Redacción Canal Abierto | En el marco de la Jornada Mundial contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas, establecida por la ONU para el 26 de junio, la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) emitió el documento “Si el Estado se corre, entra el narcotráfico”.
Allí, la Iglesia Católica expresó su preocupación por el avance del consumo y venta de drogas en los barrios más vulnerables del país, señalando cómo la ausencia de políticas públicas genera un vacío que es ocupado por redes criminales, creando una suerte de “Estado paralelo”.
“La droga mata por dentro, apaga la esperanza y corta proyectos de tantos chicos y chicas que quedan atrapados en el circuito del consumo. Esta realidad nos duele y nos interpela: ¡No podemos naturalizarla!”, afirma el texto.
La CEA denuncia que “la retirada del Estado” de los barrios populares permite que el narcotráfico gane terreno, ofreciendo a los jóvenes “una vida corta pero aparentemente mejor, a cambio de su dignidad, su libertad y, muchas veces, su vida”. Los obispos advierten que esta ausencia estatal, combinada con la desfinanciación de programas de prevención y asistencia, equivale a “una forma indirecta de condenar a muchos a la muerte”.
El comunicado destaca la labor de comunidades eclesiales como parroquias, capillas, Hogares de Cristo, Centros Barriales, Cáritas y Fazendas de la Esperanza, que trabajan incansablemente junto a organizaciones de la sociedad civil para acompañar a quienes luchan contra las adicciones.
Sin embargo, la CEA enfatiza que la dedicación de voluntarios no es suficiente: “No se puede seguir esperando que quienes acompañan a los jóvenes más rotos lo hagan sin recursos. La entrega gratuita de tantos voluntarios es muy valiosa, pero debe ser complementada con equipos que puedan dedicarse a tiempo completo, y eso requiere financiamiento”.
La declaración también hace un llamado urgente a las autoridades nacionales, provinciales y municipales para que refuercen su compromiso con la prevención y la recuperación de las adicciones, destinando recursos suficientes para sostener y ampliar las iniciativas que ya operan en los territorios más afectados. “Sin una presencia constante del Estado y el compromiso de toda la sociedad en la formación de nuestros niños, niñas y adolescentes, estaremos siempre corriendo detrás del problema”, advierten los obispos.
El mensaje de la CEA se produce tras la difusión de un informe elaborado por el Centro de Investigación y Acción Social (CIAS) y el think tank Fundar, titulado “La narrativa rota del ascenso social”. Basado en encuestas realizadas en barrios vulnerables, este estudio reveló datos alarmantes: el 51% de los jóvenes afirmó que la mayoría de sus amigos consumen drogas, y un 43% conoce a personas en sus barrios que las venden. Además, se destacó que el consumo es cada vez más visible y comienza a edades más tempranas, lo que refleja la magnitud del problema.
Finalmente, los obispos dirigen un mensaje directo a los responsables gubernamentales: “¡Escuchen el clamor de los que luchan por salir del consumo! ¡Vean el dolor de familias y comunidades que están destrozadas por este flagelo!”. Con esta declaración, la CEA no solo pone en evidencia la gravedad de la situación, sino que también reclama una acción estatal inmediata y sostenida para evitar que el narcotráfico siga avanzando en los sectores más vulnerables de la sociedad argentina.
Tras la publicación del texto, Marcelo Colombo, arzobispo de la ciudad de Mendoza y presidente de la CEA, insistió con los peligros del “retiro del Estado”, una de las banderas de Milei: “En los comedores hay cada vez más gente y son de clase media empobrecida en este último tiempo”.