Redacción Canal Abierto | “La desigualdad en países de la OCDE ha alcanzado su nivel más alto en medio siglo”. El dato, publicado por la propia Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico en su red X (ex Twitter), va acompañado de precisiones: “El ingreso promedio del 10% más rico de la población es aproximadamente nueve veces mayor que el del 10% más pobre en toda la OCDE, siete veces más que hace 25 años”.
La OCDE fue fundada en 1961 y actualmente está compuesta por 38 países miembros que, colectivamente, suman el 62,2% del PBI nominal global y el 42,8% del PBI global.
Su análisis está basado en una ponderación del coeficiente de Gini, número entre 0 y 1 utilizado internacionalmente para medir la distribución de la riqueza al interior de los países, donde 0 es la perfecta igualdad y 1 la perfecta desigualdad.
Según el último dato disponible de dicho coeficiente, que data de 2022, la OCDE ubicó en un extremo, el más igualitario, a los países eslavos (República Eslovaca, Eslovenia, República Checa), seguidos por Bélgica, Polonia, Dinamarca, Finlandia y otros países de Europa Central.
En el extremo opuesto se encuentra Costa Rica, el país más desigual, seguida por Chile, México y Turquía. También muy cerca de ese borde —para sorpresa de muchos— está Estados Unidos, con un coeficiente de Gini de 0,395. De acuerdo con Naciones Unidas un coeficiente superior a 0,40 se considera “alarmante”.
Impuestos, empleo y educación
En su último informe sobre el tema, titulado Desigualdad de ingresos. La brecha entre ricos y pobres, de 2018, la OCDE reconoce que las causas de la desigualdad “son diversas” y no tienen “una solución única”, pero plantea que “una respuesta integral requiere actuar en múltiples áreas de política, lo que incluye educación, políticas de empleo e impuestos y transferencias”, que involucra una reforma fiscal progresiva que impulse una distribución más equitativa.
También plantea que, de no haber un cambio en los enfoques de política, se prevé que para 2060 “la desigualdad en los países promedio de la OCDE coincidirá con la que se observa hoy en los países más desiguales”.
Por su parte, Argentina —que es candidata a adhesión a la OCDE pero no la integra—, presenta un coeficiente de 0,467, donde el decil de más ingresos es casi diez veces el decil de menos ingresos, según datos del INDEC del primer trimestre de 2024.
En el mismo trimestre de 2023 el valor había sido de 0,446, lo que muestra un importante aumento de la desigualdad en la comparación interanual y un aumento de un punto en la brecha entre los más ricos y los más pobres, en el transcurso de un año.