por Manuel Rodríguez | Soy de la Tierra es una serie documental que registra encuentros del músico Diego Pérez con referentes culturales de distintas comunidades originarias de nuestro país. La primera temporada tendrá su estreno este sábado, coincidiendo con el Inti Raymi. Previamente, el jueves 19 a las 18 habrá un evento de presentación en el auditorio de la Biblioteca Nacional (Agüero y Las Heras, CABA), locación en la que se encuentra Pérez al momento de las conversaciones.
A través de cuatro capítulos, Perez nos acerca a la cultura qom a través de la educadora Isabel Paredes, a la wichi mediante el poeta Lecko Zamora, a la huarpe con la poeta Claudia herrera y a la yagán de la mano del historiador Victor Vargas.
La estructura de cada entrega, que estará disponible en YouTube desde el sábado, consiste en la conversación que Pérez mantiene de forma virtual desde el auditorio de la Biblioteca Nacional con los entrevistados que son mostrados en su lugar de origen mientras dura la charla. Sobre el final, cada figura lee una poesía que es musicalizada con improvisaciones que realiza el músico.
“Esta idea nace de mis viajes a las comunidades donde voy conociendo diferentes personas, referentes de las comunidades, que de alguna manera me van contando de su cultura y abriendo mucho la cabeza. Y a través de todo este conocimiento, de alguna manera me voy transformando. Naturalmente, esa misma sorpresa y al conocer nuevas formas de ver el mundo, me hicieron tener ganas de amplificar el mensaje y de darlo a conocer a otra gente”, contó Diego Pérez a Canal Abierto.
El músico devenido en entrevistador reconoció que este no es su lugar habitual, pero que decidió ejercer ese rol “con el objetivo de que se escuche la voz de diferentes referentes de pueblos originarios en primera persona”.
A lo largo de su carrera, Diego Pérez formó parte del dúo Tonolec con la cantante qom Charo Bogarín, cuya ,música mixturaba música folklórica con electrónica y con letras en idioma qom y guaraní. Luego dio forma a Nación Ekeko, proyecto con el que extendió esa búsqueda a otras comunidades originarias de América Latina.
“Ahí empiezo a viajar a Perú, a Bolivia, Colombia, a México y a profundizar un poco este contacto con pueblos originarios que también a partir de esos viajes me fui dando cuenta que tienen muchas cosas en común sobre todo en la forma de ver el mundo y cómo se relacionan con el mundo”, recordó Pérez.
“Yo soy músico y es la música la que me lleva a estos lugares, pero finalmente el resultado de lo que termina pasando es mucho más que musical, ¿no? Uno conoce una cultura con la que realmente se sorprende, muchas veces se enamora y se emociona. Y también muchas veces uno reconoce cosas que como argentinos y latinoamericanos tenemos incorporadas que vienen de estas comunidades, pero uno no las sabe. Entonces es todo un proceso personal en el que suceden muchas cosas”.
Pérez destacó un aspecto de esta búsqueda, que es que “particularmente, la lengua originaria me atrae mucho porque además encuentro mucha música en la rítmica, en la forma, en la cadencia y también en la poesía. Cuando uno aprende algunas palabras y aprende un poco a traducir, por ejemplo, del guaraní, te das cuenta de la poética y de la forma de hablar de esa cultura y por qué lo dicen de esa manera. Porque tiene que ver con su pensamiento, con su forma también de de ver el mundo. Entonces, me faltaba esa parte”.
“Yo estoy viajando hace 20 años a comunidades y también a hacer giras por Europa y por otros continentes y me parecía que nos faltaba a nosotros como argentinos y latinoamericanos conocer un poco más de nuestras culturas, en las culturas originarias del lugar donde vivimos, profundizar un poco más en el conocimiento”, reflexionó Pérez.

Y señaló que “muchas veces después de los conciertos la gente me pregunta cómo son las culturas y si se pueden visitar, Y yo siempre recomiendo que sí, porque además digo que una de las grandes riquezas que tenemos en nuestro continente es que tenemos culturas originarias vivas que mantienen su lengua, que mantienen su arte, que mantienen muchas veces u sabiduría y su forma de vida. Eso no existe en otros continentes y es algo que tenemos que valorar y cuidar, a pesar de todo lo que ya sabemos que pasó”.
Esa es una de las motivaciones de Yo soy de la tierra: “Me pareció que era como un pequeño aporte para poder también darles voz directamente y que la gente de la sociedad se pueda enterar y de alguna manera abrir esa puertita para que el que quiera profundizar pueda hacerlo”, expuso el músico.
Consultado por la selección de los entrevistados de esta, que asegura que es recién la primera temporada, Pérez respondió que “buscamos que sean de dentro del territorio argentino. La idea más adelante es hacer ya de otras comunidades de Latinoamérica. Son personas con las que de alguna manera u otra yo fui conectando en estos viajes y que para mí son referentes y que tenían cosas muy interesantes para contar. Entonces, fuimos viendo también si ellos estaban interesados en participar y el interés fue mutuo, así que se fue dando una manera bastante orgánica”.
A partir de la aislamiento implementado para la prevención del covid19, la entrevista vía plataformas como Zoom pasó a ser algo habitual en los formatos televisivos y multimediales. La diferencia de Soy de la tierra es que el resultado final no consiste en una grabación de esa pantalla partida, sino que cada una de las personas que participa de la conversación es registrada en el lugar en el que está teniendo la charla.
Consultado por esa decisión y por qué no viajar para estar junto a la persona a la que entrevista, Pérez respondió que “esta es una idea que a mí se me ocurrió en la pandemia. La idea era hacerlo en pandemia, pero no llegamos a juntar los fondos para hacerla. Es que realmente es algo que hicimos muy a pulmón. Entonces a mí me hubiese gustado, obviamente, ir y estar con cada uno de los invitados e invitadas, pero no fue posible”.
Y relató que “todo el equipo que trabajó está poniendo su parte porque realmente es un proyecto que si bien no es carísimo, lleva su esfuerzo de producción y por ahora somos 100% independientes, no tenemos a nadie atrás que esté bancando esto. Entonces, con lo poco que había se hizo lo mejor que se pudo. Pero la idea es seguir creciendo y que tal vez algunas entrevistas futuras sean personales también”.
También se refirió a la elección del auditorio de la Biblioteca Nacional como locación para ubicarse como entrevistador y realizar la performance musical con la que concluye cada episodio. “La idea de la biblioteca surge porque vemos que hay muy pocos libros originarios en las bibliotecas y pareciera que es un lugar asignado a lo occidental, al lenguaje castellano. Como que tenemos en las bibliotecas más bien siempre ese contenido. Entonces, era traer la voz de los pueblos originarios a un lugar en el que por ahí todavía no tienen el lugar que podrían tener. Entonces, nos interesó ese contraste de llevar a la biblioteca toda esta sabiduría de los pueblos originarios”, afirmó Pérez.
Respecto de esa producción artística final, que será compilada en un EP que contenga las poesías de cierre de cada episodio, Pérez sostuvo que “el aporte principal de ese momento para mí es que se escuche la lengua originaria. Porque yo creo que esa es la primera prueba de que la comunidad está viva. Dicen que cuando se muere una lengua, se muere una cultura, entonces para mí es muy importante que la gente pueda escuchar la lengua originaria”.
“Es algo artístico que yo vengo haciendo mucho en vivo. En mis conciertos invito a a diferentes referentes que pueden recitar o cantar o lo que fuera y yo los puedo seguir a través de la música. Tengo un set armado que si bien es electrónico no está enlatado, entonces puedo jugar con loops y como si fuese una cocina con diferentes ingredientes que me permiten improvisar y seguir a a la persona que está recitando o cantando”, agregó.
Y concluyó: “la idea era generar esta última parte del encuentro con cada invitado o invitada y que se dé esa parte lúdica donde se escucha la lengua originaria, donde se escucha la sonoridad de esa comunidad y también haya algo del arte de ellos mezclado con la tecnología y con las nuevas herramientas con las que yo vengo trabajando”.