Redacción Canal Abierto | Cerca de mil científicos, becarios y estudiantes se congregaron este miércoles en la explanada del Polo Científico para rechazar el ajuste sobre el sector. Los recortes repercuten en decenas de despidos, el cajoneo de miles de becas y la paralización de áreas de investigación sin fondos suficientes para equipos e insumos básicos.
Con la prórroga del presupuesto 2023 ya hay quienes anticipan un colapso del sistema para mediados de este año. Otros dan por sentada una nueva “fuga de cerebros”.
“Es un momento de incertidumbre, no sólo para numerosas líneas de investigación sino para miles de científicos formados por nuestro sistema que ya están pensando en seguir su carrera en el exterior”, asegura Carolina Ocampo Mallou, una de las becarias doctorales afectadas por los recortes.
Junto a Victoria García, investigadora adjunta y delegada ATE en el CONICET, dialogamos sobre la situación que atraviesa el sistema, el deterioro de las condiciones laborales, la licuación salarial y los constantes ataques por parte del Presidente y sus seguidores: “”Lo que hay de fondo es un negacionismo, de la ciencia y sus avances, pero también de la dictadura o los fascismos”.
Además, el recuerdo de Susana Torrado -la investigadora que Domingo Cavallo a “lavar los platos” en los 90´- y la amenaza de que la historia se repita.
“La ciencia es soberanía, algo que este Gobierno desprecia”, sentencian.
Entre tanto retroceso y pelea, una ganada
Tras la marcha al Polo y la amenaza de permanencia pacífica en el edificio, el Directorio del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) debió salir a comunicar que antes del 28 de febrero se publicarían los resultados de las convocatorias de becas doctorales y señaló que “en primera instancia están garantizadas 600 becas”, en lugar de las 1.300 anunciadas el año pasado. 1
“Luchar tiene sentido”, asegura García.
Entrevistador: Diego Leonoff (@leonoffdiego)