del proyecto, artistas y trabajadores de la cultura realizaron una intervención artística en la Plaza 25 de Mayo en el marco de la sesión en el Congreso. La policía provincial reprimió dicha expresión y detuvo a siete personas, cuatro varones y tres mujeres, lo que ocasionó la movilización de trabajadores y organizaciones sindicales a la comisaría donde estaban detenidos, reclamando su inmediata liberación. Finalmente, en la madrugada del viernes fueron liberados sin la apertura de causas.
Otra información
A lo largo de las tres jornadas de represión, los agentes de seguridad utilizaron distintas armas: gases, balas de goma, bastones, camiones hidrantes. En la Ciudad de Buenos Aires se registró el uso de un gas amarillo que no se había utilizado en represiones anteriores. Se trata de un gas muy dañino para los ojos y la piel, en tanto apenas se produce el contacto con el cuerpo genera quemaduras severas y muy dolorosas.
Muchas y muchos de los heridos por este gas fueron atendidos en la posta sanitaria en los alrededores del Congreso, donde se constató que las heridas no eran similares a las del gas pimienta, sino que eran más dañinas por las quemaduras que genera. Incluso, se determinó que lo que comúnmente se hace al momento de ser agredido por un gas de este tipo, que es humedecer la herida para calmarla, profundiza la lesión en tanto activa el gas y provoca que el ardor sea más intenso; por lo cual, se recomienda utilizar alguna sustancia oleosa para poder quitarlo del cuerpo.
Desde la Red Federal por la Defensa de los Derechos Humanos y la Democracia, se están evaluando diversas acciones para denunciar la utilización de gases tóxicos en el marco de dicha represión, lo que constituye una situación de grave violencia institucional.
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