Redacción Canal Abierto | La epidemia de dengue que atraviesa el país pone en cuestión las verdades esgrimidas por el presidente desde sus años como entrevistado recurrente en programas de televisión hasta en su campaña presidencial. Su idea de un Estado que no se mete en la vida de las empresas ni los individuos se da de bruces con las 129 muertes que se cuentan a causa de la enfermedad transmitida por el mosquito aedes aegypti.
Los repelentes y espirales son hoy bienes suntuarios por los que se pueden llegar a pagar fortunas, en caso de tener la suerte de encontrar quien los venda.
El libre mercado no te cuida…
“Conmigo van a tener que competir. Es decir que van a tener que ganarse el pan con el sudor de la frente. Van a tener que servir al prójimo con bienes de mejor calidad a mejor precio. O irán a la quiebra”, afirmaba con una sonrisa de tintes diabólicos el entonces candidato en una entrevista al reportero peruano Jaime Baily.
En la actual situación, si se diera por cierto el axioma híperliberal, se supondría que las empresas fabricantes de repelentes deberían estar dando lo mejor de sí para ofrecer un producto que hoy no tendría problemas de venta.
El problema empieza cuando se cae en la cuenta que sólo una empresa, la multinacional SC Johnson, acapara el 90% del mercado en materia de insecticidas, repelentes y espirales a través de las marcas Raid, Off y Fuyi. A tal punto su interés está fuera de nuestro país, que cuando uno ingresa en la página corporativa y se dirige a la sección “contacto”, es redireccionado al formulario del sitio norteamericano.
Por cuestiones estacionales, la producción de repelentes y espirales ya ha terminado y el plan productivo de la empresa está abocado a otros ítems en este momento. El principal es el desinfectante de interiores Lysoform, que hoy abunda en las góndolas, ya que el interés – y los devaluados pesos – de los consumidores están orientado en los repelentes.
Si volvemos al postulado de Milei citado más arriba, el paso lógico es que algún competidor aproveche el hueco que deja abierto el gran jugador como oportunidad para entrar en el mercado y ganarse la atención y favoers futuros de los consumidores.
El problema es que estas pequeñas marcas dependen de que la grande se haga cargo de la importación a granel de DEET (Dietil-meta-toluamida), principio activo del producto, que no se fabrica en el país. Tal vez, en vez de Baily, hubiera convenido que el interlocutor del entonces candidato fuera Tu Sam y le advirtiera que puede fallar.
… el Estado ausente, tampoco
La campaña pasó y todos conocemos el resultado. Echadas las cartas y con la situación previamente descrita, el Estado podría tomar cartas en el asunto y aplicar la ley de abastecimiento. Pero para ello, el mismo Gobierno no debería haberse desecho de la normativa en el DNU 70/2023 que, hasta que la Cámara de Diputados no se expida en contra, sigue vigente.
Sin querer inmiscuirse en la actividad de empresas privadas y respetar su libertad de producir lo que les convenga, el Gobierno tenía otra herramienta para combatir la epidemia. Desde hace décadas las campañas de prevención y concientización para prevenir la reproducción del mosquito son parte la cotidianeidad en temporada estival.
La diferencia con este año, es que una de las primeras medidas del gobierno libertariano fue suspender por un año la pauta oficial a medios de comunicación. El argumento es que se trata de propaganda política.
Si bien la campaña publicitaria es el método más efectivo, pues garantiza la llegada del mensaje a la mayor cantidad de población a través de distintos medios de comunicación, tampoco el Gobierno apeló a la creatividad explorando otros formatos.
Después de más de 100 días de una gestión que convivió con la epidemia de dengue, recién antes de ayer se le conoció la voz al ministro de Salud Mario Russo. Tras un comunicado de la cartera que conduce, su participación aportó más confusión respecto de la conveniencia de aplicar la vacuna. Y, fiel a la doctrina del Presidente, como acción contra el mosquito apeló a la salida individual. Fumigación y vacunación: ¡afuera!. Mosquiteros y uso de mangas largas, adentro.
Su presencia en medios en un momento tan crítico contrasta con las entrevistas que casi a diario da el presidente a medios amigos. En su encuentro con la prensa durante la mañana de hoy, el vocero Manuel Adorni anunció la presencia de Russo esta noche en un canal de cable.
Las provincias muestran otro camino
La acción de estados subnacionales contrasta con la del nacional. En estos momentos distintas provincias están utilizando estructura estatal para la elaboración de repelentes. Son Buenos Aires, Santa Fe, Formosa, Chaco y Tucumán.
En el caso bonaerense, el Instituto Biológico Tomás Perón, del Ministerio de Salud provincial fabrica un repelente que en 2023 llegó a su récord de producción al elaborar más de 13 millones de mililitros.
El repelente es distribuido en hospitales y a través de programas ministeriales en todo el territorio bonaerense, de acuerdo a un comunicado la cartera sanitaria. Allí mismo se especifica que aún no se encuentra a la venta, pero que “lentamente aumenta su producción para, en un futuro, poder comercializarlo y ampliar la distribución”, que hoy por hoy se destina a operativos de abordajes territoriales en los barrios donde se identifican focos epidemiológicos.
En Santa Fe, la el Laboratorio Industrial Farmacéutico (LIF) que depende del gobierno provincial, fabrica el Repelente LIF, que se distribuye en un spray de 145 milímetros.
El mismo “se produce íntegramente en nuestras instalaciones, con una fórmula propia desarrollada por el equipo técnico de nuestra Área de Desarrollo”, según consta en la web del organismo, donde también se da cuenta que su distribución es gratuira en operativos de prevención.
En Formosa, el Laboratorio de Especialidades Médicas (Laformed) produce durante todo el año repelentes y larvicidas. El laboratorio fue creado en 2002 y además produce remedios que cuentan con controles y supervisión de universidades y entes nacionales que garantizan su calidad.
El repelente llega a los usuarios finales a través de visitas casa por casa que realizan trabajadores de la salud y promotores sociales.
En Chaco el “Eco Repelente” está a cargo de Laboratorios Chaqueños, una empresa con participación estatal mayoritaria. El producto se entrega en centros de salud y hospitales de la provincia.
En Tucumán, la empresa estatal Laboratorio Oficial también tiene su repelente de factura propia. Dependiente del Ministerio de Salud provincial, cuenta con cuatro laboratorios: dos de líquidos y dos de sólidos; el laboratorio tres es el que produce de forma reforzada el repelente líquido en base a citronela, el dos en su formato de crema y el cuatro elabora comprimidos.