Redacción Canal Abierto | El 15 de abril de 1995 nacía la agrupación de hijos e hijas por la Identidad y la Justicia, contra el Olvido y el Silencio, más conocida como H.I.J.OS. Como recuerda Raquel Robles, una de sus fundadoras, eran tiempos de “mucho agotamiento y frustración”, en el que las Madres y las Abuelas estaban muy golpeadas. Primero, por la aprobación de las leyes de impunidad durante el gobierno de Raúl Alfonsín, y luego, por los indultos a los genocidas que otorgó Carlos Menem en 1989 y 1990.
En ese contexto, de auge de las mismas políticas neoliberales que habían venido a instalar los militares con el terrorismo de Estado, pero en democracia, un conjunto de jóvenes cuyos padres y madres habían sido secuestrados y desaparecidos durante la última dictadura, irrumpieron en la arena política para “militar desde la alegría”, con el escrache como método de lucha ante la ausencia de justicia.
En diálogo con Canal Abierto, la también escritora y periodista, cuyo libro “Pequeños combatientes” acaba de ser reeditado, aclara que si bien la potencia de la agrupación tuvo que ver con sus filiaciones y con los afectos que se ponían en juego en sus acciones, lo central fue la forma en que se organizaron.
Te puede interesar: Ordenaron la excarcelación del genocida Juan Carlos Rolón
“29 años después sería importante rescatar que lo que hizo H.I.J.OS fue romper con los modos de hacer política que había hasta entonces. Las formas de militar eran o en partidos políticos que estaban estructurados de manera muy jerárquica, o en organizaciones sociales o piqueteras”, recuerda
En cambio, “nosotros no solo ingresamos en la escena política con una serie de acciones, sino con un modo de organizarnos diferente, donde lo que nos había pasado, los afectos y el encuentro tenían un peso muy importante, pero donde lo que para mí enriqueció muchísimo fue el carácter asambleario y horizontal, algo que fue muy difícil para otras organizaciones”.
“Sin resignar el hacer, porque hicimos mucho, el modo de organización era un punto fundamental: esto de que la organización exprese el mundo en el que queremos vivir. Algo que ahora nos está faltando un montón”, afirma.
Ataques de odio
Desde el triunfo electoral de Javier Milei y Victoria Villarruel, gobierno cuyo posicionamiento quedó claramente expresado en el video oficial lanzado por el 24 de marzo, la agrupación sufrió una sucesión de ataques de odio.
El más grave fue el que sufrió Sabrina Bölke a principios de marzo, cuando dos hombres ingresaron a su domicilio en Ciudad de Buenos Aires, la golpearon, abusaron de ella y le aclararon que estaban ahí para matarla por su militancia en Derechos Humanos. Días después, Teresa Laborde Calvo denunció haber recibido amenazas de muerte por dar charlas en escuelas. El último hecho fue dado a conocer el 11 de abril. La regional Rosario informó que una de sus compañeras, abogada que actuó en querellas en juicios por delitos de lesa humanidad, había recibido una nota en su casa, con su nombre y amenazas para que dejara de participar en esas causas. Como luego precisó Página12 la advertencia fue que “raje a tiempo”, ya que había “un sicario pago para ella y su familia”.
“Cuando desde la superestructura se habilita el odio como forma de hacer política, estamos medio perdidos”, dijo al respecto Raque Robles. Y agregó: “Yo no estoy en desacuerdo con el odio como sentimiento, la cuestión no es ser naif, o decir que nosotros nos movemos solamente desde el amor, porque es una pelotudez. Pero el tema son las acciones de odio”. “Es como la doctrina Chocobar: si felicitas a alguien que mató a alguien porque se asustó y habilitas eso, de ahí para abajo lo único que podés hacer es tener terror a la policía”, graficó.
“Yo lo que creo, aunque pueda parecer un cliché, es que la única forma de defendernos es la organización. Pero una organización que es más que juntarse, amucharse, que es pensar cómo nos organizamos. Por eso, quienes hoy tienen roles de conducción tienen que repensarse, dar vuelta todo, porque sino estamos muy desprotegidos todos”, alertó.
Te puede interesar: Estela, Pietragalla y una preocupante concatenación de ataques
Foto de portada: Enredando