Redacción Canal Abierto | “Si seguimos con este lockout patronal que hay en Misiones, de no arrancar la cosecha porque no tiene precio, seguramente va a faltar la yerba en los hogares argentinos. La verdad que levantarse con el mate vacío va a ser triste”, sostiene Ana Cubilla, tarefera.
Más de 13.000 pequeños y medianos productores de yerba mate iniciaron un paro indefinido en demanda de un aumento significativo en el precio de la hoja verde. La medida de fuerza, que paraliza toda la cadena productiva, responde al incremento de los costos de producción frente a la merma en los ingresos que perciben los productores.
Ana trabaja en la cosecha de la yerba mate, es lo que en el rubro se conoce como tarefera, tarea que familias enteras realizan a destajo, lo que implica que cobran por kilo de hoja cosechada. Si no hay cosecha, no tienen ingreso alguno. En Andresito, Misiones, conduce el Sindicato Único de Obreros Rurales (SUOR), gremio que a nivel nacional se integra en la Federación de Trabajadores y Trabajadoras Rurales de la Argentina (FETARA), afiliada a la CTA Autónoma.
“El núcleo de este problema se llama DNU 70/23, que lo hace el Presidente de la Nación apenas asume, y va contra las instituciones que regulan el precio, en este caso de la yerba mate, y de muchas otras producciones de las economías regionales como el sector vitivinícola. En este caso es el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM); lo deja sin potestades de poder regular. A partir de ese momento queda el precio al libre albedrío de las grandes industrias que pagan a los productores lo menos que se pueda”, explica Ana en entrevista con Canal Abierto.
“Cerca de 55 mil familias misioneras viven directamente de la yerba. Después hay trabajos indirectos al servicio de la cosecha que son muchos más”, explica la dirigente rural. “Durante los últimos 4 años, el pequeño productor y los trabajadores tareferos, dentro de todo, veníamos con un nivel social ascendente, todo el mundo ganaba bien o por lo menos nos servía para poder vivir. Hoy estamos viendo un éxodo de jóvenes, de familias que se van a los lugares donde tienen trabajo o donde les pagan un poco más”, describe Ana, quien conoce la situación de primera mano: con la hiperinflación del 89-90 debió emigrar de la provincia en busca de sustento.
“En este momento, al productor, al dueño de la hoja verde que después hay que deshidratar y de 3 kilos de hoja verde se hace un paquete de 1 kilo de yerba le están pagando 180 pesos el kilo. Con eso no se puede hacer absolutamente nada. Esta cosecha, que empezó en marzo de 2024, se trabajó con una caída de precios tremenda; empezamos con $370, $350 y se llegó a $180 y $150 pesos en septiembre a pagarle al productor en cheques a 30, 60, 90 y 120 días también”.
Si recorremos las góndolas de los supermercados, el precio del kilo de yerba no baja de los 4.000 a 5.000 pesos. Se estima que el 10% de ese valor debería ser el que se pague al productor de la materia prima, entre 400 y 500 pesos.
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El INYM
El Instituto Nacional de la Yerba Mate surgió a instancias de los pequeños y medianos productores en febrero de 2002. Es un organismo autárquico creado por la Ley 25.564 del Congreso de la Nación Argentina. Tiene como objetivos promover, fomentar y fortalecer el desarrollo de la producción, elaboración, industrialización, comercialización y consumo de la yerba mate.
Hacía 22 años que el directorio del INYM discutía y fijaba el precio del kilo de hoja verde. “Tiene directores de los productores, de las cooperativas, de los molinos e inclusive un director por los trabajadores. Toda la cadena yerbatera, de Misiones y Corrientes, se sienta en ese directorio a discutir el precio desde la hoja verde hasta la industria. Por eso es que tanto lo necesitamos y que se arma semejante conflicto que hoy tiene prendida fuego la provincia con cortes de ruta, asambleas permanentes… hay una disconformidad generalizada”.
¿Quién gana con esta medida del Gobierno? “Las grandes yerbateras, como el Establecimiento Las Marías, quieren monopolizar el negocio de la yerba para explotar al productor y por ende al trabajador”, explica Cubilla. “El gran empresario ganó mucho porque no le pagó al productor y mantuvo muy caro el producto en góndola”.