Por Néstor Espósito | Una testigo clave en la causa conocida como “Fútbol para Todos” descartó la existencia de hechos de corrupción estatal en el contrato de sponsorización de ese programa que permitía ver de manera gratuita los partidos de fútbol de Primera División.
La abogada Carolina Bula trabaja desde siempre en la empresa fabricante de camiones Iveco. En 2009 ya era responsable de asuntos legales de esa firma, con vínculos familiares y empresarios con Italia. “Nosotros estábamos sponsoreando en el marco de un gobierno que no se caracterizó por no tener conductas de corrupción, sospechas de corrupción. Desde el punto de vista de lo técnico puedo decir que Iveco realizó todo correctamente y no veo cómo se puede hablar de un acto de corrupción de nuestra compañía”.
No hubo repreguntas respecto del origen de la afirmación sobre las “conductas de corrupción” del gobierno con el que la empresa que Bula representa suscribió el mayor convenio publicitario de toda su historia en la Argentina.
El ex CEO de Iveco en Argentina, Natale Rigano, es uno de los imputados en la causa, pese a que no está en la Argentina sino que sigue el juicio desde Italia. La Causa Fútbol Para Todos gira en torno a una sospecha sobre manejos irregulares de dinero. ¿De quién? No está claro, y no surge en lo que se lleva corrido del debate.
La AFA rompió su contrato con la empresa Torneos y Competencias y le vendió los derechos de televisación del fútbol a la Jefatura de Gabinete durante el gobierno de Cristina Kirchner. Pactaron un precio, Jefatura de Gabinete lo pagó y recibió los derechos e hizo con ellos el programa Fútbol para Todos. Como parte del acuerdo, la AFA cedió la explotación publicitaria y en ese contexto, la Jefatura de Gabinete acordó con Iveco un canje publicitario: la fabricante de camiones disponía de segundos para promocionar sus productos durante las transmisiones y pagaba entregando vehículos de su fabricación. Todo está documentado. Esa operatoria es el meollo del juicio.
Bula, quien intervino en la supervisión legal del vínculo entre el gobierno y la empresa, reconoció que “la AFA decía que cedía el derecho de sponsoreo a la Jefatura de Gabinete”. Y, ante preguntas de las defensas, precisó que se trataba de “un contrato oneroso, canje. Comprábamos minutos y lo pagábamos con camiones. No era una venta de camiones”.
Entonces le preguntaron: “¿Si existiera alguna manifestación de ilegalidad o de fraude el oficial de compliance y la estructura hubiera destacado la existencia?”. La respuesta fue quirúrgica: “Si, claro, y yo misma también”. En la relación entre Iveco y el gobierno, la testigo negó que hubiera existido un episodio de corrupción, y lo justificó: “si hubiera sido así lo hubieran despedido a Natale Rigano, y no lo despidieron”.
Los camiones y utilitarios entregados por Iveco fueron destinados a tareas de infraestructura y servicios del Estado. Todo eso también está documentado.
La abogada Bula recordó que “Iveco estaba en una situación difícil, única fabricante de camiones pesados y livianos, que atravesaba una crisis económica. No se nos permitía despedir personal y eso es complicado de expresar afuera. (…) Rigano quería alinearse a la política global, que era asociarse al deporte. En Europa, por ejemplo, patrocinaba a los All Blacks”.
¿Cómo llegó Iveco a publicitar en Fútbol para Todos? Bula introdujo una explicación y, sobre todo, un nombre, que causó sorpresa: Dante Sica, ex secretario de Industria, Comercio y Minería, y luego ministro de Producción y Trabajo durante el gobierno de Mauricio Macri. “A través de Dante Sica, asesor histórico de la industria automotriz, lo contacta (a Rigano) con la Jefatura de Gabinete y presenta su idea de sponsorear al fútbol”.
Es decir que un economista vinculado a la oposición al gobierno de Cristina Fernández de Kirchner fue una suerte de gestor de negocios durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.
¿Fue útil para Iveco ese vínculo con el programa Fútbol para Todos? Bula explicó que en términos económicos, la empresa perdió plata, pero como marca logró posicionarse y trascender, lo que finalmente evitó el cierre de una de las plantas en Argentina. “Iveco no había realizado nunca una campaña tan grande. (…) Me pasan el contrato dos o tres días antes de que se firme. Es revisado desde el punto de vista jurídico pero los tiempos eran muy limitados, era un contrato de adhesión. (…) Desde el punto de vista jurídico estaba ok, salvo dos observaciones: la jefatura no tenía personería para firmar el contrato y no teníamos el acuerdo entre la AFA y la Jefatura de Gabinete donde se hacía la cesión de derechos. Eso fue salvado. Si Jefatura de Gabinete ya firmó con la AFA eso no pone en riesgo la validez del contrato”.
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Néstor Espósito: @nestoresposito