Redacción Canal Abierto | Domingo a la noche. Cadena nacional. Discurso presidencial. Estos tres tópicos hubieran hecho de la presentación del Presupuesto Nacional 2025 en el Congreso de la Nación un suceso inédito. No lo fue porque la Ley de Leyes sencillamente no fue presentada.
La intervención de Milei recorrió los tópicos con los que fue ganando las simpatías de la ciudadanía desde que recorría estudios televisivos presentando su histrionismo: rememoraciones de un supuesto pasado de gloria de Argentina, citas de economistas ultraliberales y chicanas a la oposición.
El Presidente ingresó al palacio legislativo minutos antes de las 21, la hora pactada para el inicio del evento. Fue recibido por la Vicepresidenta Victoria Vilaruel, a quien saludó con efusividad, tras semanas en las que se mecionara la ruptura de relaciones.
El otro gran saludo fue para Patricia Bullrich, un apoyo contundente en la semana en la que el accionar represivo desbocado culminó con una nena de 10 años gaseada por la policía y periodistas afines pusieron en la superficie el modo de operar de su cartera para atribuir el ataque a los manifestantes.
Tras emular a Chizzo de Nápoli con su “Hola todos”, comenzó su discurso, más parecido al de la asunción o el de la apertura de sesiones. “Después de años donde la clase política vivió poniendo cepos a las libertades individuales, hoy venimos aquí a ponerle un cepo al Estado. Este proyecto de presupuesto que estamos presentando hoy aquí tiene una metodología que blinda el equilibrio fiscal sin importar cuál sea el escenario económico. Esto significa que no importa lo que suceda con la economía, no importa si nuestras estimaciones están bien o mal, el resultado fiscal estará siempre garantizado”, anunció.
En el único momento en el que hizo referencia a un contenido del presupuesto, Milei explicó que “la piedra basal de este presupuesto es la primera verdad de la macroeconomía, una verdad que durante muchos años ha sido relegada en Argentina: el déficit cero. Lo primero que hay que entender es que cuando los gobiernos quieren gastar, y gastar compulsivamente, y no les da el margen para seguir subiendo impuestos, como ocurre en Argentina, la única forma de pagar la cuenta es pidiendo plata prestada o imprimiéndola en el banco central. Dicho de otro modo: el déficit solo se cubre con deuda, con más impuestos, o con emisión”.
En lo que pareció un dardo dirigido a la oposición más amigable, que vota todos sus proyectos, los defiende en público, pero cuestiona la falta de gestión del Gobierno, Milei arremetió: “gestionar es evitar la hiperinflación que estuvo a punto de desbordarnos. Gestionar es sanear el balance del Banco Central y desactivar la bomba de deuda heredada. Gestionar es reducir el gasto público de manera significativa, en un tiempo récord, sin abandonar a los sectores más vulnerables. Es haber aprobado la reforma legislativa más grande de los últimos 40 años con el apoyo de 37 diputados y seis senadores”.
Y prosiguió su inventario de logros con afirmaciones de dudosa factibilidad: “es despedir a los 31.000 ñoquis que hemos eliminado en estos primeros nueve meses. Es implementar la Boleta Única de Papel, una bandera de transparencia. Es eliminar los intermediarios que lucraban con la pobreza y acabar con los piquetes, logrando más de 4 meses sin cortes de calle en el AMBA. Es reducir el 75% de los homicidios en Rosario, y eliminar las regulaciones que asfixian a quienes emprenden. Es recuperar la confianza del sector privado para que proyecte invertir más de 50.000 millones de dólares”.
Entre los destinatarios específicos de la noche, los gobernadores tuvieron su momento. A los mandatarios subnacionales, cuya mayoría contribuyó a la foto del pacto de Mayo heco el 9 de Julio y a aporta los votos en momentos clave como la aprobación de la Ley Bases o el blindaje al veto de la reforma legislativa les dijo que “para cumplir el compromiso de reducir el gasto público consolidado a 25 puntos del PBI, las provincias deben hacer un ajuste adicional de 60 mil millones de dólares”.
Y les anunció que “no permitiremos que suban impuestos para compensar las reducciones del Estado Nacional. Los argentinos están cansados de las maniobras políticas y esperan que todos contribuyan equitativamente”.
También recibieron su advertencia quienes se encontraban frente a él escuchándolo. “La decisión está en manos de este honorable Congreso. Los argentinos evaluarán su posición histórica y decidirán si los colocan en la avenida de los justos o en la esquina de las ratas que apostaron contra el país y su gente”, fustigó a los diputados presentes. Cabe señalar que en el texto oficial difundido a la prensa no figura la alusión a los roedores con la que suele referirse a los integrantes del Congreso.