Redacción Canal Abierto | En los últimos días y a través de distintos funcionarios, el gobierno nacional planteó su postura sobre el brote histórico de dengue y sus acciones (o inacciones) al respecto. Y en el foco quedó la vacuna, una herramienta de salud de la que muchos funcionarios de La Libertad Avanza no parecen ser fanáticos.
Hace unos días, el Ministerio de Salud emitió un comunicado oficial titulado “Sobre la situación epidemiológica del dengue y las medidas de prevención” donde asegura que la vacuna no es una opción viable porque “continúa siendo sometida a estudios para establecer su efectividad”.
Luego de un fin de semana en el que se confirmaran 180.259 casos de dengue en todo el país (163.419 este año), el ministro de Salud, Mario Russo, insistió en una entrevista televisiva al canal TN en que la vacuna Qdenga “no es una herramienta validada” para mitigar el brote. “La decisión es de cada habitante, que necesita prescripción médica. Algunas veces uno siente que pseudocientíficos que se los presentan como altos profesores tienen algún conflicto de intereses”, recalcó. Luego delegó la responsabilidad en las provincias.
Desde su conferencia de prensa habitual, el vocero Manuel Adorni había salido días antes a respaldar el accionar de Russo, a quien calificó como un funcionario que “desempeña de manera exquisita sus labores”, ante los cuestionamientos por su inacción en medidas preventivas y la falta de una campaña nacional.
Pero no fueron pocas las voces del mundo científico que salieron a refutar los datos gubernamentales.
Refutaciones
Entre las voces científicas, la más asertiva fue la de Ernesto Rednik, biólogo molecular, biotecnólogo y bioingeniero, quien desglosó el comunicado del Ministerio y lo refutó punto por punto.
En un hilo de la red X (ex Twitter), Rednik plantea que la afirmación sobre que la vacuna Qdenga, del laboratorio japonés Takeda, “continúa siendo sometida a estudios para establecer su efectividad según rango etario y regiones endémicas”, como afirma el organismo liderado por Russo, es “deliberadamente engañoso”.
“Siempre se siguen los estudios (hubo varios miles con las vacunas de Covid), pero es falso que sean para establecer la efectividad, que ya fue establecida. Los estudios tampoco tienen nada que ver con en qué regiones se va a usar. El MinSal desinforma tratando de sugerir que la vacuna está todavía en desarrollo. No. Está probada y aprobada”, detalla.
También se pronuncia sobre el planteo oficial de que la FDA —agencia gubernamental de Estados Unidos responsable de la regulación de medicamentos y vacunas, entre otros— “aun no autorizó”. “No, claro, tampoco en Marte. No la aprobó porque no fue presentada para aprobación —ironiza Rednik—. No significa nada, eventualmente ocurrirá. Pero la vacuna fue aprobada por la EMA en Europa, una agencia igual de exigente”.
Finalmente, refuta la idea de que la vacuna no sea “una herramienta que esté validad para controlar la transmisión”. “Quién sabe qué quieren decir por ‘validada’ y ‘controlar la transmisión’ ni por qué debería estar validada para eso y no para evitar enfermedad severa y hospitalizaciones, que es lo que se busca con una vacuna. Es confuso e inútil, poco profesional lo que escriben, pero además mienten porque la OMS sí recomienda la vacuna”, plantea el científico.
En efecto, el 2 de octubre de 2023, la Organización Mundial de la Salud recomendó la utilización de la vacuna TAK-003 o Qdenga en la lucha contra el dengue “para menores de entre 6 y 16 años en zonas donde la enfermedad se convirtió en un problema importante de salud pública”. Si bien no es la primera vacuna desarrollada contra la enfermedad, sí es la primera (y única hasta el momento) recomendada por el organismo internacional.
En la misma línea, la ANMAT también la aprobó el año pasado y la Comisión Nacional de Inmunizaciones (CoNaIn), organismo técnico que formula recomendaciones al Ministerio de Salud sobre vacunaciones, emitió un acta el 7 de marzo pasado donde aconseja realizar una estrategia focalizada de vacunación contra el dengue con la vacuna Qdenga, que el Gobierno decidió desconocer.
Mientras tanto, la comunidad online lanzó una petición en Change.org para que “Incluyan la vacuna contra el dengue en el calendario de vacunación @madorni @JMilei”. Al cierre de esta nota había juntado más de 50.000 firmas.
El antecedente del COVID-19
Esta nueva cruzada antivacuna de La Libertad Avanza que pone en duda la efectividad de esta herramienta de prevención se enmarca en un discurso que el partido sostuvo durante la pandemia de COVID-19.
En ese momento, algunos de los miembros que hoy son funcionarios salientes del Gobierno fueron activistas contra la campaña de vacunación del Ministerio entonces a cargo de Carina Vizzotti, como la diputada Lilia Lemoine. El propio Javier Milei se vacunó tarde y por la necesidad de viajar al exterior.
Quién sabe qué quieren decir por ‘validada’ y ‘controlar la transmisión’ ni por qué debería estar validada para eso y no para evitar enfermedad severa y hospitalizaciones, que es lo que se busca con una vacuna. Es confuso e inútil, poco profesional lo que escriben, pero además mienten porque la OMS sí recomienda la vacuna”
Ernesto Rednik, biólogo molecular, biotecnólogo y bioingeniero.
En su discurso de asunción a la Presidencia, Milei también tuvo unas palabras para la forma en la que el gobierno de Alberto Fernández manejó la pandemia de coronavirus. “Si los argentinos hubiéramos hecho las cosas como la media de los países hubiéramos tenido 30.000 muertos, pero gracias al Estado de descuido e ineficiencia, 130.000 argentinos perdieron la vida”, aseguró.
Recientemente, un estudio publicado en la prestigiosa revista médica británica The Lancet, que recopiló más de 22.000 fuentes de datos para 204 países y territorios y 811 lugares subnacionales entre 1950 y 2021, concluyó que Argentina está entre los países que mejor manejaron la pandemia en todo Occidente.
Según sus números, en 2021 en nuestro país la expectativa de vida bajó de 76,9 a 76,1 (-0,8), la menor caída de la región. En Uruguay, por ejemplo, cayó -1,4, en Chile -1,6, y en Brasil hubo estados en los que la caída rondó entre 3 y 4. En este índice, el resultado de Argentina es comparable con muchos países de Europa occidental y es mejor que el del Reino Unido.
En lo que refiere al exceso de mortalidad en 2020 y 2021, el otro parámetro que se toma para establecer cuántas muertes son atribuibles al SARS-CoV-2 o sus efectos indirectos, Argentina está cuarto en el continente con 0,85, detrás de Uruguay (0,49), Costa Rica (0,74) y Panamá (0,81), Argentina (0,85).
Consultado sobre el estudio por la revista especializada Medscape, Gonzalo Pérez Marc, pediatra, máster en bioética y en gestión sanitaria, jefe de Docencia e Investigación de la Unidad Materno-Infantil del Hospital Militar Central y director general de Equipo Ciencia en Buenos Aires, expresó que al final del camino lo que más ha influido en los resultados comparativos a nivel regional es la calidad de los sistemas de salud. “Aunque se tome una decisión equivocada, si el sistema de salud funciona bien lo va a cubrir. Por eso, en el largo plazo, si se fortalecen los sistemas de salud va a soportar mejor las futuras crisis de salud que vengan”, puntualizó.