Redacción Canal Abierto | Si bien el INDEC aún no dio a conocer los datos oficiales, tres estudios dieron a conocer la semana pasada estimaciones de pobreza para el tercer trimestre de 2024 que se ubicaron entre el 38,9% (los del Ministerio de Capital Humano y el Observatorio de la Deuda Social de la UCA) y el 38,5% (Centro de Estudios Distributivos de la Universidad de La Plata, CEDLAS). Y el Gobierno festejó: “Estamos haciendo caer la pobreza en más de 20 puntos”, dijo exultante Javier Milei.
Sin embargo, distintos especialistas, incluso los mismos autores de los informes, advirtieron que todavía no hay nada que festejar. Uno de ellos fue el periodista y economista Alejandro Bercovich, quien cuestionó tanto a quienes festejaron como a quienes desde el progresismo instan a admitir que mejoró la estadística, sin mirar en detalle los guarismos. “Les propongo una tercera posición: pensemos contra qué esta bajando la pobreza”, pidió en su editorial en Radio con Vos.
“Con estos valores -recapituló- la pobreza que llegó al 54,9% en el primer trimestre de este año se habría ubicado en niveles mucho más bajos, muy similares a los de un año atrás pero menores a los del cuarto trimestre de 2023, cuando impactó la megadevaluación de (Luis) Caputo y el desbarranque de la gestión massista”.
Sin embargo, si se compara con el mismo período de 2023, cuando la pobreza había sido del 38,6%, “no hay menos pobres, en todo caso hay los mismos”, señaló el periodista. “Y en la próxima medición trimestral (del cuarto trimestre) va a volver a subir, porque en los meses impares impacta el aguinaldo”, adelantó.
Entonces, la pobreza “baja por una razón estadística” y “porque bajó la inflación y los ingresos de las familias crecieron después del fogonazo inflacionario” de diciembre del 2023.
A esto -añadió Bercovich- se suma que la mejora no impactó igual en todos los estratos sociales, porque lo que se vio en el año fue “una fenomenal transferencia de ingresos de lo más pobres a los más ricos” y un aumento de la desigualdad. Así, según la consultora ExQuanti, “en el año que gobernó Milei los cuatros primeros deciles de ingresos perdieron 11% de sus ingresos reales”, citó.
“Si los pobres son los mismos y van a volver a aumentar en la próxima medición, no se si valió la pena el sacrificio de este año. Porque el truco es decir que había que apretarse el cinturón, que la clase media y media-baja se tenían que apretar el cinturón, y que si permitían esta transferencia a favor de los ricos (que duplicaron y hasta triplicaron sus patrimonios este año) de a poquito íbamos a ir saliendo. Esa fue la misma promesa en cada crisis de los últimos 40 años, con las que siempre quedamos un escalón arriba en la pobreza”, cuestionó.
“Sin crecimiento no hay paraíso”
Otro de los que se refirió a los datos de pobreza fue Leopoldo Tornarolli del CEDLAS-UNLP, el instituto que calculó el número más bajo para el tercer trimestre de este año. En un extenso hilo de X, explicó las posibles razones de la merma del índice con respecto a los primeros trimestres del año.
En primer lugar, descartó que la caída se deba a la suba de la AUH y la Tarjeta Alimentar, ya que estas no son bien captadas en la Encuesta Permanente de Hogares. En tanto, indicó que la baja sostenida de la inflación, sobre todo la de los productos de la Canasta Básica Total, sí pudo tener un impacto importante.
“La inflación que importa para pobreza, la de la CBT, cayó más fuerte que la inflación general. Eso hace que la pobreza pueda caer un poco incluso en un escenario donde los ingresos reales (medidos contra el IPC) caigan. O que caiga más que lo que uno esperaría de una suba determinada de los ingresos reales. Seguramente esto explica un par de puntos de la caída”, evaluó.
Otro aspecto que pudo influir es de carácter metodológico y tiene que ver con un desfasaje de tiempos. Si bien cuando se hace la Encuesta, el INDEC pregunta por los ingresos de los últimos 30 días, o sea, del mes anterior (motivo por el cual el aguinaldo se refleja en los 1° y 3° trimestres), al calcular la pobreza compara esos datos con los de la inflación del mismo mes de la entrevista.
“Eso no afecta como evoluciona la pobreza cuando la inflación es baja y no varía mucho mes a mes. Pero cuando sube o baja mucho, es probable que la evolución difiera si comparamos ingresos de un mes con CBT de ese mes o si lo hacemos con CBT del mes posterior (como hace INDEC)”, precisó Tornarolli. Y calculó que “esa cuestión metodológico podría explicar unos 4 puntos más de la caída de la pobreza”.
“Pero -reconoció el especialista- no sabemos exactamente cuanto aportó cada fuente de ingreso”. “En un proceso de reducción de inflación, como el de los últimos meses, es probable que hayan aportado todas las fuentes (se van ajustando, aunque parcialmente, a inflación pasada, que es mayor a la actual)”, apuntó.
Ahora, “¿es sostenible esa velocidad de caída?”, planteó. Y sostuvo: “Ya no queda mucho aporte de reducción de inflación para 2025, se puede reducir (pero el tramo que más aporta a baja de pobreza se recorrió) y se debe sostener. Y crecer, también sostenidamente. Sin crecimiento no hay paraíso”.
En la misma línea se expresó Agustín Salvia, del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA), quien en diálogo con elDiarioAr aseguró que “hay poco para festejar”. “En términos estructurales, los niveles de indigencia y de pobreza son similares a los promedios históricos dejados por las crisis de 2018-2019 y agravados por la mala gestión de la pandemia y la pospandemia”, analizó.
Así, “el escenario actual marca un nuevo piso de pobreza estructural de alrededor de un tercio de la sociedad argentina, con clases populares más vulnerables y dependientes de los programas sociales, y con al menos 50% de los niños y adolescentes en situación de exclusión crónica”. A futuro “es posible que siga bajando pero para que lo haga por debajo del 35% se requiere reactivación con generación de empleo pleno”, indicó.
Como señaló Bercovich esto requiere políticas diametralmente opuestas a las desplegadas este año por el Gobierno, en paralelo a la baja de la inflación. Entre ellas, la mejora de los salarios y de la asistencia social, afirmó.