Redacción Canal Abierto | Luego de la megadevaluación del 118% y de la desregulación de los precios de la economía avalada por el DNU 70/2023 con los que Javier Milei estrenó su gobierno en diciembre pasado, la tasa de pobreza escaló. En enero de 2024, había trepado a 61,9%, lo que significó un aumento de 18,4 puntos porcentuales respecto de noviembre del año anterior.
Si bien luego fue bajando lentamente y la inflación comenzó a desacelerarse en el marco de una feroz recesión, en junio y julio la pobreza parece haberse estacionado en el orden del 54%, de acuerdo a un informe del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (IPyPP). ¿La explicación? “La agudeza del cuadro recesivo”, aseguran los economistas.
Algunas precisiones
El indicador que mide la pobreza –esta variable social tan cara a la calidad de vida– cuenta con un tiempo de demora sustancial ya que se realiza de forma trimestral, lo que hace complicado medir el presente. Se trata de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) que realiza el INDEC, que monitorea la dinámica de los ingresos, el empleo, desempleo, informalidad laboral, entre otros indicadores, para establecer la evolución de los ingresos totales de las familias.
Es por eso que desde el IPyPP realizaron un indicador alternativo –a partir de indicadores proxy (espejo)– que permite una estimación de la tasa de pobreza más cercana en el tiempo.
Para hacerlo, tomaron en cuenta cinco conceptos: tres vinculados al consumo masivo y dos relacionados con los ingresos de los/as jubilados/as, las asignaciones contributivas y no contributivas, programas sociales y el empleo registrado.
“Pasado el peor momento, la tasa de pobreza comenzó a descender a un ritmo lento y desacelerándose (en su descenso) muy tempranamente. Así pasó al 58,6% en febrero, al 55% en marzo, al 54% en abril y al 51,8% en mayo. Hasta este mes duró la relativa mejora”, explica el informe.
Luego agrega: “En junio vuelve a subir 54,6% y en julio parece estacionarse cerca del 54%, valor éste que representa un aumento de 13 puntos porcentuales respecto al valor de octubre 2024”.
“La mayoría de los conceptos que monitorean el consumo masivo y la masa de ingresos de los sectores populares mantienen al mes de julio caídas interanuales de dos dígitos”, detalla.
Sólo a modo de ejemplo, el índice de ventas minoristas elaborado por CAME, que mide mensualmente la facturación de las pymes, muestra los dos últimos meses de la serie, junio y julio, la caída de las ventas vuelve a profundizarse y alcanza reducciones interanuales del -21,9% y del -15,7%, respectivamente.
De acuerdo con la simulación y a pesar de la desaceleración en la inflación “el derrumbe de la actividad y consumo parecen no encontrar piso”, asegura el IPyPP.
Ilustración: Marcelo Spotti